El comienzo del 2022 ha sido muy intenso para los mercados globales. No lo ha sido menos para el mercado de las criptomonedas que ha estado experimentando importantes variaciones de precio desde el inicio y cuyo panorama se tornó más complicado si cabe con el estallido de la guerra provocada por la invasión rusa a Ucrania.
Aun así, y aunque aún está lejos de los máximos alcanzados en noviembre de 2021, cuando la cotización de Bitcoin superó los 68.000 dólares, la criptomoneda parece dar señales de recuperación y se sitúa en niveles cercanos a los marcados a comienzos del año.
Persecución a las criptomonedas en China
Uno de los varapalos más relevantes sufridos por las cripto se sucedió después de que el pasado año China prohibiese y penalizase cualquier tipo de actividad relacionada con las criptomonedas.
La minería que operaba en el gigante asiático, y que suponía la mayor a nivel internacional, tuvo que huir del veto buscando nuevos lugares donde ejercer su labor de manera segura. La alternativa más atractiva donde trasladarse la constituía Kazajistán, tanto por su cercanía geográfica con China como por contar con unas políticas benignas con esta industria.
Sin embargo, la situación experimentó un rápido y drástico giro de ciento ochenta grados cuando comenzaron a sucederse los cortes de electricidad -en gran medida responsables del derrumbe de Bitcoin- y el Ministerio de Energía culpó de ello a los mineros, además de subir los impuestos y referirse a los mineros que no registraban su negocio como criminales. La situación se tornaba cada vez más difícil al sumarse los cortes de internet, lo que terminó derivando en una búsqueda de destinos más amables donde llevar a cabo sus operaciones de minería.
Aires de regulación
Tras los vaivenes sufridos, lo cierto es que en el momento actual existe mucho interés a nivel global por regular las criptomonedas de una forma efectiva. Aunque esto no es nuevo, pues es sabido que las criptomonedas llevan tiempo en el punto de mira de los reguladores. Máxime cuando empresas de renombre mundial empiezan a invertir y a admitir el pago en criptomonedas, demostrando que una nueva realidad se abre camino en el mundo de las finanzas.
No es de extrañar por tanto que tanto la Unión Europea como EEUU estén poniendo todo su empeño en lograrlo cuanto antes llevar a cabo esta regulación, con el objetivo de, según manifiestan, evitar los fraudes y la financiación del terrorismo o actividades delictivas en general, así como ofrecer una regulación consensuada y global.
De hecho, la Unión Europea estaría elaborando una normativa única con la intención de regular este mercado que quedaría recogido en el Reglamento MICA y que trataría de dar certidumbre y claridad jurídica para el desarrollo de los criptoactivos, creando un marco adecuado para su emisión al tiempo que protege a los inversores y minimiza los riesgos para la estabilidad financiera y la política monetaria.
Valor refugio vs especulación
Pero, ¿debemos considerar las criptomonedas como una apuesta segura?
Un punto de reflexión con respecto a las criptomonedas y que divide a los analistas se encuentra en el momento de considerar a Bitcoin como un valor refugio -pues es conocido que en países de alta inflación son muchos los inversores que apuestan por invertir su capital en criptomonedas- o bien considerar si tendría un comportamiento más que como activo refugio, como protector ante el riesgo geopolítico, similar al papel que desempeña el crudo, que suele desplomarse en escenarios de convulsión macroeconómica, pero que aumenta su precio cuando existe un conflicto de peligro político donde se percibe riesgo de escasez.
Sea como fuere, la realidad es que en estos momentos de conflicto armado entre Rusia y Ucrania representantes estadounidenses y europeos afirman que los oligarcas rusos estarían tratando de utilizar las cripto como refugio para sus fortunas convirtiendo sus rublos en criptomonedas con el fin de evitar las sanciones impuestas. Dando así efectiva muestra de considerar las criptomonedas como una opción adecuada para proteger sus bienes.
Pero no debería fundamentarse la decisión de invertir o no en criptomonedas en este único dato, ya que, a juicio de algunos analistas, la inversión en criptomonedas sería algo extremadamente arriesgado debido a su elevada volatilidad y su no tan clara utilidad futura.
Aun así, el Gobierno británico anunciaba recientemente su intención de aceptar las stable coins como medio de pago, así como su interés en usar tecnologías de bases de datos descentralizadas, parecidas a las que utilizan las criptomonedas, buscando una mayor transparencia y eficiencia. Hecho que quizá podría interpretarse como otro punto a favor de las criptomonedas.