Llevamos meses advirtiendo que el abanico de amenazas se amplía y mucho con la llegada de la Inteligencia Artificial, o Inteligencia Generativa si preferimos. Una de las novedades con las que nos estamos enfrentando últimamente es con la proliferación de los deepfakes, esas estafas en las que se suplanta a una persona con poder decisorio en una empresa e intenta convencer habitualmente al CFO a que realice una trasferencia a una cuenta no conocida y con un argumento en parte peregrino, pero sobre todo de una urgencia inusitada.
Pues bien, esos deepfakes acostumbraban a llegar en formato audio, una llamada o incluso una nota de voz en la aplicación de mensajería favorita. La novedad vista en estas última fechas es que ya no solo se generan en audio, sino que es posible realizarlas con video, de forma que el usuario destinatario, la víctima, está viendo a su responsable y oyéndole. Esto nos lleva incluso a plantearnos qué tanta culpa tiene en el caso de realizar la transacción en cuestión, y es que, cuando el nivel de sofisticación es tan elevado, la culpa de no reconocerlo creo que no debe caer en la víctima, ya que el método dista mucho de ser burdo.
Esos deepfakes acostumbraban a llegar en formato audio, una llamada o incluso una nota de voz en la aplicación de mensajería favorita
Conocedores de esta problemática, existen ya varias empresas que analizan las reuniones que estás teniendo, en todas las plataformas existentes, y, mediante la forma de mover el rostro, el tono y la musicalidad de la voz, puede llegar a detectar si es una llamada falsa.
Pero como el fin de este tipo de engaños es el lucro máximo, no solo vemos como se están produciendo estas estafas, sino que incluso hemos podido constatar que hay grupos vendiendo este tipo de solución como Software as a Service, debiendo alimentarlos con la mayor cantidad de audio y video posible, pero que prometen resultados a partir de los quince segundos de aportación.
Todo esto nos lleva a plantearnos si, una empresa que no adopte alguna de las soluciones de seguridad antes propuestas, estará realizando una dejadez de funciones en materia de seguridad. En mi modesta opinión, el abanico se abre tanto, que cubrirlo entero se está convirtiendo en tarea prácticamente imposible.