Las grandes empresas llevan mucho tiempo invirtiendo grandes cantidades de dinero en lo que a desarrollo tecnológico se refiere. Con un incremento brutal en productos de almacenamiento, los datos se han convertido en la principal estrella del mundo tecnológico. La virtualización parece ser el paradigma de moda para solucionar la cantidad de Petabytes generados. Pero no conviene olvidarse de elementos como la integración.
Manuel Navarro
El principal problema con el que se encuentran las compañías es que esos datos, en numerosas ocasiones, no se pueden comunicar entre si. A menudo, las compañías se encuentran con los problemas derivados de la dificultad de unificación y gestión conjunta de todos los sistemas y datos tecnológicos. En la actualidad, podría resultar muy complicado tener una visión global y unitaria de la actividad empresarial que informe sobre su rendimiento o sobre los procesos. Unos procesos que, por incompatibilidades tecnológicas no pueden hablar entre si. Ya sea en el mundo de los datos o en el de las aplicaciones son comunes a todas las empresas los problemas de conectividad e interacción.
Para allanar el camino a las organizaciones y dar una solución efectiva existen herramientas que vigilan porque se produzca una correcta adaptación de las empresas a los avances tecnológicos sin tener que perder por ello un mínimo de agilidad. Se trata de las denominadas herramientas de integración, que gozan cada vez de más éxito debido a su facilidad para integrar datos, herramientas y sistemas. Se puede por tanto, tal y como apunta José Manuel Rodríguez, director de Software de Sun Microsystems que “una solución de integración, en líneas generales, permite a las empresas conectar partners, proveedores y clientes y aumentar la colaboración gracias a la integración de los sistemas informáticos internos y externos”.
Las demandas
Las empresas conocen las ventajas que proporcionan las herramientas de integración. Para Carlos López Bravo, director general de Intersystems, “Tras muchos años de evolución de las TIC las empresas han terminado con una infraestructura diseminada de aplicaciones verticales, frecuentemente inconexas, que adolecen de la escalabilidad necesaria y de la capacidad de compartir información, que no datos”.
Se impone, por tanto, conseguir la interoperabilidad de aplicaciones en cualquier ámbito de la actividad económica. Las empresas necesitan cubrir el espectro de la definición e implementación de nuevos procesos, que ayuden a compartir la información aportando inteligencia en tiempo real entre aplicaciones, junto con la capacidad de administrar, monitorizar y analizar la globalidad con extensión empresarial. El máximo responsable de Intersystems en nuestro país considera que “contra la sustitución de los sistemas existentes, para aportar teóricamente una mayor capacidad de gestión, se están demandando soluciones que contemplen la realidad actual de las infraestructuras, que sean capaces de aprovechar aquellas existentes que, por su aportación a la gestión, siguen estando en vigor y dedicar los recursos disponibles de los presupuestos de inversión en TIC a añadir, realmente, nueva funcionalidad operativa. Modernización por evolución, contra modernización por sustitución”.
Según el portavoz de Sun, “las empresas están demandando soluciones de integración que les permitan reutilizar los servicios y aplicaciones con las que ya están trabajando. Por lo tanto, una de las claves se encuentra en las soluciones de integración no propietarias que permiten moverse de aplicaciones propietarias a sistemas abiertos y distribuidos; que les permitan integrar con mayor rapidez nuevos paquetes comerciales; y que favorezcan la evolución de técnicas orientadas a procesos batch (por lotes) a soluciones cercanas al tiempo real. Otra de las prioridades a la hora de implementar una solución de este tipo es que ofrezca la máxima seguridad, sin descuidar la normativa vigente y de acuerdo con los estándares”.
