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¿Crisis? Llegó la hora de los servicios

La crisis económica, así como el incremento en la utilización de nuevas tecnologías, y como el uso cada vez mayor de nuevos aparatos y más sofisticados ha hecho que muchas empresas se vean incapaces de gestionar de manera correcta sus recursos informáticos. Y es que, además de saber gestionarlos de forma adecuada, el mantenimiento de los equipos y de la infraestructura informática implica, en numerosas ocasiones un elevado coste que las compañías son incapaces de asumir.
Así que la opción pasa por los servicios: es decir, que empresas expertas, conocedoras de las máquinas, los programas y las redes gestionen todo este entramado de forma correcta y a un coste apropiado. Y es que, el impulso tecnológico ha traído consigo una tremenda facilidad de uso en las aplicaciones pero a la vez, y sobre todo tras la crisis tecnológica de principios de la década, un mayor número de herramientas que han de tener un mantenimiento específico, unas actualizaciones etc. Con el hardware sucede algo similar. Las empresas ya no cuentan con unos cuantos PCs. Ahora hay que añadir impresoras, equipos multifunción, tecnología de red, teléfonos móviles y PDAs conectados a los servidores de la compañía y así un largo etcétera. Antaño era tremendamente sencillo: como la infraestructura de red era nula (en algunas empresas la única red existente era la que comunicaba a los ordenadores con las impresoras) el único mantenimiento que había que realizar era el de los ordenadores. Las aplicaciones por su parte, eran tremendamente fáciles de administrar y por tanto la renovación del software era prácticamente nula. Así que para poder llevar todo ese simple mantenimiento se tenía en nómina a uno o dos técnicos informáticos que se encargaban de solucionar los problemas que de vez en cuando ofrecían las máquinas, de llevar a cabo las actualizaciones y de encargarse de la compra de los consumibles. Su labor era, por tanto, tremendamente sencilla.
Con el paso del tiempo, esta figura comenzó a pasar a un segundo plano. Las aplicaciones se tornaban más complejas a medida que las necesidades empresariales aumentaban. Por su parte, el número de soluciones también se incrementaba: introducción de programas de contabilidad, de relación con los clientes, conexión a Internet, movilidad, etc. Así que las empresas se veían en la obligación de incorporar nuevos miembros a su plantilla de técnicos. La reducción de costes que proporcionaban las nuevas herramientas y los modernos equipamientos, se veía frenada por el incremento de la plantilla en el área informática de la empresa y lo que es peor, los problemas informáticos y tecnológicos que debía de solucionar el departamento directivo de cualquier compañía crecían de manera exponencial.
Soluciones equivocadas
No sólo el problema del mantenimiento de equipos y soluciones se estaba convirtiendo en una pesadilla para las compañías sino que, a menudo, y de forma mayoritaria, erraban en los pronósticos de las soluciones que se debían incorporar a los diferentes departamentos y quién debía tener acceso a esos aplicativos. Los mayores problemas vinieron, sobre todo, con la adopción por parte de las grandes cuentas y de las medianas empresas de las soluciones ERP. Se trataba de novedosas soluciones que mejorarían la productividad de la compañía y que llevaría un control total sobre cualquier incidencia que se produjera en los departamentos, en la cuenta de ingresos y de gastos y además ayudaba a planificar futuras estrategias a seguir dentro de la filosofía de cada una de las entidades. Sin embargo, se trataba de costosas herramientas, que tardaban mucho tiempo en poder implementarse y que necesitaban de un mantenimiento muy especializado, amén de unos costes de formación también elevados. Es en momentos como este cuando aparecen en escena el mundo de los servicios de TI. Un mundo que ya empezaba a funcionar en otros sectores de la economía mundial pero que en las TI, a las empresas y concretamente a los cuadros de mando les resultaba tremendamente incierto. Al fin y al cabo se trataba de ceder demasiada información a una tercera empresa que se la podía “jugar” en cualquier momento. No es lo mismo, pensaban muchos directivos, que comprar una flota de vehículos y que el fabricante de turno nos lleve el seguro de los mismos y las revisiones periódicas por un pago anual que ceder la base de datos de clientes a una empresa para que gestione el programa informático, lo ponga a punto y se cerciore de forma periódica de que la herramienta no ofrece ningún problema. Sin embargo el modelo antiguo era insostenible para cualquier empresa. Y a medida que avanzaba la innovación tecnológica los servicios TI fueron abriéndose un hueco a pasos agigantados.
