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El derecho a la desconexión digital: aprendizajes y retos en su sexto aniversario

Por Sara Duro, manager de laboral de Écija
Por Sara Duro, manager de laboral de Écija

La tecnología ha transformado el entorno laboral, promoviendo modalidades como el teletrabajo e híbrido, pero también desdibujando las fronteras entre trabajo y vida personal. Esta disponibilidad constante impacta la salud mental y el bienestar de los trabajadores, dificultando la desconexión fuera del horario laboral.

En 2017, Francia aprobó el derecho a la desconexión digital, reconociendo el derecho de los empleados a no atender comunicaciones laborales fuera de horario. España adoptó este derecho el 5 de diciembre de 2018 con la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos y derechos digitales, marcando un hito en la legislación laboral.

La desconexión digital ha crecido en un contexto marcados por una legislación laboral en constante cambio. Ha vivido una pandemia, cuyo funcionamiento impulsó todavía más el teletrabajo. Ha incorporado a su familia importantes normas relacionadas, como la Ley de Trabajo a distancia o la normativa de igualdad de oportunidades. Es decir, este derecho ha evolucionado en un contexto de enormes cambios normativos, tecnológicos y sociales.

En este aniversario, que inaugura su segundo lustro, aprovechamos para analizar los aprendizajes y los retos pendientes de esta normativa y evaluar su aplicación en un contexto digital cada vez más exigente.

Fundamentos y alcance

El artículo 88 de la Ley Orgánica de Protección de Datos garantiza la desconexión digital para preservar el equilibrio entre vida personal y laboral, reducir el estrés y prevenir el burnout. Las empresas deben definir políticas internas que regulen el ejercicio de este derecho, incluyendo formación para el uso adecuado de tecnologías y medidas específicas para el trabajo a distancia. Esto implica responsabilidades como limitar comunicaciones fuera de horario, capacitar en gestión del tiempo y adaptar sistemas tecnológicos que respeten los momentos de desconexión.

Aprendizajes en el sexto aniversario

  • Concienciación y cultura organizacional

La normativa no garantiza por sí sola el respeto a la desconexión digital; es clave fomentar una cultura organizacional que valore los tiempos de descanso. Empresas exitosas limitan el envío de correos fuera de horario y capacitan a líderes para respetar el tiempo personal de sus equipos.

  • Flexibilidad y responsabilidad compartida

Aunque el teletrabajo ofrece flexibilidad, dificulta establecer límites claros de jornada. Las políticas de responsabilidad compartida han demostrado ser efectivas: los empleados tienen derecho a desconectar, y las empresas deben respetar este derecho mediante guías y horarios definidos.

  • Tecnología como aliada

Las herramientas que programan correos o desactivan notificaciones fuera de horario ayudan a fomentar la desconexión. Estas tecnologías, usadas correctamente, establecen límites saludables sin restringir la autonomía de los empleados, mejorando la satisfacción y reduciendo el estrés.

Retos pendientes

  • Adaptación sectorial

Algunos sectores, como atención al cliente o TI, enfrentan dificultades para implementar la desconexión debido a horarios irregulares. Es necesario un enfoque flexible y adaptado a cada rol laboral.

  • Romper con la cultura de presencialidad

En muchos casos, la disponibilidad continua se percibe erróneamente como compromiso. Recursos humanos deben promover una cultura enfocada en resultados, no en tiempo conectado, valorando la autonomía y el desempeño.

  • Entorno digital cambiante

Las herramientas digitales evolucionan constantemente, exigiendo normativas adaptables que consideren aplicaciones como Slack o WhatsApp. Las políticas de desconexión deben actualizarse para seguir siendo efectivas en este entorno.

  • Teletrabajo y dispositivos personales

El trabajo remoto y el uso de dispositivos personales (BYOD) dificultan la desconexión al mezclar herramientas laborales y privadas. Esto aumenta la presión para estar disponibles y eleva riesgos de seguridad. Las empresas deben establecer límites claros y garantizar la protección de datos.

Mirando hacia adelante

A seis años de su implementación, el derecho a la desconexión digital mantiene su importancia para el bienestar laboral y la prevención del desgaste profesional. Su éxito futuro dependerá de un enfoque conjunto entre legisladores, que deben garantizar un marco normativo eficaz, y empresas, que deben adoptar políticas que promuevan su cumplimiento.

La desconexión digital no solo es una cuestión legal, sino una estrategia competitiva para atraer y retener talento. Aquellas organizaciones que logren integrarla como parte de su cultura se consolidarán como empleadores responsables, comprometidos con la calidad de vida de sus trabajadores.

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