Y es que, las empresas necesitan cubrir sus necesidades de conexión, integración y colaboración en cuatro áreas: aplicaciones, procesos, información y colaboración con los socios de negocio. Sin embargo, la demanda más intensa es la referida a que el proceso de integración sea ágil y sencillo. La realidad es que la tecnología actual permite esto e, incluso, lo facilita. La demanda no quiere entrar en grandes proyectos en los que nunca se acaba de conocer el retorno de la inversión. Exige proyectos realistas a corto plazo y que los resultados de una fase proporcionen los datos necesarios para decidir si se aborda la siguiente o no. Estos datos ayudan a dar una orientación más ajustada de cara a lograr los objetivos últimos.
No es necesario magnificar las cosas, ni tampoco un proyecto de integración, porque existen atajos que contribuyen a resolver el 80% de la problemática de una empresa, sin restarle capacidades tecnológicas al proceso o eliminar elementos clave del mismo. De esta forma, las empresas pueden plantearse si abordar inmediatamente, o no, una fase siguiente centrada en resolver el 20% de la problemática restante, sin afectar al negocio.
En resumen, buscan sencillez y plazos cortos de implantación y no grandes proyectos de uno, dos y hasta tres años. Además hay que diferenciar entre las diferentes fórmulas de integración. Para Víctor Mojarrieta, Director de Fusion Middleware de Oracle, “la integración de los procesos mejora la eficiencia global del negocio mediante la automatización de los flujos de trabajo relativos a personas y sistemas, a lo largo de las diferentes aplicaciones y sistemas TI. Para esta labor, las empresas necesitan herramientas gráficas potentes para modelar los procesos ejecutables; disponer de reglas de negocio para efectuar cambios en los procesos sin tener que recurrir a herramientas de desarrollo; y utilizar herramientas de modelado y monitorización avanzadas con las que puedan controlar toda la actividad en los procesos y detectar a tiempo los cuellos de botella u otros problemas. En cuanto a la integración de aplicaciones, la demanda principal es un acceso sencillo que elimine la complejidad de las infraestructuras TI típicas, compuestas por un gran número de aplicaciones de diferentes fabricantes. Conectar tecnologías dispares (en sistemas, aplicaciones empaquetadas y bases de datos) y poder exponer las aplicaciones como servicios web basados en estándares son las dos tendencias dominantes. La integración de la información, por su parte, exige el acceso seguro a información precisa y consistente para la toma de decisiones. Para ello, las empresas deben combatir la actual fragmentación de los datos en múltiples aplicaciones. Se trata, en definitiva, de crear una única visión de la verdad con la que la empresa pueda competir con garantía de éxito. Por último, el actual entorno globalizado y las exigentes regulaciones hacen que la colaboración con los socios de negocio suponga una clara ventaja competitiva. Para este fin, son muy útiles la utilización de protocolos estándar que facilitan la colaboración online y la automatización de procesos compartidos con los partners”.
Teniendo en cuenta todo esto, se puede concluir que “las empresas necesitan y demandan plataformas de integración técnicamente sólidas y fiables; que les permitan construir en un tiempo asumible arquitecturas software razonablemente flexibles y adaptables (y aquí el modelo de referencia es, sin duda, SOA); y que puedan convivir con unos “backoffices” heterogéneos, manteniendo la independencia de los procesos empresariales respecto a las diversas tecnologías utilizadas en los mismos” tal y como asegura Enrique Bertrand, director de Tecnología de Software AG.
¿Saben lo que quieren?
