Erróneamente, el low-code a menudo se percibe como código de ‘bajo coste’. Sin embargo, es mucho más que una versión simplificada del desarrollo informático, el low-code permite que el desarrollo de aplicaciones sea accesible para tantas personas como sea posible.
Por tanto, estamos hablando de la existencia de una democratización real. Si bien la tecnología se está convirtiendo tanto en una herramienta como en una cultura universal, es necesario ofrecer una solución que permita a todos los usuarios involucrarse en esta cuestión. Así es como el low-code participa activamente en la apertura de nuevos horizontes.
Low-code: un acelerador de autonomía
El low-code se fundamenta en un enfoque centrado en acelerar y simplificar el desarrollo de aplicaciones basándose en componentes tecnológicos ya disponibles. La experiencia del usuario (UX) y la interfaz gráfica están en el corazón de la accesibilidad del low-code, por lo que no es necesario un trasfondo técnico. Sin embargo, para poder determinar qué componentes usar, es esencial aprender a combinar adecuadamente los bloques de construcción.
Sin embargo, no se trata de eliminarlo por completo, sino de dirigir su objetivo a proporcionar el acceso a un público más amplio. Por tanto, los equipos considerados no técnicos, los comerciales, por ejemplo, pueden usarlo para desarrollar e implementar sus propias aplicaciones con el fin de satisfacer con precisión las necesidades específicas de su negocio.
Con la aparición del low-code, estamos presenciando un cambio de modelo en el que ahora todos pueden evolucionar de forma casi autónoma en proyectos técnicos. En este sentido, estamos asistiendo a un cambio real en cuanto al nivel de iniciativa dentro de las empresas.
El low-code se fundamenta en un enfoque centrado en acelerar y simplificar el desarrollo de aplicaciones basándose en componentes tecnológicos ya disponibles
Por lo tanto, el low-code es sobre todo un acelerador, de ninguna manera un sustituto. Mueve los límites conocidos en la gestión de proyectos y el desarrollo web por sí mismo y constituye una profunda innovación en el funcionamiento de las empresas.
Low-code: una ventaja de alto nivel para las empresas
Si los beneficios inmediatos del low-code preocupan sobre todo a los usuarios, es obvio que la agilidad obtenida también beneficia a las empresas. Una encuesta de Gartner realizada a 200 compañías indicó que el atractivo del low-code está principalmente impulsado por la mejora de la productividad, pero también por el tiempo de comercialización, la creación de aplicaciones empresariales y la mejora de la experiencia de usuario.
Implementadas durante varios años, las plataformas low-code ahora tienen suficiente perspectiva para analizar los usos relacionados con su producto. Está claro que hoy en día la fase de adopción está en marcha. El low-code es finalmente comparable a lo que eran las estrategias en la nube hace 10 o 15 años. Además, algunos consideran que se trata de la evolución natural de la nube, especialmente porque la mayoría de las plataformas han optado por trabajar ‘como un servicio’, combinando así lo mejor de la nube y del Machine Learning.
Otra ventaja y no menos importante, el low-code enriquece el enfoque y las posibilidades de los proyectos de TI en un sector que sufre una escasez endémica de contrataciones. La experiencia demuestra que después de unos meses de formación, personas de sectores como finanzas, marketing, etc. pueden trabajar en proyectos pequeños, pero muy reales. Una vez más, este es un cambio extremadamente poderoso que redibuja las líneas de los proyectos de tecnología y TI, pero también tiene un impacto positivo en lo que respecta al reclutamiento por parte del equipo de Recursos Humanos.
Implementar el low-code
¿Cuáles son las mejores prácticas a llevar a cabo para la implantación de una estrategia low-code dentro de una organización? Todo depende, obviamente, de la madurez digital de la empresa. El objetivo general es formar a personas no técnicas a través de sesiones de empoderamiento para que entiendan los principios de la plataforma, pero también las metodologías en las que se basa.
También es necesario explicar a los clientes la nueva perspectiva que aporta el low-code y el cambio de tendencia que representa. A medida que el hardware se vuelva menos necesario y pierda importancia de cara al futuro, el enfoque estará centrado en la creación de valor comercial para el cliente.
Otra práctica recomendada para implementar una estrategia de low-code es crear centros de excelencia para el desarrollo y el mantenimiento, lo que permitirá a los empleados probar la solución sin riesgo. Estos centros proporcionan una estructura ‘sandbox’ ideal para la capacitación, la familiarización, la creación de procesos de automatización, etc. Estos centros permiten, por ejemplo, procesar correos electrónicos entrantes, reenviarlos o crear automáticamente tareas desde el cuerpo del correo electrónico, sin suponer ningún riesgo para la organización.
Low-code: una metáfora de la innovación
La innovación funciona tanto ‘desde arriba’ como ‘desde abajo’. La primera se refiere a la gran innovación que lo cambia todo a través de la disrupción masiva. Este tipo de innovación que irrumpe en un sector con una nueva tecnología o una nueva oferta es relativamente singular, y su rareza es precisamente lo que lo hace valioso. Pero la innovación también funciona desde abajo. Low-code es parte de esta categoría que, al multiplicar las capacidades de un gran número de jugadores, literalmente crea un ecosistema expandiendo la innovación.
Esto se debe a que el low-code abre la posibilidad de crear aplicaciones locales que permiten a los usuarios sin un conocimiento técnico profundo crear aplicaciones de forma rápida y sencilla, o incluso desarrollar una aplicación o proceso utilizando solo herramientas de configuración. Low-code crea así por capilaridad un caldo de cultivo favorable a la aparición de lo que podría llamarse micro-innovaciones. Estas pueden tener, por la masa que representan, un efecto sistémico de innovación, aunque solo sea por el acceso inmediato a la innovación por parte de un mayor número de usuarios. Esta democratización hace desaparecer los límites. Sin ostentación, con modestia, amplía el horizonte de la innovación y empuja así, a su manera, las fronteras. En este sentido, el low-code es claramente un concepto que promueve este horizonte y abre las nuevas fronteras de la innovación.
Por Mario Arias, power platform solution architect de Prodware