Hoy día ya no es posible hacer caso omiso de las nuevas tecnologías. Más que de sus ventajas deberíamos hablar de los tremendos inconvenientes que puede tener no hacer uso de ellas. Independientemente de su tamaño o de que su actividad sea financiera, industrial o de servicios a los ciudadanos, los servicios de TI permiten a las empresas concentrarse en los desafíos propios de su negocio, acceder a mejores soluciones de servicio a un coste menor y despreocuparse de la urgencia del día a día y de la evolución tecnológica.
Y la crisis, ¿qué papel juega?
Dada la situación económica actual va a existir un reajuste y una reorganización de los proveedores y del tipo de oferta, pero a medio plazo y en conjunto el mercado de servicios de IT seguirá creciendo de forma sostenible. En opinión de Joao Nene, director de Field Services de SAP, “Si bien es cierto que en la actual situación económica hay una tendencia a reducir presupuesto. Las empresas realizan una revisión de los actuales proyectos en curso y en los casos que los beneficios de dichos proyectos no sean percibidos durante el año fiscal, tienden a ser cancelados o pospuestos. El reto para las empresas del sector de servicios TI es desarrollar propuestas de valor que permitan extraer el beneficio de la realización de los proyectos lo antes posible y, preferiblemente, durante el año fiscal del gasto o de la inversión”. En la misma linea se manifiesta Fernando Molpeceres, Socio de Consultoría Tecnologías de la Información de Atos Consulting que asegura que “Obviamente, una situación como la actual impactará negativamente en el mercado de servicios, que sufrirá cierta contracción, que no decrecimiento real, derivada de la percepción negativa de la confianza. En concreto, si bien el mercado de servicios TIC global posiblemente crecerá, pero a menor ritmo que en los últimos 7 años, no debemos olvidar que ciertas tipologías de servicios pueden ver un cierto nivel de decrecimiento mientras que otras, más orientadas a apoyar en la mejora de la eficiencia y control de costes, sin duda incrementarán su demanda”.
Ante este pesimismo, Ceferino Raposo, director de Servicios y Soluciones de Dimension Data considera que “Es de suponer que las empresas de mayor envergadura y penetración en el mercado tendrán un tránsito por la crisis más sosegado, sobre todo porque manejan volúmenes de negocio recurrentes que no se ven necesariamente afectados por la crisis. Hay que resaltar que la mayoría de las grandes empresas operan en el sector de la Administración Pública, lo cual les garantiza el acceso a grandes proyectos en un sector de la economía más o menos estable que mantiene su nivel de inversión en épocas de crisis. Para una empresa de nicho o altamente especializada, es difícil subsistir en este entorno si su oferta de valor no se centra alrededor de aspectos críticos del negocio del cliente, si su solución de nicho apunta a lo que se conoce como “nice to have” su transito por la crisis resultará mucho más complicado”.
¿Época de rebajas?
Es de suponer que ante el panorama que nos rodea, la prestación de los diferentes tipos de servicios verá reducidos sus precios e implicará un incremento de la competencia por hacerse con un mayor número de clientes. Una de las principales empresas de servicios como es IECISA y más concretamente su portavoz Enrique Ortega Vacas, Responsable de Outsourcing, cree que “los presupuestos no se reducirán pero sí que se contendrán. Esta contención pasará por optimizar aquellos servicios más commodities para las organizaciones -como el servicio sobre el puesto de trabajo y sobre las infraestructuras de TI mediante vías como la externalización-, para que las organizaciones puedan sostener internamente aquellos servicios que le aportan valor añadido a sus procesos de negocio. Lógicamente esto repercutirá en un mayor estrés sobre los precios de los servicios ya que habrá que optimizar al límite los costes para alinearse con los presupuestos de las organizaciones, pero sin poner el riesgo la calidad de los servicios prestados”. En las commodities parece estar una de las claves. Al menos es lo que aseguran dos de los portavoces entrevistados por esta revista, como Manuel Valenciano, Director de Solution Group de Fujitsu Services y Jaime Aráosla, Director de los servicios de tecnología de IBM. El primero de ellos considera que en los presupuestos, “más que reducir se deben revisar las prioridades. Los analistas estiman que más del 65% del presupuesto en TI está dedicado a la operación de las infraestructuras y las aplicaciones, más del 25% a la integración en los sistemas actuales, y menos del 10% a innovar la forma en que opera la organización. Si a esto le añadimos el efecto de un menor presupuesto, se hace imprescindible reducir los gastos de operación e integración para liberar el máximo presupuesto hacia la innovación”. Para Aráosla “No existe un indicador único que muestre la evolución de los precios de los servicios TI. Sí que es cierto, que en períodos de incertidumbre, aquellos servicios menos diferenciados (que son una commodity) experimentan reducciones. La estrategia de IBM está en prestar aquellos servicios dónde el valor es la clave. Asimismo, si que estamos viendo una tendencia mayor, por parte de las empresas, para consolidar proyectos y proveedores en iniciativas de mayor alcance que ofrezcan un mayor retorno de la inversión”.
