La Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit) ha sido convocada para participar en el análisis del proyecto de Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación impulsado por el Principado de Asturias. La inclusión de los Centros Tecnológicos en este debate resalta su papel clave en la investigación aplicada, que actúa como un vínculo esencial entre el desarrollo científico y el sector industrial.
Estos centros son fundamentales para la transferencia de tecnología y conocimiento hacia las empresas, desempeñando un papel vital en el fortalecimiento de la competitividad y sostenibilidad de la economía.
La investigación aplicada y la Ley de Ciencia en Asturias
A diferencia de la investigación básica, que se enfoca en generar nuevos conocimientos, la investigación aplicada busca trasladar esos avances científicos al ámbito empresarial, ofreciendo soluciones prácticas a problemas reales. Los Centros Tecnológicos, por su capacidad de anticiparse a las demandas productivas y tecnológicas del sector industrial, son especialistas en conectar la innovación con las necesidades del mercado, facilitando así un desarrollo más ágil y eficiente.
Los Centros Tecnológicos generan conocimiento, se anticipan a las necesidades y se especializan en conectar la innovación con las necesidades productivas y tecnológicas del sector industrial, lo que permite una sociedad más desarrollada y competitiva
Áureo Díaz-Carrasco, director ejecutivo de Fedit, quien intervino ante la Comisión de Ciencia, Empresas y Empleo de la Junta General del Principado, destacó la importancia de un mayor respaldo a los Centros Tecnológicos en la nueva Ley de Ciencia. «Es crucial que estos centros, que ya están reconocidos a nivel estatal, sean incluidos automáticamente en el registro de agentes de ciencia e innovación de Asturias», señaló. También subrayó que el reconocimiento de su papel en la investigación aplicada refuerza no solo el ecosistema científico, sino que también impulsa directamente el tejido empresarial y tiene un impacto tangible en la vida de los ciudadanos.
Este enfoque en la investigación aplicada no solo incrementa la competitividad empresarial, sino que también acelera la llegada de innovaciones al mercado, beneficiando a toda la sociedad. Díaz-Carrasco agregó: «Esta Ley debe centrarse más en aumentar el impacto de las actividades científicas y de innovación en las empresas y la sociedad, atendiendo no solo a la oferta tecnológica, sino también a las demandas reales del sector».
