Si las predicciones de los analistas se cumplen, en los próximos dos años el mercado de DaaS (Device as a Service, o Dispositivo como Servicio) va a experimentar un notable crecimiento.
En el 2016 tan sólo un 1% de los dispositivos empresariales se suministraban bajo esta novedosa fórmula (novedosa en TI, porque otros sectores como el automovilístico la tienen bien asimilada), y según IDC se espera que en 2020 alcance entre un 12 y un 15%.
Ese tránsito del gasto de Capex a Opex es realmente atractivo los para los presupuestos de los CIOs, así como para los departamentos financieros de cualquier organización. Y gran parte del ecosistema de proveedores de TI centrados en el mantenimiento tanto de PCs/portátiles como de dispositivos móviles va a tener que ponerse las pilas. Teniendo en cuenta además que no afectará sólo a los dispositivos, sino también al software instalado en ellos. Hardware, software y servicios bajo un mismo contrato.
DaaS va a liberar recursos de TI que se podrán centrar en nuevas iniciativas de seguridad
El concepto es bien sencillo: conocidos ya los beneficios del cloud, que me permiten incrementar o reducir recursos acordes a mi estrategia de negocio, se trata de aplicar los mismos principios a la infraestructura que utilizarán mis empleados. Que dispongan de la última tecnología, con las herramientas óptimas para trabajar. Y así el departamento de TI externaliza otra pieza más del puzle, cediendo la administración de equipos a un tercero.
¿Beneficios? Reducción de costes, más flexibilidad financiera, reducción de la carga de trabajo para los departamentos de TI, se acortan los ciclos de actualización de equipos/software y también más seguridad: además de proporcionar software de seguridad en el dispositivo, DaaS va a liberar recursos de TI que se podrán centrar en nuevas iniciativas de seguridad. ¿Qué más se puede pedir?