Las tendencias
Todo apunta que todos aquellos proyectos que tengan como objetivo final la mejora de la eficiencia operativa y en costes de las organizaciones serán los que experimente un mayor crecimiento en los próximos meses. En el mercado de las TIC este tipo de servicios, en sus diferentes ámbitos (Consultoría, Integración de Sistemas y Outsourcing) siempre han sido servicios demandados, y en un contexto de contracción de le economía lo serán aún más. Tal y como afirma Fernando Cruz, Director General de Synotion, “los servicios a los que más se va a recurrir por parte de las empresas serán aquellos que incidan en la reducción de costes. Hablamos, por un lado, del outsourcing, pero también por ejemplo des servicios orientados a analizar el Coste Total de Propiedad (TCO) de los sistemas de información y a recomendar mejoras en los mismos. También se observará un incremento en la demanda de servicios orientados a la revisión y renegociación de contratos con proveedores tecnológicas (dentro de la gama de servicios de Vendor Management)”. Para José Luis Santamaría, Director de Gestión de Infraestructuras de Steria, la clave de la situación futura del sector servicios hay que encontrarla en que “las empresas de servicios TI deben amoldar su oferta a los tiempos de crisis y proporcionar a las empresas soluciones eficaces e innovadoras que flexibilicen y agilicen sus procesos para seguir creciendo a pesar de los cambios del mercado. Asimismo, será importante facilitarles servicios que les ayuden en el ahorro de costes. Por ejemplo, estamos observando un mayor interés en España por el offshoring desde la India. Asimismo, se demandan aplicaciones de software muy indicadas para estos tiempos. Es el caso de las soluciones de gestión de la morosidad y recuperación de la deuda”. Para Fernando Sanchez, Gerente de Grupo Delaware, los servicios que van a tener un mayor éxito serán Todos aquellos que impliquen un mayor control operativo de las áreas y proyectos de TI, de forma que permita una reducción importante de costes operativos. En esta línea se pueden considerar servicios como Oficinas técnicas, Certificación de Software, Equipos de Gestión de Releases, etc2. Por su parte Juan Oñate, Regional Manager de Informatica Corporation para Iberia cree que “la integración y sincronización de los datos en los nuevos entornos SaaS y cloud computing cobrarán un gran protagonismo. La popularización de los entornos colaborativos, sustentados en el intercambio de datos, hace que su integración sea crítica. La integración de datos permite mejorar la consistencia de los sistemas, el acceso universal a los datos, la disponibilidad de la información en todo momento y otros aspectos críticos como la protección, precisión y mapeo de los datos. Por el mismo motivo, las herramientas que garanticen una buena calidad de datos experimentarán también un notable crecimiento. Muchas compañías deberían hoy considerarse “insolventes” debido a la cantidad de malos datos que alimentan sus decisiones y operaciones”. Desde IBM se señalan tres tipos de servicios que claramente serán los que tiren del sector en los próximos tiempos:
1. Iniciativas de optimización y racionalización para hacer frente a la necesidad de «hacer más con menos». De esta forma pueden contar con unas organizaciones de TI más flexibles, con menor coste y mejor adaptadas para integrar los cambios. Estos proyectos se corresponden, generalmente, con iniciativas de consolidación y virtualización de infraestructuras. En determinados escenarios la optimización de la infraestructura tecnológica permite ahorros de hasta un 80% en costes asociados a las tecnologías de la información. Asimismo, una de las principales ventajas de la optimización es también la eficiencia energética. Con la adopción de estas medidas, un centro de proceso de datos (CPD) de unos 2.300 metros cuadrados, podría reducir en un 42% la energía consumida.
2. Implantar un modelo de seguridad en el que se pase de gestionar los riesgos de la seguridad con una actitud defensiva a otra más proactiva, definiendo una estrategia que cubra todos los procesos de la empresa, no sólo los tecnológicos y que éstos se vean reflejados en un plan de continuidad de negocio. En estos momentos de incertidumbre, las empresas no pueden permitirse que su negocio se vea afectado por incidencias externas, como pueden ser ataques a su seguridad, el impacto de accidentes o desastres naturales. Esto supondría un alto coste para la empresa y sobre todo, provocarían un importante deterioro en su imagen o incluso su desaparición.
