Todo cambia a gran velocidad y los progresos tecnológicos no podían ser menos. La tecnología de la información es uno de los sectores donde esta transformación ha sido más rápida. Este cambio está causado, entre otros motivos, por el aumento del tráfico en Internet, por la explosión del vídeo, la banda ancha y la penetración de los dispositivos móviles. Además, la migración de muchas aplicaciones a la web ha creado el entorno idóneo para el desarrollo y la configuración de la “Nube”. Por ello, solo las empresas que muestren agilidad y capacidad de adaptación al cambio serán las que permanecerán.
Actualmente, en las áreas tecnológicas y en concreto sus responsables, hablan del cloud computing y de las numerosas ventajas que ofrece esta tecnología. Y no es extraño, porque gracias a los servicios de Cloud las organizaciones obtienen ahorro de costes, flexibilidad e inmediatez en la gestión de sus datos y aplicaciones. Ello les permite adaptar más eficientemente la tecnología a las necesidades de negocio.
En este mundo tan activo y cambiante, muchas compañías han de garantizar la disponibilidad de sus datos en cuestión de segundos, por lo que contar con una infraestructura ágil y poder disponer de los recursos en el momento que se necesitan puede ser la solución, pero ¿cómo se puede conseguir y de forma segura? La gestión de los servicios de Cloud en un CPD puede ser una alternativa.
Ventajas del CPD profesional para alojar la Cloud
Las tendencias del mercado nos muestran que la adopción de servicios de cloud computing y su gestión desde un CPD profesional aporta beneficios, principalmente en lo que se refiere a conectividad, costes, seguridad, disponibilidad y rendimiento.
Podemos afirmar que gracias a un CPD los servicios de computación en la nube pueden obtener mejor conectividad a un menor coste, ya que desde un centro de datos profesional es posible tener acceso a múltiples proveedores de conectividad y a redes de operadores internacionales. De esta forma, se reducen los costes de interconexión a través de peering con otras redes, se produce un despliegue más rápido o se obtiene una mejor latencia al reducir el número de saltos en su red.
Otra de las ventajas a destacar es el mayor control y seguridad de la infraestructura donde se alojan los servicios de la “Nube”, ya que en un CPD profesional cuenta con mayores protocolos de seguridad en el acceso, sistemas de monitorización de cada uno de los componentes del CPD y asistencia permanente por parte del personal especializado. Además, existe una política de mantenimiento muy estricta para evitar una degradación del servicio y una seguridad en el buen funcionamiento.
Por último, un CPD profesional ofrece flexibilidad pues dispone de los recursos necesarios en cada momento, evitando tener que preparar una infraestructura a futuro sin conocer los cambios que se producirán.
En definitiva, nos encontramos en un momento donde todo cambia a pasos agigantados y todas las empresas quieren resaltar su posición en un mercado competitivo. Por ese motivo, apostar por sistemas y servicios flexibles, infraestructuras escalables y transferir este reto a un proveedor externo, puede suponer que se gestionen los servicios de la forma más eficiente y a un menor coste y, por ende, se consiga un mejor rendimiento.