La Plataforma enerTIC celebró el pasado 11 de julio el XII Desayuno Smart Energy, perteneciente a su Programa Sectorial, con el Smart Building como protagonista. El encuentro, que tuvo lugar en el Hotel Palace de Madrid, reunió a destacados decision-makers del sector privado, administraciones públicas, universidades y centros de investigación con proveedores especializados en soluciones tecnológicas para la eficiencia energética en los edificios inteligentes.
En el evento participaron los Ayuntamientos de Benidorm, Móstoles y Sant Cugat, Bankinter, CBRE, NH Hotels, Iberia, Red.es, Segittur, Telefónica y la Universidad de Alcalá de Henares, junto con las empresas asociadas Minsait an Indra Company, Naturgy, CIC Consulting Informático, Sylvania y Deepki. El encuentro estuvo moderado por el CITCEA.CIT-UPC.
El principal reto del Smart Building es conseguir la mejor eficiencia energética de los edificios, conociendo el consumo de los diferentes elementos y la posibilidad de combinar las distintas fuentes de energía tanto externas como internas, a la vez que se suministra información global a la ciudad para establecer políticas de eficiencia energética y el uso racional de los recursos. El desarrollo de un nodo IoT puede hacer esta función por su capacidad para integrarse con los diferentes sistemas eléctricos del edificio y para comunicarse con otros nodos.
El principal reto del Smart Building es conseguir la mejor eficiencia energética de los edificios
Para lograrlo, hay que superar una serie de barreras, no siempre tecnológicas. Los expertos coincidieron en hoy en día ya existen las infraestructuras y las comunicaciones necesarias para hacer realidad el edificio inteligente.
Los frenos a la innovación proceden principalmente de la financiación, la regulación – como la Ley de Contratos del Sector Público – y la complejidad del análisis de los grandes volúmenes de datos que se obtienen.
Smart Building para romper barreras
Como formas de romper esas barreras aparecen la creación de nuevos modelos económicos basados en el pago por uso; la comunicación y colaboración con start-ups, centros de investigación y universidades; la concienciación de los usuarios en materia de eficiencia energética; la puesta en marcha de proyectos escalables basados en casos de uso; y en la colaboración público – privada.
También se mencionó la necesidad de centrarse en las demandas del cliente y del usuario de los edificios, la simplificación de los procesos de transformación, el valor de la luminaria como un elemento al que dotar de inteligencia, la seguridad y propiedad del dato, así como la obligación de seguir avanzando en materia de ahorro de energía y en la construcción de edificios sostenibles.