El sector tecnológico avanza a un ritmo trepidante. La Inteligencia Artificial, la computación en la nube, la analítica de datos o la ciberseguridad se han convertido en soluciones tecnológicas integradas por la mayoría de las administraciones públicas y entidades privadas.
Independientemente del foco de negocio, las organizaciones se han visto en la obligación de avanzar a velocidad de crucero, y es que en un mercado cada vez más exigente y globalizado, la transformación digital se ha instaurado como una necesidad apremiante para todos aquellos que no quieran quedarse atrás en una carrera que, si pestañeas, te la pierdes.
Si bien esto es importante, hay que tener en cuenta que no todas las empresas poseen las mismas necesidades ni deben dar solución a los mismos problemas. De este modo, la figura de los habilitadores digitales se ha erigido como una pieza fundamental del puzle, pero ¿qué pueden hacer realmente la computación en la nube, la Inteligencia Artificial, la analítica o la ciberseguridad por las organizaciones?
Automatizar y optimizar sí, pero con sentido
Las compañías han comenzado a integrar soluciones basadas en IA con la finalidad de automatizar tareas repetitivas y optimizar procesos rutinarios. Así, gracias a la capacidad de la Inteligencia Artificial para llevar a cabo este tipo de acciones de forma eficaz es posible liberar a los profesionales y encargarles tareas más complejas, brindando a las empresas una ventaja competitiva al mejorar la eficiencia y reducir costes. La adaptabilidad continua de la IA la posiciona como un catalizador esencial para el éxito en un mercado tan competitivo.
La Inteligencia Artificial, la computación en la nube, la analítica de datos o la ciberseguridad se han convertido en soluciones tecnológicas integradas por la mayoría de las administraciones públicas y entidades privadas
Sin embargo, conviene ser precavido. Apostar por este tipo de soluciones sin una estrategia clara de implementación puede suponer un descalabro económico para las compañías. Así, es de vital importancia tener claro qué problemática va a suplir la Inteligencia Artificial y cómo se va a introducir en la cultura empresarial de la organización.
Estas aplicaciones, al igual que el resto de las posibilidades que brinda la IA, están construyendo un nuevo paradigma empresarial, pero sin una correcta gestión del dato, nada de esto sería posible. Todos los modelos de IA Generativa parten de un algoritmo preentrenado que depende de la veracidad de la información para funcionar de manera correcta así que, antes de lanzarnos al mundo de la Inteligencia Artificial, debemos contar con una estrategia que garantice una correcta calidad y un linaje de datos óptimo.
Almacenar y proteger es fundamental para crecer
La digitalización es clave para las compañías y administraciones públicas, pero el desarrollo de un mundo cada vez más interconectado nos hace dependientes y vulnerables, por lo que las organizaciones se han visto obligadas a confiar el almacenamiento y securización de sus activos a terceros. La computación en la nube, gracias a su escalabilidad, flexibilidad y deslocalización las ha permitido olvidarse del hardware y avanzar hacia un sistema mucho más seguro y colaborativo.
Así pues, esta globalización conlleva que las compañías estén expuestas a todo tipo de amenazas. De modo que, en un contexto cada vez más competitivo y voraz, ser capaz de proteger los activos y contar con una estrategia óptima es fundamental.
El sector de la ciberseguridad crece exponencialmente y cualquier aliado es bueno, ya que, desde el 2017, España ha sufrido cerca de 700.000 ataques según un estudio de Pandora FMS. Aquí, elementos como la IA se han convertido en la mano derecha del sector, puesto que permite, entre otras cosas, predecir amenazas, optimizar la rapidez de la respuesta ante incidentes e incrementar la capacidad de integración con otras soluciones de seguridad, lo que se traduce en una estrategia de ciberseguridad holística que posibilita a las empresas tener a buen recaudo sus activos digitales.
En definitiva, las nuevas tecnologías, bien sean disruptivas o emergentes, han propiciado que la transformación digital se haya convertido en una necesidad imperante para las compañías que, a su vez, debido a la complejidad de implementación sin un conocimiento previo de las soluciones, han empoderado a los habilitadores digitales como socios necesarios en cualquier proceso de digitalización. Así, la integración de este tipo de soluciones se presenta como un imperativo para destacar en el entorno empresarial, siendo no solo el motor, sino el catalizador que guía a las empresas hacia un futuro más ágil.
