El turismo por ejemplo, fue uno de los rubros más afectados. Sin embargo, no todas son malas noticias, y la nueva normalidad se encuentra a la orden del día. Los principales países de Europa, al igual que los destinos vacacionales más visitados en el mundo se encuentran en la difícil tarea de buscar maneras de atraer turistas y reactivar nuevamente el sector, por lo que están en pleno desarrollo de diversas estrategias y políticas.
La Unión Europea por ejemplo busca la aprobación, otros países buscan abrir el turismo independientemente de los costos, en tanto que algunos prefieren ser prudentes y cortar todo tipo de circulación, como es el caso de Alemania.
Como bien mencionamos, la mayoría de las naciones buscan ofrecer una propuesta vacacional con márgenes respetables tanto de salubridad como de seguridad, siendo estos posiblemente los dos factores y medidas claves de las próximas temporadas, en donde las atracciones podrían llegar a pasar a un segundo plano.
Por otro lado, la crisis interna de los países ha traído inseguridad por los desequilibrios económicos generalizados. Por lo que ahora, si bien se escucha el término seguro médico para el turista, en poco tiempo, la palabra seguridad incluirá mucho más que solo eso, incluso hasta la seguridad cibernética ingresa en el debate.
Es decir, como bien sabemos la conectividad resulta ser una gran aliado y un importante solucionador de problemas muchos lugares remotos de distintos países que suelen paraísos y puntos de interés de miles de turistas, al igual que para ladrones, sin embargo, resultan ser “agujeros negros” para la comunicacion, lo cual es un peligro latente.
Por ello, la inversión en infraestructura tecnológica para solventar la comunicación y los servicios de salud, y con ello, la seguridad de las ciudades de cada país, es la única manera de volver a reactivar el turismo. Y para ello, se requiere de intervención gubernamental consciente y planificada; y la inversión de un considerable capital para poder generar más ingresos. Si bien podria resultar irónico para la gran mayoría de las personas, no para un estudioso político del tema, como el presidente de Turquía
Es por eso, que el actual presidente del país euroasiático, Recep Tayyip Erdogan, comprende y asegura que se precisa de la instalación de una gran infraestructura de tecnología 5G activa, para convertir al país en un destino atrayente, más allá de de ser pionera en cuanto a ciberseguridad.
Así como “todo es político”, también todo se encuentra fríamente relacionado. Por lo que, la única manera de hacer posible crecer nuevamente los viajes a Turquía y el movimiento de ingresos que promueve el turismo, es con sacrificio. Un sacrificio patrocinado por la gestión política que el gobierno está dispuesto a realizar.
Para comprender mejor la imagen del turismo turco, es necesario hacer un recorrido por los andariveles y las profundidades de la cultura del país, el cual se extiende desde Europa oriental hasta Asia occidental. Sus raíces culturales se encuentran impregnadas en un árbol genealógico de conexiones culturales de grandes imperios, como el griego, el romano, el bizantino, el persa y el otomano.
La mezcla de sangres, linajes, y genéticas que existe en estas tierras, trae tanto riquezas como conflictos. Pero más allá del aspecto sociológico, el país es hogar de grandes bellezas naturales, y arquitectónicas, como El Mar negro, o las paradisíacas playas de Bodrum son algunos de los ejemplos de las atracciones naturales.
El bósforo, también denominado como el estrecho de Estambul, es otro. El cual separa la parte europea de la asiática, en donde la soberanía del lugar ha sido motivo de múltiples guerras a lo largo de la historia. Y si seguimos por el mismo, pasaremos en algún momento por otra de las ciudades más importantes de Turquía: Capadocia, la tierra de los globos aerostáticos.
Del otro lado de la ecuación, se encuentra la capital, que es el perfecto ejemplo que engloba a las principales atracciones arquitectónicas del país. Para comenzar nuestro viaje a Estambul debería comprender que se trataba del eje central del Imperio Otomano.
El palacio de Topkapi, por ejemplo, es el gran símbolo del poderío con el que contaba Constantinopla por esas Eras. Y así como este, podríamos nombrar miles de otros lugares de interés general que posiblemente haya escuchado; como la imponente Mezquita Azul, la cual es una de las más grandes del mundo, la iglesia de Santa Sofía, que es una antigua basílica ortodoxa, luego transformada en mezquita y actualmente convertida en museo. Hasta 1261 fue la iglesia papal, y de allí reside su importancia para el mundo religioso.
Pero así como los monumentos llaman la atención, los espectáculos socioculturales también. Por ejemplo; el increíble fenómeno que se origina en el gran bazar, en donde operan más de 20.000 trabajadores, y circulan más de 100.000 personas por día, así como es atractivo e imponente, también peligroso. Y aquí es precisamente el punto donde queríamos llegar. Los peligros que presenta El Gran Bazar, no solo para la salud epidemiológica del país, sino también para la moderación turística víctima de la gran cantidad de robos que suceden por día en el mismo.
La salida del bazar suele ser confusa, como la mayoría de las salidas de cualquier atracción turística de renombre. No suele haber señal, y los amontonamientos de gente son frecuentes por lo que perderse es una opción, y el robo es otra. Sin embargo, con la correcta planificación política las posibilidades de reducir la tasa de delincuencia son elevadas.
Saber dónde se encuentra uno exactamente, mientras se visita un país, es el comienzo de un modelo refractario que conlleva en él mismo un montón de salidas y soluciones necesarias. Saber dónde uno está, saber a donde uno debe ir, saber a donde uno puede ir, o saber qué zonas se deben evitar, son solo algunas de las motivaciones.