Hasta hace relativamente poco, las empresas buscaban fundamentalmente un incremento de la productividad a través de la automatización de los procesos de negocio. El énfasis en las mejoras de productividad a través de la automatización está sin embargo disminuyendo a favor del outsourcing -de procesos de negocio (BPO), de software bajo demanda, o para el control total de la infraestructura TI-. Una vez que los procesos de negocio han sido externalizados, la mejor forma de controlarlos es a través de la integración, con un acceso inmediato a los datos gestionados por diferentes proveedores. Al crecimiento en los volúmenes de información le acompañan otros problemas como la difícil coexistencia de medios heterogéneos, el aumento de la presión en cuanto al CTO bajo y las inversiones con garantía de futuro. El aumento de la demanda de toma de decisiones en tiempo real y la limitación en tiempo y recursos de TI también están empujando hacia las soluciones de integración y consolidación. La mayoría de las empresas identifican la innovación como el principal motor del cambio en las empresas. La integración de datos permite innovar, creando servicios novedosos que aporten un valor añadido a todos los participantes en el negocio. Pero el caso es que muchas de ellas no saben realmente en qué consiste esto de la integración. Tal y como asegura Raquel Serradilla, Directora General de Altitude Software, “Las compañías no tienen una cultura de la integración. Es necesaria una labor informativa importante. De hecho, creo que las empresas recelan de las integraciones porque creen que supone entrar en unos largos tiempos de implantación que, además, obligan a desembolsos importantes. Creo es que imprescindible una información sobre la integración que tome como referencia la tecnología actual”. En esta misma línea, la de la formación se sitúa el director general de Intersystems: “Obviamente, si desconocen estas soluciones es obligación de los fabricantes difundir esta información de manera asequible para todos. Pero debe ser una información centrada en el “qué” y el “para qué”, explicando los objetivos y sus beneficios en términos de negocio. A no ser que nuestro interlocutor sea el director de sistemas de información o los miembros de su equipo, debemos obviar la terminología técnica en la medida de lo posible”.
Las tendencias
Uno de los aspectos que caracterizan al mercado del software de integración es que se encuentra en una fase de consolidación, en la medida en que la mayor parte de desarrollos actuales pasan por reutilizar los sistemas existentes de manera más eficaz y más cercana a las necesidades del negocio. La situación actual es de evolución de las áreas de TI que, finalmente, se traduce en la necesidad de integrar antiguos desarrollos, paquetes de gestión, bases de datos, etc. para resolver el problema en su conjunto. El reto meramente tecnológico de comunicar dos sistemas “de cualquier manera” ha sido superado con creces. Vivimos ahora en un estadio más evolucionado, en el que otras cualidades como la mejora de la organización, la seguridad de la información y agilidad y flexibilidad del negocio cobran más importancia. Así que las tendencias no deben de ser muy distintas a las actuales en los próximos años. Para Juan Oñate, Regional Manager para Iberia de Informatica, “las nuevas tecnologías de Metadata Management y Master Data Management suponen una oportunidad para cambiar el mercado español hacia la orientación a procesos. De hecho, las multinacionales españolas ya han comenzado sus procesos de adopción de Master Data Management. Negocio y tecnología comparten ahora un mismo vocabulario para colaborar en los retos del enfoque hacia los procesos. Uno de los nuevos desafíos que se unirá a esta ecuación son los datos no estructurados, cada vez más importantes en los volúmenes de información de las empresas”. Por su parte, José Ramón Riera, Presidente de Grupo Ágora Solutions afirma que “las arquitecturas SOA seguirán ganando peso en el mercado de integración, acompañadas de una mayor estandarización que favorezca la interoperabilidad plena. Por supuesto, la creciente importancia de la fuerza de trabajo móvil marcará también los próximos desarrollos en integración. Las empresas necesitan acceder con rapidez a los datos críticos en los que basan sus decisiones. Por esta razón, las infraestructuras TI que trabajen con sistemas incompatibles entre sí dejarán de tener cabida. La optimización de los presupuestos tecnológicos, una preocupación que va en aumento en la actual coyuntura macroeconómica, obliga al aprovechamiento máximo de todos los recursos. La dependencia de fabricantes concretos supone una limitación de la que las empresas quieren huir”. Desde la empresa CSC se apunta en la misma dirección: “SOA ha sido la gran revolución del mercado de los últimos años. Sin ser un concepto realmente nuevo, su identificación con los Web Services le ha convertido en el término de moda, con prácticamente todos los fabricantes e integradores adaptando sus porfolios de productos, servicios y soluciones a dicho concepto. Su implantación no es masiva todavía, por lo que ha de seguir marcando tendencia durante los próximos años. También considero que la integración y optimización de procesos mediante BPM y la extracción de información vía “Operational Intelligence” han de ganar mercado en el corto y medio plazo”. Para Carlos López Bravo, “para implementar una nueva aplicación ya no será necesario desmantelar lo existente, sino sólo aquello realmente obsoleto sin afectar al resto, desarrollando aplicaciones conectables con origen en ese entorno de interoperabilidad. Es aquí donde se deben resolver las dificultades inherentes a las componentes de carácter legal (seguridad, privacidad, consentimiento); operacional (flujo, proceso, documento, supervisión); intercambio (estándares de codificación, documentación y semántica); técnica (accesibilidad, unicidad, disponibilidad, rendimiento, escalabilidad)”.
