En esencia, la agilidad comercial como estrategia no es más que hacer lo que las empresas siempre quisieron hacer: adaptarse rápida y eficientemente a los cambios, pero poniendo el énfasis en la agilidad como objetivo final. Steve Garnett de 4J Consulting explica: “la agilidad comercial no es una herramienta para llevar a cabo su estrategia, es en sí misma una estrategia que os permite crear un ente comercial que se adapta rápidamente a sus entornos, a la demanda de los clientes y que innova constantemente.”
La agilidad es particularmente importante en condiciones económicas difíciles. Keith Richards de Keith Richards Consulting lo sintetiza así: “los beneficios de la agilidad comercial son simplemente mantenerse al día y en el candelero a pesar del clima económico volátil y complejo de hoy en día.” Según un informe de Gartner, el 73% de los directivos de las empresas piensan que la situación económica seguirá siendo complicada en el futuro cercano, por lo que ser capaces de responder a los retos de la demanda sigue siendo una de sus prioridades.
Mejorar la agilidad es un proceso tanto cultural como tecnológico. Garnett afirma que agilidad empresarial significa «ofrecer a los equipos liderazgos atractivos, entornos de colaboración, y los conocimientos y la tecnología adecuados para que la oportunidad se convierta en una realidad.”
Generalmente, los cambios culturales y tecnológicos van de la mano. Por ejemplo, en un estudio reciente, Google descubrió que solo el 12% de sus empleados estaban satisfechos con la tecnología que tenían disponible en su trabajo y que la mayoría preferían las herramientas más intuitivas que usaban en su vida privada. Que los empleados traigan sus propios dispositivos plantea problemas de recursos humanos e informáticos. Requiere que el departamento de RR. HH. escuche cómo quiere trabajar el personal y requiere que el departamento informático se desvíe del enfoque tradicional que dicta qué dispositivos se pueden usar en su red.
De forma similar, un número creciente de personas trabajan de forma remota y exigen aplicaciones de los productos que les permitan trabajar desde sus dispositivos móviles y les ayuden a ser más eficientes. Gartner predice que en 2015 la mitad de los usuarios de correo electrónico de empresa trabajarán más con navegadores, tabletas y móviles que con ordenadores de sobremesa. Los empleados necesitan poder acceder a los documentos desde cualquiera de sus dispositivos (ya sean de la empresa o propios) y desde cualquier sitio. Un estudio reciente de IDC reveló que más de la mitad de los trabajadores que usan smartphones no pueden imprimir desde su dispositivo, pero quieren hacerlo. Esto requiere que las empresas reconozcan la demanda y que usen aplicaciones que ya tienen disponibles.
Cuando se aplica a la infraestructura informática, la agilidad comercial incluye el uso de los servicios en la nube para reducir los costes fijos. De este modo, las empresas pueden desviar recursos dedicados simplemente a «mantener las luces encendidas» para crear un espacio para la innovación. De forma similar, el software como servicio (SaaS) puede mejorar la agilidad de dos maneras: reduciendo los costes de implementación del software en la empresa y dando una mayor flexibilidad al personal en lo que respecta a la forma en que acceden al software.
Pensar en cada aspecto de su negocio a través de la lente de la agilidad le llevará a implementar cambios continuos. En los ejemplos anteriores, los trabajadores podrán realizar sus tareas más rápidamente y se reducirán los gastos generales de informática. Sin embargo, cuando los cambios culturales y tecnológicos se realizan conjuntamente, pueden tener un efecto mucho más importante. En 2011 Gartner predijo que el 85% de las 500 de la lista Fortune 500 no podrán sacar partido de las cantidades ingentes de información de la que disponen para su ventaja competitiva hasta 2015. Las prácticas de trabajo productivas y eficientes permitirán a los empleados ser más creativos y ayudar a las empresas a desbloquear el valor de la información que ya poseen.
Todas las empresas son ágiles en algunos aspectos (o hubieran fracasado) pero aplicar la agilidad comercial como estrategia significa ampliar la agilidad a cada una de las áreas y a cada decisión y acción. Para comprobar la agilidad de su negocio, Steve Garnett sugiere una prueba sencilla: piense cuál sería su reacción si un director de cualquier departamento viniera a verle con una idea brillante pero revolucionaria. Si piensa que su empresa podría desarrollar la idea rápidamente, probablemente es ágil. Si piensa que le llevaría años con los procesos actuales, es posible que quiera implementar algunos cambios.