3. Hacer una gestión centralizada o globalizada de la demanda de la función TI que pueda tener su organización. En este sentido, muchos CIOs están optando por el outsourcing o la externalización. Se trata de que la empresa defina qué áreas de su organización es necesario gestionar internamente y los pasos que hay que dar para transformarlas y hacerlas más eficientes; y cuáles se deben externalizar a un tercero, dado que aportan un menor valor diferencial al negocio y una empresa especializada podría transformar, optimizar y gestionar de manera más eficiente. El outsourcing, entre otras ventajas, permite ejercer un mayor control de los costes, alcanzando reducciones potenciales que van del 15% al 30%.
A la búsqueda de nuevos sectores
Tradicionalmente sectores como el bancario, el asegurador y el de las telcos son los que más apuestan por los servicios. Dado que los dos primeros son de los más afectados por la crisis económica es de esperar que retraigan sus inversiones en el terreno de los servicios. Asi que toca buscar nuevos clientes en otras empresas y en otros mercados. Parece que margen hay. Y es que, desde el punto de vista de la demanda, los sectores con un efecto tractor más pronunciado para la consultoría y por ende para la consultoría de TI siguen siendo el financiero, el de las AA.PP., el de las empresas de telecomunicaciones y el de las empresas de fabricación. Estos cuatro principales sectores representaban, hasta el año pasado, el 68% de la demanda según la AEC. Para el responsable de IECISA, “es posible que esta composición en las ventas no se vea alterada sustancialmente, aunque esperamos que crezca más la demanda en sectores como el ocio o la alta tecnología, mientras los sectores más tradicionales pueden verse afectados en mayor medida por la crisis”. Pablo Benito, Director regional de Osiatis afirma que “Nuestra experiencia constata que, además de esos sectores tradicionales, también otros como el industrial o la Administración Pública son clientes de los servicios de TI, ya que les permiten externalizar aquellas tareas que no son su objetivo de negocio y, a la vez, atender mejor las necesidades de sus empleados, clientes y partners”.
Sin duda alguna, donde las empresas que ofrecen servicios tiene puestos los ojos, prácticamente como todo el mundo, es en las Administraciones Públicas. Muchos confían en que sean ellas las que nos saquen del atolladero. Entre ellos se encuentra el portavoz de Atos Origina que asegura que quien tiene que tirar del carro y el que va a apostar claramente por los servicios es “sin duda el sector público, especialmente en España y en el momento actual, es clave en el crecimiento de la demanda de servicios, tanto por el recorrido que tiene para las empresas de servicios como por el contexto socioeconómico actual, en el que, por un lado, la crisis obliga a un mayor esfuerzo inversor por parte de las administraciones públicas, y por otro, el sector público español está embarcado en un proceso global de transformación y modernización en el que el apoyo de las empresas de servicios es fundamental. Todo ello sin perjuicio de los sectores que históricamente han sido los grandes demandantes de servicios”.
Los riesgos
A pesar de que las empresas apostarán por los servicios y éstos seguirán siendo más, no es menos cierto que los riesgos siguen estando ahí. El temor es infundado siempre y cuando la empresa confíe en un proveedor de servicios sólido y con garantías, esto supondrá un fácil acceso a capacidades y recursos tecnológicos especializados, mejorando la capacidad de respuesta global de la organización. La empresa podrá contar, de este modo, con servicios TI más eficaces y más transparentes en costes. Su área de TI, de este modo, se podrá adaptar más rápidamente a los cambios y tendrá una capacidad mayor para generar valor añadido para todo el resto de las áreas de la organización, incluidas las áreas de negocio.
Ahorro de costes, incremento de la eficiencia y de la productividad, así como la posibilidad de enfocarse única y exclusivamente en el negocio principal de la empresa (esto es, en lo que genera dinero) son las principales motivaciones que el empresario español (y también la Administración Pública) pone sobre la mesa a la hora de externalizar sus recursos, infraestructura, datos y sistemas a un tercero. Se trata de una opción rentable y productiva, que actualmente, no es sólo un servicio que permite a la empresa ahorrar gastos, sino que se ha convertido en una auténtica necesidad, dada la velocidad de vértigo a la que avanzan los sistemas informáticos, sus herramientas y aplicaciones, y la generación de más y más datos que hay que almacenar en alguna parte. Y es que, cada vez resulta más costoso que una empresa por sí sola pueda ser autónoma en todas las áreas de la informática sin quedarse atrás tecnológicamente hablando. Esta premisa es válida para cualquier organización, incluso para aquellas multinacionales de TI que nunca llegarán a cubrir todas las áreas de actividad con la especialización precisa.
