Sin duda la entrada de datos sobre los dispositivos móviles, como teléfonos y PDAs es uno de los aspectos más complicados. Y asociarlos a formularios parece ya misión imposible. Precisamente para romper esta complicación y facilitar el empleo de terminales móviles como elementos de captura de datos se creó el PapepIQ, que reúne un carga de tinta convencional junto con una sofisticada electrónica.
Este dispositivo combina diversas tecnologías para lograr su misión. Por una parte se necesita un papel especial que contiene una serie de finos puntos distribuidos sobre su superficie, denominado patrón de puntos Anoto, que son prácticamente inapreciables a simple vista. Este conjunto de puntos, que está distribuido de forma no regular, pero altamente precisa, permite identificar tanto la posición del bolígrafo sobre el papel, así como la dirección en que se mueve el bolígrafo. Y además, incluso facilita una identificación única de la hoja sobre la que se escribe.
El fabricante ofrece la posibilidad de crear formularios personalizados con los datos necesarios para una eficaz captura de datos, así como cuadernos estándar, EasyBook m3, para realizar pruebas o dar un uso general al bolígrafo. La creación de cuestionarios personalizados optimiza los procesos de captura de datos para sistemas de, por ejemplo, toma de pedidos o control de existencias; en cada línea se coloca un artículo y sólo hay que escribir el número de unidades en la casilla correspondiente. Una zona inferior de la hoja está generalmente reservada para la inclusión de “acciones”, que pueden ser la orden de enviar la información de la página o completar un proceso.
En el bolígrafo, por su parte, hay un sensor de presión que activa el modo de escritura y enciende el sensor de imagen. Adicionalmente este sensor proporciona información de la presión ejercida sobre el papel. La parte asociada con el reconocimiento se basa en un sensor que, según indica el fabricante se trata de una cámara digital con procesador de imagen que utiliza la combinación de los puntos de referencia y la tinta escrita para realizar el reconocimiento. La cámara toma fotos de la escritura con una cadencia de unas 50 imágenes por segundo, lo que asegura suficiente información para detectar letras y trazos. Asociado a la indicación de posición de puntos así como orden de los trazos y velocidad, se cuenta con la información base necesaria para el reconocimiento.
[(El bolígrafo digital PaperIQ DP-201 recoge la información manuscrita para luego pasarla a un servicio remoto de reconocimiento de escritura.)]
Por último, hay una circuitería Bluetooth que se encarga de comunicar con el terminal BlackBerry tras un simple emparejamiento. El terminal se emplea como enrutador de la información almacenada hacia el servicio, basado en servidores remotos, que analiza los datos y procede a reconocer las imágenes para convertirlas en texto. Esto requiere que, junto con la propia circuitería deba contratarse el servicio anual que se encarga de la parte pesada del reconocimiento. El dispositivo cuenta con una memoria capaz de almacenar como unas 50 páginas de datos en papel A4. Este reparto de tareas permite que el reconocimiento sea preciso sin necesidad de incluir un hardware de gran potencia en el bolígrafo.
Todo este conjunto permite que el funcionamiento sea prácticamente el mismo que con un bolígrafo convencional. Se escribe sobre el papel de forma natural, se marcan casillas en un formulario, se firma, etc. Y luego basta y lanzar la información y recoger el texto digitalizado. El sistema sirve tanto para crear pequeñas notas como para escribir correos o extensos documentos de texto. Una de las aplicaciones más curiosas que admite este dispositivo es el empleo de firma manuscrita como mecanismo biométrico de autentificación. Una de las aplicaciones más directas de esta modalidad es la de aceptar formularios mediante la firma autorizada y proceder a su envío a cualquier proceso informático.