Los objetivos de una organización deben estar en el corazón de cada decisión, sin importar cuán grande o pequeña sea. Por cada decisión a corto plazo que tome un CFO, también se debe pensar en el impacto a largo plazo, tanto sobre el negocio como, de manera crucial, sobre los clientes.
Los CFOS deben permitir que sus equipos estén lo más cerca posible de los clientes, para ser el socio en el que pueden confiar de cara a apoyarles en momentos de incertidumbre. El 89% de los CFOs dicen que ahora los niveles de incertidumbre son altos, concretamente 2,5 veces más que a finales de 2019. Más que nunca, los clientes y el resto del negocio quieren contrarrestar esta incertidumbre con éxito.
El éxito del cliente
Si las prioridades de los clientes están cambiando, es un claro identificador de que hay que modificar las operaciones. Remarcar las operaciones de acuerdo a las necesidades del cliente ayuda al CFO a reevaluar cuán eficiente es el negocio. Si bien los recortes iniciales ya se han realizado, los CFOs deben tratar de abordar cualquier ineficiencia y su impacto en el rendimiento antes de comprometerse a reducir aún más los costes.
Dos de las mayores pérdidas de eficiencia están en los sistemas anticuados y los procesos largos, desde su impacto en las cadenas de suministro hasta las operaciones de TI o la función financiera en sí. Cualquier área de ineficiencia se puede identificar centralizando los datos de toda la empresa. Una vez que se han descubierto las ineficiencias, el CFO hace lo que sea necesario para corregirlas.
Supongamos que se descubre que el equipo financiero pasa más tiempo persiguiendo pagos de proveedores que hablando con los clientes. Esto no ayuda de ninguna manera al negocio. Si los CFOs buscan la automatización para realizar parte del trabajo manual, podrían liberar tiempo para que su equipo construya esas relaciones con los clientes. Esto reduciría tiempo y errores, por lo tanto, se traduce en mejores resultados.
Aquí, el replanteamiento de las operaciones teniendo al cliente en el centro significa que los CFOs pueden centrarse en la eficiencia, mejorar el rendimiento y lograr el propósito de la organización. Lo más importante, todo esto ayuda a que los clientes también alcancen el éxito.
Liderar con cambio
Una vez que el CFO y el equipo de finanzas han establecido una relación más estrecha con los clientes, sus necesidades también pueden ser atendidas por el resto del negocio. No es solo trabajo de finanzas, se debe colaborar con los equipos del CIO e I+D, para garantizar que cualquier innovación futura se alinee con las estrategias del cliente y con el propósito del negocio. También se puede traducir en una colaboración más estrecha con el departamento de RRHH para así garantizar que la empresa pueda satisfacer las cambiantes demandas de los clientes.
Lo que deriva de una buena colaboración es la resiliencia. La resiliencia es un rasgo destacado que los clientes buscan en un socio, y la columna vertebral del propósito. El CFO debe apuntar a combinar datos y conocimientos humanos de toda la empresa y su base de clientes, para obtener una imagen real de lo que está funcionando y lo que no, y cómo pueden tener éxito ahora y en el futuro. Esta es la clave para construir un negocio resiliente.
La eficiencia y la resistencia ayudarán a los CFOs a abrazar el cambio mientras su foco se mantiene en el futuro. Hacer esto con éxito demostrará a los clientes que se es el socio que puede acompañarlos en esta crisis.