La realidad indica que son las empresas más grandes y que mejor preparadas están tecnológicamente las que más se decantan por la contratación de servicios, y cuantos más, mejor. Incluso los más grandes de la informática saben las ventajas que supone que otras compañías más expertas se encarguen de ciertos servicios.
La disponibilidad de los datos y las aplicaciones es, hoy, el verdadero activo crítico de los negocios. Más cuando hablamos de compañías con grandes entornos informáticos en las que es necesaria una gestión de datos que cubra todo el ciclo de vida de la información, eliminando la complejidad de los sistemas y garantizando la disponibilidad de los mismos. Cualquier compañía que trabaje con sistemas de información debe prestar especial atención a la seguridad y total disponibilidad de todas sus plataformas: desde servidores pequeños hasta grandes centros de datos con completos entramados de software, pasando por áreas tan críticas como la Gestión de Identidad o la securización de los sistemas.
Muchas veces, sin embargo, la reducción de costes no es el único y principal objetivo en la contratación de servicios TI. Un contrato de servicios, por ejemplo, en algunos casos incluso puede suponer un mayor desembolso (obviando la ventaja por la variabilización de los costes de servicio), pero el mismo puede aportar otros múltiples beneficios, como la normalización, el mayor nivel de calidad de servicio, etc. suficientemente convincentes para la empresa.
Es necesario apostar por los servicios
A muchas empresas les cuesta eso de que otros se inmiscuyan en su entramado. No hay que olvidar que, actualmente, quien controla los sistemas controla datos vitales para las compañías. Así que es normal que las compañías tengan miedo a la hora de que alguien les lleve ese mantenimiento. Los responsables y directivos consultados para la realización de este reportaje no están de acuerdo con el temor que suele existir en la cúpula directiva. Básicamente y a modo de ejemplo se preguntan: “si se confía, por ejemplo, en una empresa para que limpie la oficina, ¿por qué ese miedo cuando se habla de soluciones informáticas? A fin de cuentas los empleados de esa empresa también podrían obtener información y datos sensibles de la compañía”. Para Mónica García Manzanares, directora de Marketing de Technology Services de HP cree clave que las empresas sigan la política que se sigue en HP: “Lo que nosotros ofrecemos son tres valores claros a nuestros clientes de servicios: 1. Confianza y colaboración, 2. Expertos que sean capaces de entregar servicios de calidad y 3. Capacidad para dar soporte a todo el entorno, desde el centro de datos hasta un PC, y todo lo que hay entre ellos”.


Interim Manager: una buena fórmula para combatir la crisis
En la actual coyuntura económica, es frecuente que las empresas tengan que experimentar cambios de gran envergadura y reducción de costes al máximo. En este contexto, la figura del Interim Manager cobra papel estratégico, que no sólo sirve para poder afrontar este tipo de situaciones con éxito, sino también para rescatar talento y salir airoso de situaciones en la que es muy necesario un alto nivel de especialización. Además, su cada vez más frecuente uso en España hará que una vez superada esta crisis y con el conocimiento de los beneficios que aporta, la fórmula siga utilizándose, especialmente en el sector TI, que es donde más desarrollo está alcanzando hasta el momento.
El Interim Manager, o como algunos denominan coloquialmente “Directivo de alquiler”, es un profesional con alta especialización en liderar y gestionar procesos de cambio complejos en las organizaciones. El mismo se integra plenamente en el equipo directivo de la empresa por un periodo de tiempo concreto, siendo entre sus funciones las siguientes: realización de un diagnóstico de la situación actual, apoyo a la empresa en la definición de los objetivos a alcanzar y ejecución del plan acordado.
El Interim Manager (IM) se diferencia del “consultor”, figura de uso habitual en el mercado tecnológico español, en que además de reunir las habilidades propias de éste (como pueden ser el análisis o la preparación de planes estratégicos) se le suman las propias de un directivo (especialmente aquellas que tienen que ver con el compromiso e implicación en el proyecto). El IM, además, tiene una amplia experiencia práctica, y al incorporarse a la plantilla del cliente en la ejecución de un proyecto, cuenta con poder y capacidad de decisión, facilitada asimismo por su independencia política y foco, por encima de todo, en la consecución de los resultados concretos planteados.
Un poco de historia
La figura del Interim Manager nace en los Estados Unidos hacia los años 70, como consecuencia de la crisis económica que tuvo lugar en esa época. Muchos altos directivos quedaron en paro. Posteriormente, esta metodología se ha extendido notablemente tanto en el mercado del Norte como Centroeuropeo, estando plenamente desarrollado en estados como los Países Bajos o Reino Unido, donde la figura del Interim Manager abarca hoy mucho más allá de las capacidades de un freelance con capacidades directivas. Sin embargo, su nivel de uso en España es aún reducido, y aunque está empezando a experimentar un fuerte crecimiento, todavía esta lejos de las cifras que alcanza, por ejemplo, en el mercado inglés, en el que actualmente operan más de 15.000 Interim Managers.
