Preocupados por el crecimiento de Internet, ya en 1992, la IETF, la organización internacional encargada de estandarizar todos los aspectos técnicos de Internet, determinó que era necesario un nuevo protocolo IP. Tras varias propuestas, en Julio de 1994 se constituyeron las bases del protocolo que más tarde se denominaría IPv6.
La principal razón por la que se impulsó el IPv6 es la necesidad de más direcciones IP. Durante mucho tiempo, el uso direcciones privadas a través del NAT y la asignación dinámica de direcciones públicas mediante el protocolo PPP han sido una solución para la escasez del espacio de direccionamiento IPv4. No obstante, la creciente demanda que se está experimentado en los últimos años requiere que la implantación de IPv6 se realice lo antes posible. Esta demanda ha venido impulsada principalmente por tres motivos. La existencia de tecnologías always-on como los accesos xDSL y el cable hace que la asignación dinámica de direcciones ya no sea una solución real. Por otro lado, la necesidad de conectividad de nuevos usuarios en países emergentes y con economías crecientes como India o China ha significado un verdadero boom en la utilización de Internet. En el caso concreto de China, su necesidad es tan grande que se ha creado el programa China Next Generation Internet para la adopción temprana de IPv6. Finalmente, la aparición de nuevos dispositivos con capacidades de conexión tales como teléfonos celulares, PDAs, electrodomésticos u otros dispositivos de consumo ha terminado agravando este problema.
Ventajas y mejoras
A parte de una mayor capacidad de direccionamiento, IPv6 incorpora muchas ventajas más. Una de las más conocidas es la capacidad de auto configuración de la red, es decir, los equipos son capaces de determinar su dirección IP de forma automática y sin necesidad de un servidor adicional. Otra ventaja es la implementación de IPSec en la misma pila del protocolo, lo que garantiza la posibilidad de configuración de conexiones seguras en cualquier tipo de dispositivo, ya que es obligatoria su implementación en todos ellos. Por otro lado, el hecho que todas las direcciones globales sean públicas facilita este tipo de conexiones extremo a extremo, ya que no existe el concepto de NAT. La desaparición del NAT es doblemente bueno, ya que mejorará las actuales praxis en materia de seguridad; el NAT compromete la seguridad de Internet permitiendo la relajación de las reglas de firewalling, así como también las prestaciones y la manejabilidad de Internet.
IPv6 también ofrece facilidades en los mecanismos de movilidad, mucho más eficientes que los definidos en IPv4 y que prácticamente nadie ha llegado a implementar nunca. En un mundo con cada vez más demanda de movilidad, esta ventaja puede hacer que finalmente podamos llegar a ver la tan esperada IP móvil.
La capacidad de etiquetado de flujos, un concepto nuevo en IPv6, y un mejor soporte a las opciones y extensiones que soporta el protocolo hacen que, junto con la redefinición de la cabecera que éste ha sufrido, la transmisión de los paquetes sea mucho más eficiente.
Situación actual
Aunque el despliegue de IPv6 no es el que debería ser dada la situación en la que nos encontramos, su desarrollo va en aumento y cada vez son más los operadores e ISPs que ofrecen servicios comerciales. En España, tan solo 24 operadores tienen asignado direccionamiento IPv6 por RIPE, lo que representa un 12% del total, de los cuales no todos tienen implementado el protocolo en su red. Este porcentaje se sitúa por debajo de la media europea, que es del 17%.
De todas formas, el tráfico IPv6 existente es mucho mayor del que podría parecer a simple vista. Algunas fuentes hablan de medidas en redes en las que el 30% del tráfico es ya IPv6. El motivo de esto es uno de los mecanismos de transición para la implantación de IPv6, los túneles sobre IPv4. En este sentido, Windows Vista, que implementa IPv6 por defecto y que tiene la capacidad de obtener direccionamiento IPv6 mediante túneles Teredo, ha contribuido enormemente, ya que el sistema prioriza la utilización de IPv6 cuando existen las dos posibilidades. Sin embargo, este tráfico es difícil de medir y pasa desapercibido para la mayoría de operadores de red, ya que no se trata de tráfico nativo.
En cuanto al rendimiento, aunque IPv6 es más eficiente que IPv4, la capacidad de la red IPv6 es aún menor que la IPv4 debido a una menor implementación del protocolo en todas las redes, lo que provoca en algunos casos unas latencias mayores. Esto, sin duda, irá cambiando a medida que dicha implementación avance.
Si hablamos de equipos, hoy en día prácticamente todos los fabricantes importantes soportan IPv6 en sus productos, algunos incluso desde hace más de tres años. En muchos casos este soporte es por defecto y en otros es necesario activarlo o realizar una actualización de firmware, pero en cualquier caso, cada vez es más difícil encontrar equipos que no tengan este soporte.
Lo que falta por hacer
IPv6 ya está presente en nuestras redes y su madurez y estabilidad facilita que cada día sean más los operadores que lo estén implementando. Aún así, aún queda mucho trabajo por realizar. Por un lado, muchas de las características avanzadas de IPv6 aún están en fase de especificación, implementación y despliegue, lo que es absolutamente necesario para terminar de ganarse la confianza por parte de todos los operadores de red mundiales.
Las principales tareas pendientes son la implementación de todos los servicios disponibles en la actualidad sobre IPv6; webs, correo electrónico, ftp, entre otros. Los operadores, más allá de implementar el nuevo protocolo en su red, necesitan desarrollar herramientas de gestión y monitorización para el nuevo escenario. Y lo más importante, la formación del personal técnico. IPv6 no son sólo más IPs, se trata de un protocolo nuevo con diferencias sustanciales respecto al IPv4 actual.
Y sin duda, existe una gran responsabilidad por parte del usuario final. Independientemente de la escasez de direcciones IPv4, muchos ISPs no lo implementarán a menos que sus clientes lo demanden.