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El año de la transformación digital

A estas alturas, quien más quien menos ya ha oído hablar de transformación digital. No ya solo aquellos expertos en tecnologías de la información, sino cualquiera con una mínima responsabilidad en una empresa o el dueño de cualquier pyme habrá recibido en los últimos tiempos la visita de algún comercial instándole a cambiar la forma en la que trabaja, sus procesos, para adaptarlos a la nueva realidad que exige el mercado.

Tanto es así que son muchos los que ya están poniendo en duda los beneficios de esta transformación digital, que porque en los últimos tiempos empieza a verse como una mera estrategia comercial más por parte de las empresas tecnológicas. ¿Saben realmente las empresas, lo que es la transformación digital? ¿Conocen las ventajas, sobre todo en el caso de las pymes, que les puede reportar?

Son muchos los que ya están poniendo en duda los beneficios de esta transformación digital

Hemos preguntado a responsables de varias empresas tecnológicas para que empiecen por ahí, por definir qué es eso de la transformación digital, y aunque es cierto que cada uno de ellos, ofrece una definición diferente, lo cierto es que todos ellos coinciden en la importancia que tiene. Así, para Ángel Sáenz de Cenzano, director de la división de Plataforma, Desarrollo e Innovación de Microsoft Ibérica, “la transformación digital es una gran oportunidad para las empresas, que deben impulsar este tipo de proyectos y abrazar la transformación digital para ser más competitivas y ajustarse a las demandas de la economía digital y los clientes actuales. Sean del sector que sean, todas las compañías deben aprovechar las oportunidades que les ofrecen tecnologías innovadoras como el Big Data, Internet de las Cosas (IoT), Cloud Computing o Inteligencia Artificial para transformarse y adaptarse a un nuevo escenario, que es el que demanda el cliente actual. Un cliente que ya es digital, por lo que las empresas que quieran proporcionarles productos y servicios deben serlo de igual forma. La transformación digital les va a permitir ganar productividad, implantar nuevos modelos de negocio e infinitas oportunidades”. Por su parte, Ángel García, Director de Desarrollo de Negocio Digital de Oracle considera que “cuando hablamos de Transformación Digital, estamos hablando sobre cómo las empresas aprovechan la capacidad de las tecnologías para crear nuevos modelos de negocio, nuevas fuentes de ingresos y nuevas maneras de interactuar con los clientes. Estamos hablando, esencialmente, de crear valor a partir de los grandes volúmenes de información que se generan en el mundo online y en las bases de datos corporativas, generando nuevos productos y servicios y nuevos modelos de comercialización”.

Está claro que la transformación digital supone un nuevo impulso a la evolución empresarial, hasta tal punto que muchos lo consideran como una nueva revolución industrial y que cambiará para siempre y de forma drástica la forma en la que trabajan las empresas de la misma forma que la máquina de vapor cambió la forma en la que se trabajaba en el siglo XIX. Y parece que no, que no es un simple elemento de marketing. Para José Manuel Barrutia, IT Transformation, Outsourcing and Services Manager de Ibermática, “es la oportunidad de incorporar nuevas tecnologías, pero sobre todo nuevas lógicas, para que el negocio sea más eficiente y permita nuevas oportunidades. Y lo anterior referido a los procesos internos de una organización, la relación con sus clientes, y nuevas lógicas de negocio. Lo importante no es el término sino los conceptos que engloba. Antes de crearse este término, ya existían proyectos asimilables a lo que ahora se denomina transformación digital. La transformación digital, como tal, no es un término que nace en vacío, sino que incorpora conceptos ya existentes anteriormente”.

Es fácil llegar a pensar que se está abusando del término de transformación digital, puesto que está en el día a día de la actualidad empresarial, pero eso no debe provocar que las compañías se tomen este proceso como algo banal o moda temporal. La cuarta revolución industrial va a suponer una aceleración del crecimiento económico y del bienestar, superando a las anteriores. Según McKinsey, las transformaciones impulsadas por esta cuarta revolución industrial están ocurriendo 10 veces más rápido y en una escala 300 veces mayor que durante la primera revolución industrial, por lo que el impacto previsible será 3.000 veces más grande.

Los múltiples beneficios que las organizaciones obtienen por subir su negocio a la nube, por apostar por la movilidad entre sus empleados o por analizar todos sus datos mediante las técnicas de Big Data nos llevan a afirmar que se trata de una tendencia que, no sólo no va a desaparecer, sino que seguirá en una tendencia al alza. Como apunta el portavoz de Microsoft, “ante este nuevo escenario, las empresas tienen que transformar sus canales de atención a clientes con el fin de crear nuevas experiencias de uso de sus servicios, atraer nuevos clientes, rediseñar la experiencia de venta y mejorar la percepción de marca a través de herramientas de marketing social. El objetivo es contar con una visión del cliente de 360 grados y disponer de una estrategia omnicanal, que satisfaga las necesidades de un cliente más informado que nunca, aprovechando al máximo el valor de sus datos, a través de una tecnología cada vez más inteligente y capaz de entender el contexto y anticiparse a las necesidades del usuario”.