El Interim Management o “la dirección de transición”, que sería el término más correcto para definir esta labor, seguirá avanzando sin duda en España. Gracias a esta evolución, y a modo de estimación, en los próximos cinco años los IM en TI llegarán a representar entre el 10% y el 15% del total de estos cargos.
El crecimiento en la demanda de este tipo de profesionales en nuestro país en los últimos tiempos se ha visto claramente espoleada por la crisis, ya que este modelo permite contratar una gran experiencia y know how por un período de tiempo determinado y como coste variable. El mismo, y sobre todo en el ámbito de las tecnologías de la información, también se debe a que la externalización de tecnologías y procesos a través de varios proveedores, las implantaciones de nuevos aplicativos de gestión que buscan la transformación estratégica del negocio para impulsar su actividad, etc. revisten un importante grado de complejidad y deben gestionarse de la manera más adecuada y profesional para conseguir los resultados adecuados. En algunas compañías, asimismo, a veces coexisten varios de estos proyectos.
Ante estas situaciones, muchas empresas están recurriendo al Interim Manager por sus experiencias previas en la gestión de situaciones similares, independencia y visión objetiva que facilitan la toma de decisiones, y por la amplia especialización en cuestiones tan concretas como puede ser la selección experta de proveedores tecnológicos, la renegociación de acuerdos y contratos, la elaboración y control de SLAs y un largo etc. Pero el IM no sólo ayuda a las compañías a gestionar estos cambios complejos, sino que además, transfiere en la mayoría de los casos conocimiento al equipo interno.
En los datos aportados por Executives Online, las empresas británicas encuestadas acerca del uso de “directivos de transición”, esgrimen a la rentabilidad, la amplia experiencia, las habilidades específicas y la orientación a resultados como las principales razones para su contratación.
Rescatando talento
En relación con esto, según datos del sector de tecnologías de la información, cerca del 90% de las empresas no consigue implantar sus estrategias de TI de manera consistente, bien sea por falta de compromiso del equipo directivo y mandos intermedios, o por contar con estrategias poco flexibles, que disparan los costes de mantenimiento de los sistemas de información corporativos. Estos gastos representan habitualmente el 2% de las ventas en una organización con un sistema saludable, aunque, en las grandes compañías, puede llegar a representar en 5% y un 6% de la facturación anual. El papel del Interim Manager para la optimización de estos costes, la mejora de procesos internos en la provisión de servicios desde el área TI de la empresa hacia el resto de la organización, y en la mejora de la efectividad en la planificación, gestión e implantación de proyectos de TI complejos puede resultar vital.
Son de gran ayuda también a la hora de externalizar servicios a través de una amplia variedad de proveedores según sus diferentes necesidades (infraestructuras, aplicaciones, comunicaciones, etc.), tendencia que en los últimos años está aumentando exponencialmente, copando el outsourcing tecnológico una parte importante del mercado de outsourcing global, no sólo en nuestro país.
La carrera profesional del Interim Management, por otro lado, está resultando cada vez más atractiva para un mayor número de directivos que, tras acumular un alto nivel de experiencia y buenas prácticas en empresas punteras, apuestan por esta forma de trabajo como una forma para afrontar nuevos retos y transferir sus conocimientos sin estar ligados a una única organización.
Una solución de continuidad
Si bien esta metodología nació, como se ha comentado, a partir de una crisis y eso está haciendo que en la actualidad cobre más peso, es deseable que cada vez sea menos frecuente que se asocie a situaciones negativas, ya que aparte de servir de apoyo en procesos de reestructuración o fusión, puede ser muy útil en otras situaciones, como nuevas aperturas, adquisición de filiales, lanzamientos de productos, etc. Es decir, situaciones que no tienen matices negativos, pero en las que hay que actuar de forma rápida, efectiva y con experiencia.
Por ello, sería muy positivo que en España se siga adoptando progresivamente esta modalidad de contratación, una vez superado el bache económico, y que las empresas lo empiecen a asumir como un método real para superar determinadas situaciones, y que en ocasiones, es más económico y mucho más efectivo que otros. De esta forma, las empresas podrán recurrir a este sistema con tanta normalidad como ahora ya se utilizan otras técnicas importadas como el outsourcing o la contratación por ETT.
