Hace ya unos años que empezamos a oír noticias relacionadas con los drones continuamente, que si van a cambiar la forma en la que se lleva a cabo el reparto de paquetes, que si van a ser las nuevas infraestructuras para llevar la conectividad a todos los sitios. Todo un mundo de posibilidades que deja atrás la idea inicial de su utilización en entornos militares.
Y es que los drones se consolidan como una de las grandes tendencias tecnológicas de los últimos años, que incluso ha llevado a que se haya desarrollado una legislación específica debido al potencial peligro que pueden llegar a suponer tanto para la seguridad de las personas como para su privacidad. En España durante el año 2014 se aprobaron varias leyes regulando su uso, entre las que destaca la ley aprobada el 4 de julio por el consejo de ministros que trata de controlar el uso las operaciones de carácter comercial y civil con aeronaves pilotadas por control remoto. En ella se segmentan los drones según su peso: de menos de 2 kg, entre 2 kg y 25 kg, de más de 25 kg y de más de 150 kg. En todos los casos será necesario un carnet de pilotos de drones aunque en el caso de menos de 2 kg no será necesario que estén inscritos en el registro de aeronaves ni disponer de un certificado de aeronavegabilidad. Por lo tanto ya encontramos un primer efecto de los drones desde el punto de vista económico: la creación de gran número de puestos de trabajo con una nueva tipología de actividad “piloto de drones”.
Estamos por tanto ante el principio de una tendencia que ya empieza a vislumbrarse y sobre la que empiezan a estudiarse gran cantidad de posibilidades, inspeccionar infraestructuras de distribución de energía, vigilar costas, o actuar en zonas de desastres naturales.
Los drones se consolidan como una de las grandes tendencias tecnológicas de los últimos años, que incluso ha llevado a que se haya desarrollado una legislación específica debido al potencial peligro que pueden llegar a suponer tanto para la seguridad de las personas como para su privacidad
Se trata por tanto de una tendencia que levanta un gran consenso sobre su futuro, pero también que necesita solventar numerosos problemas para que la mayoría de estas aplicaciones sean posibles, por ejemplo que los drones se mantengan en el aire o puedan realizar su recorrido en situaciones atmosféricas desfavorables, evitar los pequeños choques, llevar objetos de un determinado peso o contar con autonomía suficiente para realizar un viaje de mayor recorrido… Todo un camino de obstáculos que se deben ir superando con investigación, innovación y con mucha imaginación.
Entre los esfuerzos por encontrar y desarrollar servicios que aporten utilidad a la sociedad basados en los drones y por solventar las limitaciones que presentan los modelos actuales, destaca el concurso realizado en Dubai “Drones for Good” , que se espera que tenga una periodicidad anual. Se trata de una iniciativa que tiene un carácter global como muestra el hecho de que ha habido 800 propuestas de 57 países diferentes en la última edición.
Entre los finalistas del año 2015 destacan los siguientes servicios: apagar incendios, llevar medicamentos, asistir en los aparcamientos, plantar árboles, limpiar cristales en rascacielos, disipar la niebla en carreteras y transportar salvavidas en las playas.
Parece claro que ideas acerca de cómo los drones pueden desempeñar un papel importante en mejorar la sociedad y por tanto en la vida de las personas no faltan. Todos ellas son iniciativas muy interesantes pero me da la sensación de que todavía se encuentran en una situación inicial de desarrollo. Será interesante hacer un seguimiento las próximas ediciones para constatar si realmente se está produciendo una evolución tecnológica que permita solventar las barreras que se han comentado. Ya ha salido la convocatoria de 2016, espero que se muestren avances interesantes.