A pesar de que España siempre ha aportado muy poco a CeBIT (la primera feria de Informática mundial), desde siempre, unos meses antes de su inauguración, su director viene a España para reunirse con los medios especializados y contar las novedades de este gigante alemán. Este año no ha podido ser: no llegó a tiempo de la cita porque una intensa nevada bloqueó los principales aeropuertos germanos.
Casualidad o no, se libró de tener que contar a los periodistas españoles que, a diferencia de los gobiernos anteriores –tanto populares como socialistas- éste ha suprimido las ayudas que se les venía concediendo a las empresas nacionales que pretendían acudir a la cita de Hannover. Como resultado, este año solo estarán presentes en la feria siete u ocho empresas con matrícula española. Una verdadera lástima.
Confieso qué no soy muy partidario de las subvenciones, pero, visto lo visto en otros sectores (automoción, agricultura, minería, naval, etc.) ¿por qué nos tenemos que quedar fuera en las tecnologías de la información? Máxime cuando todo el mundo coincide en que las TICs son el primer vehículo para salir de la crisis.
A falta de un certamen nuestro qué merezca la pena (lo de SIMO, por desgracia, después del fracaso de los últimos años, parece una causa perdida) no estaría de más que apostáramos por certámenes como CeBit, donde se concentra la principal oferta mundial de nuestro sector: constituye un gran escaparate en el que, quien pretenda ser algo en las tecnologías de la Información, tiene que estar presente de una u otra manera.
La verdad que el último Gobierno de Zapatero hizo poco por el desarrollo de nuestro sector, pero, como sigamos así, éste de Rajoy va a hacerlo bueno, lo cual sería uno de los desastres más grandes de la historia de la humanidad.