Consideraciones entorno a la información digital en el etiquetado de los envases como nueva obligación prevista en el futuro Reglamento de Envases y Residuos de Envases (PPWR) de la Unión Europea
La tramitación de la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre los Envases y Residuos de Envases (Reglamento PPWR en adelante) por el que se modifican el Reglamento (UE) 2019/1020 y la Directiva (UE) 2019/904, y por el que se deroga la Directiva 94/62/CE, está siendo noticia últimamente por encontrarse actualmente en tramitación en el Trílogo creado para esta propuesta legislativa, integrado por tres miembros, uno de la Comisión, otro del Parlamento y un tercero de la presidencia del Consejo. Actualmente cada miembro ha llevado al Trílogo la posición que, previamente, ha fijado la institución a la que representa para la negociación.
Ciertamente, un 90% de las propuestas legislativas se aprueban en primera lectura y solo un 2% llegan a la fase de conciliación, de acuerdo con sus datos de la Secretaría de Estado para la Unión Europea. En el presente caso, podría dar lugar a una tercera lectura o de conciliación.
Pero aunque estamos en un horizonte temporal muy limitado, habida cuenta de la inmediatez de las elecciones europeas, nada apunta a que no vaya a aprobarse el Reglamento PPWC, por cuanto que el mismo forma parte integrante del Pacto Verde Europeo y del nuevo Plan de Acción para la Economía Circular de la UE, y contribuye a la estrategia de crecimiento destinada a transformar Europa en una economía circular moderna, eficiente en el uso de los recursos, no contaminante y competitiva, sin emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 y con su crecimiento económico disociado del uso de los recursos.
Y ciertamente, este nuevo modelo de economía circular tal vez tenga su máxima expresión en el nuevo Reglamento PPWR, que está alineado con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, por cuanto que permitirá la implantación del ODS 12.5 al reducir notablemente la generación de residuos de aquí a 2030 por medio de la prevención, la reducción, el reciclaje y la reutilización de envases. Igualmente, está alineado con el Green Deal, con el Plan de Economía Circular.
Pero también está alineado con la Agenda Digital. La Unión Europea lleva emprendiendo acciones específicas relativas a las tecnologías de la información y la comunicación en el marco de sus políticas sectoriales y horizontales, por ejemplo, en el ámbito de la política industrial, para mejorar el establecimiento y el funcionamiento del mercado interior o la libre circulación de mercancías. Y esto también afecta a los envases introducidos en el mercado europeo.
Los envases tienen una preocupación fundamental para el medio ambiente y para el mercado interior europeo, y no por eso son ajenos a la transición digital dentro del nuevo modelo económico europeo. A día de hoy, los envases en Europa constituyen uno de los mayores consumidores de materiales vírgenes. Representan el 40 % de los plásticos y el 50 % del papel utilizados en la Unión Europea, toda vez que son el 36 % de sus residuos sólidos urbanos. El uso cada vez mayor de los envases, unido a sus bajos porcentajes de reutilización y reciclado, obstaculiza el desarrollo de una economía circular con bajas emisiones de carbono. El incremento de los envases ha sido más rápido en los últimos años que el del producto interior bruto, lo que ha disparado las emisiones de CO2 y otros tipos de emisiones, así como la sobreexplotación de los recursos naturales, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación.
En las últimas décadas, la proporción de envases no reciclables ha crecido de manera significativa. Además, muchos envases que técnicamente serían reciclables no se reciclan porque los procesos necesarios para su recogida, separación y reciclaje no resultan rentables, o el resultado del proceso de valorización no tiene la calidad suficiente para cubrir la demanda en los mercados finales de materias primas secundarias. Por esta razón, es cada vez es más imperiosa la necesidad de imponer a los productores e importadores de envases requisitos de ecodiseño que permitan la reutilización de los mismos y también de reciclabilidad efectiva, y se descarten envases “no reutilizables” o “no reciclables”. Y es aquí donde aporta valor añadido la digitalización de la información, la digitalización del proceso de valorización y de sus resultados.
Un ejemplo de lo expuesto son las nuevas obligaciones de información, etiquetado y marcado de los envases prevista en el artículo 11 de la propuesta de Reglamento PPWR. La futura norma prevé que los envases comercializados, a partir de los 24 o 48 meses siguientes a la fecha de entrada en vigor de la nueva norma, deberán estar marcados con una etiqueta que contenga información sobre su composición material. Esta obligación no se aplica a los embalajes de transporte o embalaje parte de un sistema de depósito, devolución y retorno. Todo apunta a un soporte que contenga toda la información digital, al igual que está previsto exigir en un futuro próximo un pasaporte digital a todos los productos que se incluyan en el mercado de la Unión Europea.
De igual manera, a los envases reutilizables comercializados, a partir de los 24 o 48 meses desde la fecha de entrada en vigor del futuro PPWR, deberán llevar una etiqueta que informe a los usuarios de que el envase es reutilizable y un código QR u otro tipo de soporte de datos digital, abierto y estandarizado que proporcione más información sobre la reutilización del envase, incluida la disponibilidad de un sistema local, nacional o comunitario de reutilización y de información sobre los puntos de recogida, y que facilite el seguimiento de los embalajes y el cálculo de viajes y rotaciones, o una estimación media si ese cálculo que no es viable. La obligación de llevar una etiqueta y un código QR u otro tipo de soporte de datos digitales no se aplicará a los sistemas de bucle abierto que no tengan un operador del sistema, pero parece que será obligatoria en los sistemas abiertos de reutilización con operador del sistema o en los sistemas cerrados de reutilización.
Ciertamente, este conjunto de medias tiene por objeto velar por la trazabilidad y buen funcionamiento de modelos propios de una economía circular que se centra en el uso racional de los recursos, con todos los impactos ambientales positivos que ello representa. Las obligaciones de digitalización de toda esta nueva información que se requiere son la mejor garantía de la efectividad de estos nuevos modelos económicos que se fomentan desde Europa, siendo verdad que el modelo de crecimiento económico europeo debe disociarse de la sobreexplotación de recursos naturales, pero no debe disociarse de la transición digital ni, por tanto, de la Agenda Digital Europea.
Víctor Moralo Iza, abogado y socio de ECIJA