Llamémoslo Big Data, Smart Data, Data Mining o, sencillamente, englobémoslo bajo el concepto genérico gestión del dato, pero la realidad es que almacenar y procesar la información es una de las principales preocupaciones actuales del entorno empresarial. Resulta un elemento clave en los procesos de Transformación Digital porque, hoy más nunca, la toma de decisiones se apoya en la realidad de cifras, que permiten una mejor y más eficiente aproximación al mercado.
Esto, a su vez, convierte a la gestión del dato en uno de los principales quebraderos de cabeza para los equipos técnicos: ¿dónde estará segura la información?, ¿cumpliré las normativas de protección de datos?, ¿podré recuperar todo fácilmente en caso de desastre?, ¿soportará mi arquitectura la próxima gran campaña?, ¿cómo presto servicio a los usuarios móviles?, etc.
Son preguntas que los equipos técnicos se plantean al desplegar prácticamente cualquier aplicativo de negocio, porque no olvidemos que Business Intelligence, CRM, ERP o las soluciones IoT se sustentan en los datos, en su almacenamientos y procesado. No son preguntas fáciles, pero la respuesta sí puede serlo: Cloud Computing.
La gestión del dato sólo cobra sentido bajo los entornos Cloud. Ésta es una realidad innegable. Podemos conseguir los datos en la Tierra, pero su almacenamiento y tratamiento tiene que realizarse en la Nube. Las soluciones Cloud se articulan como una de las mejores vías para alcanzar los niveles de servicio que realmente requieren las organizaciones hoy en día para gestionar sus datos de negocio.
La gestión del dato es uno de los principales quebraderos de cabeza para los equipos técnicos: ¿dónde estará segura la información?, ¿cumpliré las normativas de protección de datos?
Sólo la externalización bajo el modelo Cloud garantiza la seguridad, confidencialidad, disponibilidad e integridad de la información corporativa, sin destinar recursos adicionales y excesivos, que drenen la capacidad, el talento y el presupuesto de los equipos técnicos. Y todas las complejidades inherentes al tratamiento de la información de negocio, que no son pocas, pasan a ser asumidas por el proveedor: redundancia de equipamiento y conectividad, monitorización 24×7, medidas anti-malware y anti-intrusos, flexibilidad de la plataforma ante los picos de carga, seguridad física y perimetral, etc.
Medidas del proveedor que, además, se pueden complementar fácilmente con otras características complementarias, como los volúmenes compartidos o las políticas de copias de seguridad, que ahora se pueden realizar a golpe de clic y bajo el modelo “as a Service”, cuando antes consumían numerosos recursos internos en horas de planificación, programación o adquisición de hardware.
Del grado de aislamiento de cada Nube o de su rendimiento, afortunadamente tampoco hay que preocuparse. Soluciones tan extendidas en los proyectos Big Data, como Hadoop, Cassandra o SAP Hana, encuentran su respuesta también en la Nube. Concretamente, en soluciones Cloud a medida que pueden ir más allá del Cloud 100% Público si se cuenta con un partner experimentado en este tipo de arquitecturas. De este modo, es posible desplegar recursos dedicados para los proyectos más exigentes y conformar arquitecturas de Nubes Privadas o inclinarse por las Híbridas, que combinen los beneficios de utilizar una infraestructura pública a demanda, mientras el back-end y los aplicativos core se mantienen en una infraestructura robusta y dedicada.
De este modo, el Cloud Computing está permitiendo que cualquier organización, independientemente de su tamaño o sector, pueda contar con la plataforma flexible y de alto rendimiento que exige la gestión de sus datos de negocio, disminuyendo de forma drástica sus tiempos de despliegue y evitando las inversiones en las costosas y complejas arquitecturas que antes había que dedicar a este tipo de proyectos.