Finalmente la directora general de Altitude afirma que “la tendencia se orienta a soluciones simples y rápidas que satisfagan, en gran medida, lo que demandan las empresas. El panorama actual obliga a que los proyectos sean suficientemente cortos en el tiempo, para ayudar a que las empresas puedan imprimir una continuidad a los mismos, apreciando los beneficios rápidamente (ROI, productividad, capacidad de gestión, etc.) y abordando nuevos pasos en su desarrollo”.
Por qué adoptar una solución de integración
Aunque las empresas son conscientes de que necesitan soluciones de integración, la gran mayoría no sabe por dónde “tirar”. Lo primero que hay que asegurar es qué pretendemos integrar: si datos o aplicaciones. Para integrar datos únicamente se necesitan capacidades de generación y gestión de bases de datos federadas. En estos casos, si se trata de volúmenes de cierta dimensión con un número de usuarios importante, nuestra recomendación es requerir a los posibles proveedores que realicen pruebas de concepto utilizando los datos y volúmenes reales, y medir las diferencias entre unos y otros respecto a tiempos de desarrollo, tiempos de explotación, sencillez o complejidad de administración y gestión.
Existe la tendencia a creer que mucho software de integración requiere que las empresas cambien sus procesos de negocio para adaptarse al modelo arquitectónico de la solución de integración, lo que perjudica el desarrollo de este mercado. Sin embargo, los conceptos de sustitución utilizados en los últimos 10 años y los proyectos de reingeniería drástica han generado muchos costes que, con demasiada frecuencia, han sido muy difíciles de justificar. Si, de entrada, un software de integración requiere la sustitución de lo que hay, o bien no es un software de integración sino uno de sustitución, o bien la empresa está en tal desastre que no se puede decir que tenga realmente implementado ningún tipo de proceso. Los sistemas existentes que sean útiles, y una gran parte de ellos generalmente lo son, tienen que poder seguir funcionando. No hay razón para tirar el valor de esta inversión anterior. La capacidad de desarrollar servicios Web o aplicaciones compuestas en un nuevo concepto de arquitectura SOA que permite “añadir funcionalidad nueva inter-aplicaciones”, junto a la definición de nuevos procesos de negocio suplementarios, deben permitir diseñar un proyecto que contemple un periodo de medio o largo plazo de transición, que permita sustituir las aplicaciones ya existentes, de manera progresiva y según su obsolescencia, por aplicaciones conectables de nueva generación que nacen ya incorporadas al nuevo entorno SOA.