De la misma forma, y aunuq eadmite un cierto abuso de la terminología, Miguel Ángel Díaz Villadoniga, Responsable de Desarrollo de Negocio de Red Hat, afirma que “este es un fenómeno que sucede a menudo cuando los analistas acuñan una expresión que se populariza. Sin embargo, es un término que ayuda a describir un concepto real. Lo importante es que las empresas sepan diferenciar entre todo este ruido qué es lo que realmente necesitan y qué es lo que les puede aportar beneficios en su sector y a sus clientes. Por ello es importante profundizar y analizar en detalle las necesidades de cada cliente. La transformación digital surge por la necesidad de las empresas de adaptarse al cambio en las demandas de sus clientes. El desarrollo de Internet y la telefonía móvil ha trasformado la forma en que los usuarios se relacionan con las empresas. Los clientes exigen más servicios en menos tiempo. Para poder responder a estas exigencias, las empresas necesitan transformarse y transformar sus sistemas. La transformación digital viene del lado del consumidor y de la tecnología que necesita la empresa para dar este servicio”.

Qué falta

Evidentemente, si de forma continua se habla de transformación digital quiere decir que a la empresa española todavía le falta mucho por avanzar. La transformación digital implica cambiar la forma en la que se hacen las cosas en la empresa, con mucho apoyo de la tecnología. Por ello, para abordar estos proyectos es necesaria la implicación de toda la empresa, y sobre todo un impulso muy fuerte desde la cúpula. Es importante analizar las necesidades de la empresa, de los clientes; conocer los productos y servicios que nos van a diferenciar de la competencia, etc. Una vez aclarado todo esto, se debe analizar cómo ponerlo en marcha. Ahí es donde entra la tecnología. Para José Luis Laguna, director técnico de Fortinet, a la empresa española “le falta descubrir el verdadero valor que puede aportar a su negocio. Una vez que sea consciente de ello, apostará por el cambio y comenzará a dar los pasos necesarios para adaptarse a esta nueva realidad”. Por su parte, Javier Martínez, director técnico de NetApp, cree que “para acelerar el proceso de digitalización de la empresa será necesario promover la adopción de competencias y habilidades digitales por parte de toda la organización. Sólo las compañías que sean capaces de insertar el chip digital en el ADN de la organización avanzarán con éxito en la senda digital. Lo digital genera nuevas maneras de trabajar y ofrece herramientas que facilitan el trabajo y promueve la innovación”.

La transformación digital implica cambiar la forma en la que se hacen las cosas en la empresa, con mucho apoyo de la tecnología.

La teoría es sencilla, pero la realidad demuestra que, sobre todo en el caso de las pequeñas y medianas empresas, llevar a buen término todo lo necesario para realizar una correcta transformación digital no siempre es una tarea sencilla. Cómo se debe realizar esa labor es algo que las empresas implicadas, se esfuerzan en transmitir. Por ejemplo, desde la multinacional CSC se asegura que la mejor forma de convencer a una empresa de las bondades de la transformación digital pasa por “probar estas transformaciones primero en nosotros mismos, en nuestra compañía. Somos el cliente cero de cualquier innovación que luego proponemos a los clientes. Ahora no hay megaproyectos, sino iniciativas pequeñas, de nicho, en áreas concretas. Pero, lo que observamos es que el éxito depende mucho de que se involucre el negocio en estas iniciativas. El comité de dirección debe creer y apostar por la transformación y el CIO ser el facilitador de este proceso de innovación”, afirma Daniel Salas, director general de CSC en España.

