Juanito, el dueño de El Sotanillo, un bar que frecuentaba de joven donde podías comer los mejores boquerones en vinagre del mundo, con aquella voz ronca de fumador, pronunciaba frases con doble sentido que nos hacían reír y también reflexionar: «todo lo que entra, sale», o, «todo lo que sube, baja». Me quedo con esta última para avisar a los responsables de dirigir el Mobile World Congress recién clausurado en Barcelona.
La verdad que esta feria es una pasada. Lo he escrito varias veces: tiene lugar en una ciudad con un encanto especial que la hace única; dispone de unas infraestructuras que nada tienen que envidiar a las que se puedan encontrar en otros países de nuestro entorno; cuenta con una organización casi perfecta; y, lo más importante, dispone del apoyo casi unánime de la práctica totalidad de las empresas tecnológicas.
Por ello, es preciso ser prudentes, ser conscientes de la riqueza que supone y poner todos los medios para que perdure. Traigo esto a colación porque he vivido éxitos similares que, por diversas razones, se fueron al garete en menos tiempo del que podamos imaginar ahora. El Comdex de Las Vegas, con una filosofía muy parecida al MWC, tuvo unos años espectaculares (con más expositores que el certamen catalán este año) y terminó suspendiéndose cuando cambio de dueños y lo dejaron en manos de especuladores. El propio SIMO madrileño, aunque a algunos les cueste recordarlo, antes de entrar en barrena por culpa de unos directivos inútiles, llegó a celebrar una edición en la que se ocuparon los diez pabellones de IFEMA (más superficie de la que ha contratado esta edición el Mobile barcelonés).
Seamos, por tanto, conservadores y sigamos trabajando para no perderlo. ¿Por qué me pongo tan cáustico? Pues porque he visto cosas este año que invitan a pensar. Por ejemplo, no han conseguido traer a personajes de primera fila del sector como en ediciones precedentes: los Zuckerberg, Gates y compañía han dejado de venir. Por lo que me cuentan (yo no he tenido ocasión de comprobarlo), las conferencias tampoco han tenido el interés de periodos precedentes. El espacio de restauración para invitados se ha rebajado tanto en calidad como en espacio. Por lo demás, ¿alguien ha visto algún anuncio previo de celebración de la muestra? No se gastan un euro, toda la publicidad se la hacemos gratis los medios (¡así nos va!).
Y, como me comentaba Helena Herrero, Presidenta de HP Inc., que presentó importantes iniciativas de su compañía en el sector de la Educación, este año daba la sensación de que había menos orientales en los pasillos. Obviamente, ni ella ni yo, los contamos, pero, si fuera cierta la rebaja, sería un síntoma a cuidar: ellos han sido los que han dado color, riqueza y medios a este certamen: ¡cuidémosles!, para que no dejen de venir.
Como viene siendo habitual, el Mobile World Congress ya no muestra grandes novedades a destacar
Finalmente, en el apartado del trato a la prensa, uno, periodista, poco corporativista, bastante cercano (solo en esto) a la opinión que el propio Trump tiene sobre nosotros, la organización tiene margen de mejora. Para acreditarte precisas hacer un máster y demostrar que escribes habitualmente sobre los temas concretos que ellos imponen. Esto está bien para garantizarse un nivel alto, pero están despreciando (ahora no lo necesitan, pero a lo mejor sí en el futuro) a un montón de buenos profesionales que, no nos olvidemos, si quieren ir a la feria es para contar cosas de ella: se ve que, hoy por hoy, tienen plumillas de sobra, pero esta prepotencia genera un malestar que en algún momento se mostrará en su contra.
Por lo demás, como ya viene siendo habitual, el Mobile World Congress ya no muestra grandes novedades a destacar. Siguen acudiendo los máximos directivos de las empresas líderes del sector, que les encanta Barcelona, que se pasan cuatro días de grandes comilonas, se pasean con chófer en coches caros por la ciudad, que pagan 3.000 euros por una habitación que una semana más tarde no sobrepasará los 500 euros, y que, seguramente, decidirán que su compañía volverá a estar presente en el Certamen de 2018. Mientras tanto, eso sí, en una escala inferior, el resto de directivos aprovechan estos días para trabajar y cerrar acuerdos de todo tipo que repercuten muy positivamente en esta industria puntera.