Para los responsables de CSC en la mayor parte de las ocasiones la integración de datos no es una opción sino una necesidad. En la mayoría de las ocasiones es necesario integrar la información para la mera operativa de la empresa, ya que los procesos de negocio utilizan datos que están distribuidos en diferentes fuentes, distribuidas en ubicaciones dispares e compatibles. En otras ocasiones se persigue una mejora de un servicio, evitando la inconsistencia y redundancia de la información. Soluciones Data Warehouse y ETL son viejos conocidos de la integración de datos. No obstante, nosotros animamos a las empresas a no reducir sus ambiciones a la mera integración sus datos, sino que les recomendamos que miren hacia delante buscando niveles más sofisticados de integración, pensando en la composición de servicios y procesos, los cuales le pueden permitir estados mucho más elaborados y refinados de desempeño y servicio. En opinión del portavoz de Oracle, “gracias a la integración de los datos, las empresas pueden operar en tiempo real y disfrutar de una completa visibilidad sobre el negocio. Esta visión de 180º acelera su capacidad de respuesta ante los cambios y garantiza la conectividad de todos sus recursos TI en los actuales entornos heterogéneos. La integración de procesos, por otro lado, elimina los costosos errores y retrasos ligados a la reintroducción de datos”. Por su parte el director de software de Sun Microsystems considera que “para una empresa mediana, la capacidad de adaptación a las necesidades de su negocio de un modo rápido y flexible, la necesidad de establecer intercambio de información y servicios entre otras compañías del mismo sector o que formen parte de su proceso de negocio, la reducción de costes del mantenimiento son aspectos clave. Una solución de integración le permite adquirir nuevos productos y que formen parte de su proceso de negocio mucho más rápidamente que con aproximaciones tradicionales de desarrollos a medida o con integraciones punto a punto”.
Pero el concepto de integración no debe limitarse al tratamiento de datos. Debe incluir criterios de compartir funcionalidad entre aplicaciones, permitiendo el diseño y la puesta en operación de nuevos procesos que utilizan las capacidades de las aplicaciones existentes, utilizando así de manera óptima la información global.
En momentos de crisis se impone mejorar la competitividad y optimizar el gasto. La integración de aplicaciones debe percibirse como una fuente inmediata de mejora de la competitividad con retornos tangibles de la inversión. Enrique Bertrand de Software AG cree que “más allá de las ventajas estratégicas, la oportunidad de abrir nuevos mercados, etc. lo que, a día de hoy, le pide el negocio a los departamentos de Sistemas de Información es ayuda para mejorar la eficiencia de los procesos, su trazabilidad, su control en tiempo real, su capacidad de interoperar automáticamente con proveedores, clientes y socios. Éstos son aspectos críticos independientes del tamaño de la empresa. Sin embargo, es cierto que el valor de estas soluciones crece con la heterogeneidad de los backoffices y el número de “conexiones” con el exterior y esto es más habitual en empresas de cierta envergadura”.
Siempre SOA
SOA es la respuesta a los problemas de integración que tienen las empresas hoy en día. Las Arquitecturas Orientadas a Servicios no se limitan a simplificar el proceso de modernización, sino que puede conseguir que este proceso y la reutilización de los activos de otros sistemas alcancen un nuevo valor para la organización.
Uno de los principales dinamizadores que impulsan a adoptar SOA es la posibilidad de reutilizar los activos existentes. La mayoría de los responsables de Tecnologías de la Información (TI) están entusiasmados ante la posibilidad de reutilizar las actuales aplicaciones y datos para desarrollar y ofrecer nuevas soluciones a los usuarios del negocio. Y, para la mayoría de las organizaciones, las denominadas aplicaciones heredadas concentran una considerable inversión en tiempo, dinero y propiedad intelectual a largo plazo. El descubrimiento de vías que permitan reutilizar y aprovechar estos activos puede ser la clave que necesitan las organizaciones para incrementar la eficiencia de los procesos de negocio, extraer y presentar la información e incluso retirar los sistemas redundantes. La combinación de SOA con procesos de modernización de sistemas heredados prepara el terreno para este valioso tipo de reutilización.
La duplicación de datos y de la lógica del negocio que se produce dentro de los departamentos y entre ellos es un tema clave para muchas compañías. Aunque pocas empresas lo admitirían públicamente, la conclusión a la que, como era de esperar, han llegado muchas organizaciones, es que existen distintas versiones de los datos y lógica del negocio en diferentes aplicaciones. Cualquiera que haya intentado actualizar sus datos personales y dirección en su sucursal bancaria, confiando en hacer el procedimiento una sola vez, habrá experimentado los efectos de este persistente problema.