Por otro lado, hay que destacar que cada vez está bajando más el perfil que se requiere, ya que también se contratan a través de este método a jefes de proyecto sin necesidad de que sean grandes directivos, y son personas más jóvenes como avalan los datos, ya que si bien mientras que en 1998 este tipo de directivo tenía una media de 55 años, hoy se sitúa entorno a los 47 años.
Como se suele decir, una crisis siempre es una oportunidad de cambio, de replanteamiento de métodos y de reconversión. Esperemos que esta crisis nos sirva para que el mercado tecnológico español asuma nuevas fórmulas, como el Interim Managemenet, capaces de contribuir de manera positiva a su evolución.
Cristian Verdaguer. Socio Director de Synotion España


RFID: una revolución en el mundo hospitalario
El RFID (Radio-Frecuency Identification) es una tecnología que permite la identificación y seguimiento de personas u objetos haciendo uso de detectores inalámbricos. El marcado de los elementos se realiza mediante “tags”, que pueden ser activos (si disponen de alimentación propia); o pasivos (si no disponen de alimentación). En este artículo nos ocupamos del RFID activo basado en 802.11.
En este sentido, hay que indicar que las soluciones de localización en redes WIFI están compuestas por cuatro elementos: Tags o equipos WIFI; Puntos de Acceso (PA); Elemento de Cálculo de Posicionamiento (ECP) y, por último Aplicaciones que interpretan y muestran la información.
Existen dos tipos de tags: los que se asocian a la red WIFI y los que no, cada uno de los cuales tiene ventajas e inconvenientes. El ECP es el sistema encargado de calcular en tiempo real la posición de los tags, lo que se realiza por triangulación utilizando diversos algoritmos de modelado de la propagación. La solución de RFID activo basada en tags que no se asocian a la red WIFI precisa de los exciters o choke-points, estos elementos emiten una señal (radio, infrarrojos, ultrasonido) que el tag es capaz de recibir, de este modo proporcionan un canal de comunicación bidireccional entre el ECP y los tags y permiten una localización precisa de los mismos.
El último elemento son las aplicaciones que se desarrollan por encima del ECP, normalmente publican una interfaz para configuración y extraer información de localización, y otra interfaz de eventos para enviar notificaciones a las aplicaciones de terceros.
Un caso práctico
En este punto es donde el RFID alcanza todo su potencial. Pongamos como ejemplo el caso de un hospital en el que se va a implantar una solución de RFID. Asociando tags a médicos, enfermos y material médico, es posible establecer fácilmente una serie de eventos que ayuden al funcionamiento del centro. Por ejemplo: si hay menos de n equipos de parada en Urgencias, generar alarma; o si un paciente de psiquiatría sale de la planta, lanzar otra alarma.
También es posible enviar avisos al médico más cercano al lugar donde se le requiere, así como instalar un tag con sensor de temperatura en el refrigerador de la sangre, de forma que si baja de cierto valor, se lance una alarma.
Todas estas aplicaciones del RFID generan importantes beneficios a la administración del hospital. Por ejemplo, se disminuye el número de errores médicos al mantener perfectamente identificado al paciente, o se reduce el coste del personal de mantenimiento de equipos médicos, ya que el RFID permite localizar con rapidez el equipo que requiere de revisión. Sin olvidar que RFID hace posible controlar el robo o pérdida de material.
Entre otras muchas cosas, el RFID ayuda a evitar percepciones erróneas del inventario de equipos y que se proceda a la compra de equipamiento cuando no es necesario, y mediante el histórico del movimiento de médicos, enfermeras y equipamiento es posible realizar un análisis de los procesos del centro médico y mejorarlo.
Todo ello es una prueba de la revolución que el RFID puede suponer en el mundo hospitalario.
Vicente Martínez. Gerente de Desarrollo de Negocio del área de Servicios de Redes de Hewlett-Packard Española.


Tecnología para un mundo en crisis
Crisis, ¡qué manida palabra! Todos hablamos hoy de ella, no hay discurso público o privado donde no aparezca convenientemente aderezada. No podíamos ser menos en el mundo de las TIC; de repente dejamos de hablar el esotérico lenguaje binario que caracteriza nuestras habituales conversaciones para pasar a reflexionar acerca, bien de cómo sortear mejor la crisis en nuestras empresas o bien de cómo poder facilitar servicios a nuestros clientes que les ayuden a pasar su correspondiente calvario.
