Hace muy pocos años, la tecnología llamada “computación en nube” o “cloud computing” emergía incipientemente y era mirada con recelo por parte de las empresas. Hoy en día y más en los tiempos que corren, este tipo de tecnología comienza a ser aceptada entre las empresas debido al importante ahorro de costes que supone. Sin embargo, todavía existe un profundo desconocimiento y reparo a la hora de adoptar el “cloud computing” entre las compañías. Desde BCN Binary, consultora tecnológica especializada en el ahorro de costes y aumento de la productividad, se alerta del avance y mejora que supone para las empresas dar el “salto a la nube”.
De un modo sencillo puede definirse la “computación en nube” como la capacidad de ofrecer aplicaciones y servicios desde Internet hacia cualquier dispositivo, ya sea ordenador portátil, pda, teléfono, en lugar de hacerlo desde las aplicaciones instaladas de forma local. Así, una de las principales características de esta tecnología es que no es “tangible”, es decir, los servicios se ofrecen de una forma deslocalizada. Por eso, tal y como señala Francisco Rodríguez, Director General de BCN Binary “el cambio de las empresas al “cloud computing” es sobre todo un proceso de cambio de mentalidad. A muchas empresas les cuesta no disponer de un servicio in-situ porque de esta manera perciben más inmediatez en el servicio cuando es todo lo contrario. El servicio remoto permite acceder al instante a un servicio cualificado y eficaz”.
La principal ventaja que hay que tener en cuenta con respecto a ofrecer los servicios y aplicaciones mediante la “computación en nube” es la reducción de costes. Reducción tanto de instalación como del mantenimiento de las aplicaciones, así como ahorro de energía. Así, según un estudio publicado por un grupo de investigadores de las universidades Berkeley y Stanford, financiado por Microsoft e Intel, el costo de la electricidad (incluyendo refrigeración, alimentación de reserva y distribución de energía) representa un 50% del costo anual de la manutención de un Data Center. Asimismo, tal y como afirma Francisco Rodríguez “El ahorro es inmediato, ya que se reducen la necesidad de disponer de personal especializado y continuamente formado con los costes que conlleva. En el caso de aplicaciones el ahorro en tiempo de despliegue de aplicaciones, actualizaciones y mantenimiento se aprecia desde el primer instante”.
Pese a lo que pueda parecer, las capacidades a la hora de adoptar el “cloud computing” son las mismas o incluso mejores que al integrar los servicios de un modo tradicional. Como se está acostumbrado a lo material, existe la idea que lo “tangible” es lo que se puede controlar y lo que podemos ver siempre estará más seguro. Sin embargo, al integrar la “computación en nube” en una empresa puede accederse a todo desde cualquier lugar o dispositivo, siempre que se disponga de conexión a Internet. Además, los datos almacenados estarán más seguros y supervisados por un administrador central. Por último, este tipo de tecnología puede emplearse por todo tipo de empresas, desde pequeñas a PYMES y grandes empresas.