Una clave importante ante este proceso es el compromiso de todos los miembros de una empresa ante el reto que tienen por delante. La digitalización supone la transformación como compañía, pero a la vez se ha de seguir obteniendo los resultados esperados y el objetivo de crecimiento. Además, es necesario un impulso político y una colaboración público-privada en iniciativas que impulsen la transformación digital y que ayuden a aprovechar mejor las oportunidades que conlleva. El portavoz de Microsoft, considera que “ante este paradigma, las compañías del sector tecnológico tenemos una gran responsabilidad, pues debemos ser los principales impulsores de este cambio, realmente sinónimo de innovación y transformación. Tenemos que ser el mejor aliado de las empresas en este proceso. Movilidad, cloud computing y la reinvención de la productividad y de los procesos empresariales son tres áreas clave en las que innovar para lograr esta necesaria transformación”. Miguel Ángel Díaz, director de desarrollo de negocio de Red Hat cree que “la transformación digital implica cambiar la forma en la que se hacen las cosas en la empresa, con mucho apoyo de la tecnología. Por ello, para abordar estos proyectos es necesaria la implicación de toda la empresa, y sobre todo un impulso muy fuerte desde la cúpula. Es importante analizar las necesidades de la empresa, de los clientes; conocer los productos y servicios que nos van a diferenciar de la competencia, etc. Una vez aclarado todo esto, se debe analizar cómo ponerlo en marcha. Ahí es donde entra la tecnología”. Finalmente, Joao Carvalho, director de soluciones y desarrollo de negocio de SAP, asegura que “la transformación digital es una evolución absolutamente necesaria porque las organizaciones se están dando cuenta de que tienen que hacer las cosas de una forma diferente, de que el modo en que lo hacían antes ya no es válido. Hay ejemplos en casi todos los sectores que muestran ese cambio. En el sector financiero, por ejemplo, estamos viendo cómo las entidades bancarias están transformando sus procesos para hacer frente a las fintech. No creo que ninguna entidad piense que la transformación digital es solamente un nuevo concepto manido y por ello no decida abordarla”.

No sólo tecnología

Pero la transformación digital no afecta sólo al ámbito de la tecnología. De hecho la tecnología es sólo una pata más de la mesa. La transformación digital implica que la práctica totalidad de los departamentos se involucren, ¿no es un poco exagerado decir que un responsable que no pertenezca al departamento de TI, tenga ahora que ponerse a estudiar las necesidades tecnológicas de su departamento? El portavoz de Microsoft afirma que “del mismo modo que la transformación digital no afecta solo a las empresas tecnológicas, sino a todas y cada una de las compañías sea cual sea el sector en el que operan, todos los departamentos deben estar alineados en la visión corporativa y eso implica que se involucren también en el proceso de digitalización empresarial. Habrá equipos que no tendrán una implicación mayor que utilizar nuevas herramientas digitales puesto que su tarea puede que no esté tan relacionada con la tecnología, pero otros tendrán que afrontar de frente el reto de la digitalización”.

Y es que, lo digital está modificando profundamente la sociedad y, por consiguiente, el tejido empresarial a un ritmo trepidante y de una manera integral. Un contexto que obliga a las empresas a repensar todo tipo de procesos. Lo digital está obligando a repensar procesos de todo tipo: el marketing, el desarrollo de marca, la atención al cliente, la selección de personal, la comunicación interna, la relación con los proveedores, los procesos de innovación… hasta los procesos más tradicionales de cualquier organización, sea cuál sea su actividad de negocio. Tal y como afirma el portavoz de Netapp, “la participación de cada uno de los que conforman las empresas es vital para avanzar y transformar los procesos tradicionales en digitales, ya que cada día aparecen novedades tecnológicas que modificarán una vez más las estructuras convencionales.” Diego Mosquera, director de marketing de Paradigma, es rotundo al asegurar que “se da por sentado el hecho de que al hablar de algo “digital” tiene que ser algo tecnológico, pero la transformación es global en toda la empresa: es fundamental la orientación al cliente y a los datos y, por supuesto, una transformación cultural. Toda la empresa se ve afectada por uno de estos tres vectores y si el CEO cree que existe algún departamento al que no afecta la transformación es porque se está quedando corto a la hora de entender la transformación digital”.

Lo que está claro es que, en la evolución digital, tiene que haber un compromiso más estrecho entre los líderes del negocio y los especialistas en TI, en aspectos como la necesaria seguridad de la información. Vamos a modelos de negocio, completamente nuevos y construidos sobre la base de nueva información, que procede de experiencias e innovaciones analíticas, todas construidas sobre Clouds públicas. Como afirma el director general de CSC, “las personas y las organizaciones en las que operan se están transformando también y lo harán más en un futuro próximo. Devolver a las tecnologías su carácter esencial en las organizaciones de cualquier sector es la primera consecuencia”