Y es que las empresas TIC tenemos ahora una magnífica oportunidad para ayudar en la salida de la convulsa situación económica en que comenzamos a encontrarnos. Por un lado, hasta ahora (y crucemos los dedos) nuestro sector es el que menos está notando los efectos del vendaval lo que nos ayudará a mejorar nuestra oferta de servicios. Por otro lado, las empresas tienen ya hoy un nivel tal de automatización de procesos y de acceso a las tecnologías, que cualquier mejora que podamos proporcionarles en ese ámbito repercutirá de una forma inmediata en su cuenta de resultados. Y ese es nuestro principal reto actual, proporcionar a nuestros clientes sistemas que les permitan ser más eficaces, adecuarse mejor a las necesidades del mercado, desarrollar más eficientemente sus negocios y, en definitiva, ahorrar costes. Muy bonito el discurso, pero más de uno dirá que esto es lo que tradicionalmente decimos las empresas TIC, pero que no siempre somos capaces de convertirlo en realidad. Es decir que les ahorramos ciertos costes para que dicho ahorro se convierta en más gasto del que los beneficiados somos nosotros. Eso es lo que nadie nos va a permitir ahora.
En un momento como el actual tenemos realmente que ayudar a nuestros clientes a ahorrar dinero para mejorar sus balances y no para que nosotros facturemos más. ¿Cómo hacerlo? Bien, yo pienso que hoy la tecnología nos ofrece varios caminos a este respecto. Mencionaré sólo algunos de los que considero más simples de andar:
1. Profundizar en la noción de servicio TIC externalizado, lo que engloba muchas situaciones diferentes. Podemos incluir aquí cosas como el software como servicio, la virtualización de servidores, la gestión externa de las redes de comunicaciones, la externalización de soluciones corporativas, etc. Es decir que una compañía hoy seguro que va a encontrar mejoras económicas importantes en cambiar su mecánica de gasto en tecnología para pasar a sistemas de gestión bajo el paradigma de servicio, donde las grandes inversiones pasan a ser pequeños costes mensuales y donde las plantillas propias de administración y mantenimiento pasan a ser servicios subcontratados a terceros con un coste mucho más ajustado.
2. La telefonía es uno de los servicios empresariales más susceptibles de contribuir al ahorro de costes y ahí las compañías de comunicaciones hemos de esforzarnos en proporcionar a nuestros clientes una oferta cada vez más competitiva aprovechando las posibilidades que la VoIP y las redes IP en general nos dan frente a los servicios de los operadores convencionales. Muchos de nuestros clientes ahorran hoy grandes cantidades de dinero tangible por el sólo hecho de cambiar algunos segmentos de sus sistemas telefónicos a otros donde el ahorro de costes hoy no suponga una pérdida relevante de funcionalidades o de calidad de servicio.
3. La sustitución de complejas aplicaciones a medida por soluciones estandarizadas fácilmente mantenibles. El mundo ERP es un claro ejemplo de esta situación, pero el modelo aportado por dicho mundo hoy es cada vez más usado en entornos diferentes. Se trata de huir de la cautividad del proveedor único para que podamos estar en entornos ampliamente usados y donde la concurrencia de suministradores de servicios sea amplia.
4. Las empresas buscan mejorar su capacidad operativa para ganar rapidez y poder así acceder a más volumen de negocio con los mismos recursos y en menos tiempo. Esto nos lleva a las TIC como herramientas de mejora en la productividad personal y grupal. Portales, Intranets, movilidad, etc. son también piezas básicas en este clima de ayuda a nuestros clientes que desde las compañías del sector hemos de llevar a cabo.
5. No podemos olvidar que una de las funciones claras de las soluciones informáticas ha sido la de acompañar a las empresas en el desarrollo de su negocio. Se trata de pasar de considerar a las TIC como auxiliares importantes a tenerlas en cuenta como piezas clave del propio negocio, elementos que ayudan a ganar clientes y cota de mercado. En época de crisis esta función se vuelve más peligrosa, ya que está ligada normalmente a inversiones, apuestas, riesgo, etc. Cuando el asunto sale bien, hacemos que nuestros clientes destaquen sobre su competencia y la inversión realizada se torna altamente productiva, pero si sale mal, el riesgo económico incurrido puede desequilibrar los balances. No por ello hemos de dejar de considerar que estamos ante una de nuestras funciones clásicas y que no debemos nunca tirar la toalla, frente a nuestros clientes, para defender la importancia que el desarrollo de negocio basado en las TIC puede tener para ellos.
Sin duda podría haber muchos más elementos en este catálogo, pero como en época de crisis hay que buscar ante todo la eficacia, he tratado de ser breve para considerar, por tanto, únicamente aquellos elementos que yo considero claves respecto a cómo la tecnología puede ayudar a superar la crisis.
Antonio Quirós. Director de Operaciones de Alhambra-Eidos

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