Únete a la Comunidad de Directivos de Tecnología, Ciberseguridad e Innovación Byte TI

Encontrarás un espacio diseñado para líderes como tú.

Software “best in class”

Le atiende Juan Fernández ¿en qué puedo ayudarle…?
La mejor manera de obtener una primera aproximación realista a la situación actual, con respecto a la calidad del software que se encuentra en producción, es recoger información del Centro de Atención a Usuarios de la empresa (CAU) con la que podremos analizar problemas, incidentes, tendencias, tiempos de resolución, índices de satisfacción de los usuarios, etc.
¿No nos gusta lo que descubrimos? Calma, que no cunda el pánico. Al menos tenemos identificada la situación; lo que hay que plantearse es la definición de una estrategia que ayude a que esas cifras mejoren.
Si partimos de una situación típica, en la que una aplicación ha sido desarrollada y evolucionada por varias factorías y que, en producción, sigue fallando e incluso reproduciendo errores supuestamente corregidos, provocando verdaderos quebraderos de cabeza al personal del CAU y la irritación más profunda en los responsables de las áreas de negocio afectadas, nos preguntamos: ¿Cómo detectar los problemas con anticipación? ¿Cómo resolverlos eficazmente? ¿Cómo gestionarlos y controlarlos proactivamente?
A estas cuestiones se han dado ya multitud de respuestas desde diferentes orientaciones (más o menos ágiles), pero todas coinciden en que el Aseguramiento de la Calidad del Software (SQA) es clave como medida proactiva. Muy probablemente, conseguir software sin defectos no incrementa el valor aportado al negocio, pero si los defectos aparecen está claro que el valor aportado se reduce e incluso se anula (aunque sea temporalmente, según los criterios de disponibilidad y continuidad preestablecidos).
Sin embargo, una estrategia clásica de aseguramiento de la calidad, quizá no sea suficiente, pues se hace necesaria una intervención de más amplio espectro, que no sólo se centre en la prevención de errores y defectos (aseguramiento) en las fases de Construcción y Testing, sino que, por un lado, alcance a todas las fases del ciclo de vida de desarrollo del software, desde sus fases más tempranas hasta la puesta en producción y, por otro, se integre con otros procesos existentes, como por ejemplo la Gestión del Portfolio de Aplicaciones (APM) o la Gestión del Portfolio de Proyectos (PPM).
El Gobierno de la Calidad de Software, como un aspecto del Gobierno de las TIC, surge como esa visión integradora que aglutina los diferentes procesos relacionados con la calidad de los aplicativos que alimenta a las estrategias de gobierno de nivel superior con información valiosa para la gestión de riesgos, los procesos de toma de decisiones o el alineamiento con el negocio.
En el gráfico siguiente podemos observar esta relación como un mapa de valor que para el negocio aportan las aplicaciones software de una empresa cualquiera.
En él se representa cada aplicación como una burbuja (el tamaño de la misma refleja el tamaño del código fuente) ubicada en el mapa según la valoración que alcance en los ejes de calidad obtenida y el valor aportado al negocio.
Ahora, ¿qué haría Vd. con una aplicación de gran tamaño, poca calidad y escaso valor para el negocio?, ¿y si su valor aportado fuera alto? Antes bien, ¿está Vd. en disposición de conocer el tamaño, la calidad y el valor de cada una de sus aplicaciones?, ¿es capaz de controlar esta calidad y mejorarla? …¿antes o después de que se produzca un problema?
Y por último, ¿dispone de una herramienta capaz de pintar de manera automática ese mapa que le permita un gobierno avanzado de la calidad sus aplicaciones?
Gobierno de la Calidad del Software”best in class”
La mejor manera de abordar la prevención de incidencias y problemas en el software es hacerlo desde la perspectiva del Gobierno de la Calidad del Software que requiere de una plataforma de soporte que la alimente de información valiosa y significativa. Ninguna decisión puede tomarse sin la información adecuada y ello supone la integración y correlación de datos aislados de numerosas fuentes.
Considerando el gobierno como la dirección de procesos, organización y recursos en pos de un fin último, como es en nuestro caso incrementar la calidad del software, lo que se necesita es la obtención de información sobre la calidad del mismo durante sus diferentes estadios de desarrollo. El estándar ISO/IEC 9126 (2002), “Software Engineering- Product Quality”, ofrece pistas sobre las características que deben ser evaluadas y ejemplos de métricas que obtener para cada una.
Como soporte a esta estrategia, la solución “checKing” de Optimyth permite integrar la información residente en diferentes herramientas de gestión de requisitos, artefactos de análisis y diseño, código fuente, pruebas, defectos e incidencias, de forma que se pueda medir la calidad, automáticamente, y visualizar en un cuadro de mando de Software Quality Assurance (SQA) que refleje diversos indicadores que resuman e integren los datos recogidos, así como su evolución en el tiempo.
Beneficios asegurados
Un proceso de Aseguramiento de la Calidad de las aplicaciones lo más automatizado posible es una herramienta muy eficaz como soporte al Gobierno de la Calidad del Software que permite al CIO obtener, entre otros beneficios, un mejor alineamiento con las estrategias de negocio, la optimización del ROI de los aplicativos e infraestructura, un incremento del nivel de excelencia en la prestación de servicios TIC y una disminución del flujo de llamadas al CAU, logrando un aumento de la satisfacción de los usuarios y contribuyendo al negocio sin que merme el valor que aportan al mismo las aplicaciones.

Deja un comentario

Scroll al inicio