El rol del CIO

Si hay alguien a quien afecta la transformación digital es al CIO. Sus funciones tradicionales quedan en entredicho por cuanto que ya no se tiene que dedicar sólo a decidir cuál es el hardware más apropiado para su empresa o controlar los fallos que se puedan producir en los sistemas. Su papel es mucho mayor, y además ha de tener en cuenta al resto de departamentos que conforman una organización. Se ha llegado a decir que incluso, su papel va a llegar a ser irrelevante. Como afirman desde TrendMicro, “el nuevo CIO debe aplicar sus conocimientos tecnológicos para que dicha transformación se efectúe de la manera más segura y adecuada posible dentro de unos parámetros económicos”. La realidad de la transformación digital pasa por la transformación de los sistemas informáticos, para hacerlos más ágiles, flexibles y rápidos. En este aspecto, el CIO va a tener mucho que decir, aunque es cierto que su papel debe transformarse y como asegura el portavoz de Red Hat, “el CIO tiene un papel vital en la transformación digital de la empresa. El CIO conoce y entiende la tecnología y, como miembro del comité de dirección, entiende bien qué es lo que necesita la empresa y sus clientes. La clave está en que el CIO sea proactivo para proponer soluciones que enlacen las necesidades de la empresa con las posibilidades de la tecnología para transformar la empresa. El CIO es una figura clave para entender las necesidades de todos los departamentos de la empresa (Márketing, ventas, producción, etc.) y proponer soluciones para fomentar la agilidad y la eficiencia. Este es el papel que debe de jugar el CIO en la transformación digital. Ya no basta con centrarse en mantener los sistemas informáticos para el correcto funcionamiento de la empresa. Es necesario que sea proactivo.”

La realidad de la transformación digital pasa por la transformación de los sistemas informáticos, para hacerlos más ágiles, flexibles y rápidos

Hay que tener en cuenta que lo más importante de la transformación digital es que, como hemos dicho, afecta a la práctica totalidad de departamentos de la empresa. Todos los cuadros directivos de las empresas replantean sus papeles y funciones en un nuevo entorno. La digitalización afecta al CIO, claro está, pero también al CEO, al director de marketing, al de finanzas, al de ventas y al de RRHH. Tal y como asegura Ángel García, Director de Desarrollo de Negocio Digital de Oracle “lo que estamos aprendiendo es que no se pueden tratar los departamentos como núcleos aislados, sino que los modelos de colaboración interdepartamental son los que predominan en el futuro. El CIO juega un papel esencial, puesto que la actividad de los demás departamentos se centra también en la tecnología, donde el CIO es el experto principal. Se convierte así, en un directivo que valida, asesora y toma las decisiones tecnológicas correctas para facilitar el trabajo de los demás”.

Los datos que han recogido el Barómetro del CIO y la Transformación Digital que acaba de presentar CSC señalan que el 44% de los líderes digitales considera al CEO como principal impulsor de la estrategia de TI, lo que sugiere que las empresas que han iniciado este viaje ponen mayor énfasis en la importancia de la tecnología para alcanzar sus objetivos de negocio. Las tecnologías digitales están más en el corazón del negocio que nunca y los CIOs resultan más relevantes, aunque ofreciendo soluciones al negocio. El director general de esta compañía apunta que “el CIO debe ser líder claro de este proceso de transformación digital. Su papel se está reforzando en muchos consejos de administración. Los CIOs están comenzando a implementar un plan 80/20, para situar el 80% de su carga de trabajo en la nube pública, en 2020. Hasta que el resto les secunde, los líderes que ya estén en la nube pública superarán a su competencia. Reducir la complejidad de esta diversidad Cloud será fundamental para construir nuevos servicios empresariales y buscar otras fuentes de ingresos orgánicas, que no eran posibles en la anterior etapa del Cloud y que aprovecharán el potencial de tecnologías, como PaaS o IoT, y de las plataformas de aplicaciones”. Y es que, los CIO deben reforzar su posición en una de las tres funciones identificadas en un estudio de IDC. En primer lugar, los CIO operativos que se centran en mantener los sistemas en funcionamiento y los costes bajo control; en segundo lugar, los CIO encargados de administrar los servicios empresariales, que se ocupan de actualizar la cartera de TI de la organización de manera constante; y en tercer lugar, los CIO que actúan como directores de innovación. Según la encuesta anual realizada por la revista CIO, dos de cada tres CIO afirmaron que el CEO de la compañía les consulta con frecuencia. Los participantes en esta encuesta añadieron que les gustaría poder dedicar menos tiempo a sus tareas funcionales y contribuir más a la estrategia empresarial, para lo cual los CIO deben cambiar su manera de pensar para realizar la transición de los sistemas antiguos al cloud.

Tal y como señala el portavoz de Ibermática, “ el CIO debe incorporar la transformación digital en su agenda y como una prioridad, e incrementar la relación con las áreas de negocio. También debe conocer cómo están abordando la transformación digital otras empresas de la competencia en su sector, y conocer qué le aportan las nuevas tecnologías, para tratar de diferenciarse y sobre todo, no quedarse atrás en cuanto a propuestas. Es el catalizador de la transformación digital en una organización. Debe participar en la definición de la estrategia digital pero sobre todo ha de encargarse de llevarla a cabo, articulando (junto con el negocio) propuestas de valor concretas. En ocasiones, en modo piloto o como pruebas de concepto, pero de manera ágil, para si es el caso, extenderlas rápidamente”.

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