Existen muchas razones que explican esta situación: una comunicación deficiente, escasa tecnología para aprovechar los actuales sistemas y los silos de información de las organizaciones son algunos de los “sospechosos habituales” que están en el origen de esta duplicación. Los departamentos de TI que consigan eliminar el problema de la duplicación, pueden conseguir un considerable ahorro en mantenimiento y desarrollo. Un ahorro que puede traducirse en un beneficio real para los usuarios del negocio, ya que estos departamentos pueden orientar sus esfuerzos hacia el desarrollo de nuevas soluciones. La combinación de modernización de sistemas heredados y SOA ofrece una posibilidad de hacer frente, por fin, a este permanente desafío.
Según los datos de la consultora Forrester Research, las empresas utilizan SOA mayoritariamente (69%) para la integración interna, seguida de la integración externa (50%), las aplicaciones multicanal (31%) y la transformación de la estrategia del negocio (25%).
En las implantaciones SOA seguras, los Servicios de Datos actúan como piedra angular. Un servicio de datos habilita el acceso, integración y entrega en el “right time” de datos corporativos a través de la compañía y entre cortafuegos corporativos. Todo ello de una manera modular, reutilizable, bien definido y relevante desde el punto de vista del negocio. Cuando se implementa una solución SOA, es importante identificar las fortalezas de cada tecnología y utilizar las herramientas apropiadas para ofrecer la funcionalidad necesaria. Funcionalidades como las transformaciones complejas se realizan mejor con las herramientas ID, debido al rico soporte de metadatos (asegurando la reutilización y el linaje) y las transformaciones basadas en conjuntos (agregaciones, selectores, etc.). De forma similar, el perfilado, limpieza y aumento de datos, y capacidades avanzadas como la monitorización de la Calidad de Datos se logran dentro de una SOA gracias a productos líderes de integración como Data Explorer y Data Quality de Informatica. Finalmente, los Servicios de Datos que requieren una acceso universal para sistemas dispares como ERP, mainframe, SaaS, sistemas de mensajería e incluso datos no estructurados se manejan mejor utilizando plataformas ID. En opinión de Carlos López Bravo de Intersystems, “SOA identifica un tipo de arquitectura en la que basarse de forma congruente para la integración de procesos y aplicaciones. Se ha hablado de la nueva generación de “aplicaciones conectables”. Una forma de hacer aplicaciones conectables es diseñarlas de forma que puedan publicar servicios. Así es posible diseñar entornos que permitan controlar y compartir dichos servicios. SOA es un criterio a seguir para la globalización de las TIC, aplicada al nivel que se requiera, tanto en el contexto global de una empresa como en el contexto de negocio multiempresarial. Así pues, SOA por sí misma no aporta nada tangible, sino la posibilidad de hacer cosas de forma que aporten mayor valor. Es el proyecto SOA, sus objetivos a cubrir, su diseño, la forma en la que se desarrollen funcionalidades, aplicaciones y procesos, la forma en que se implanten, junto a su capacidad de gestión de todo ello, lo que consigue que “un proyecto SOA” aporte valor o se convierta en un suicidio informático”. Por su parte el portavoz de Informatica afirma que “SOA permite recortar el coste del desarrollo de aplicaciones y middleware, y ayuda a acelerar el tiempo de llegada al mercado mediante una “combinación libre” de aplicaciones en silos, utilizando estándares abiertos. Abstrayendo la lógica de negocio subyacente, SOA permite que los servicios sean dedicados, reutilizados y orquestados para ofrecer tanto a TI como a las empresas una mayor receptividad, flexibilidad y velocidad de ejecución. La confluencia de SOA y las tecnologías de integración de datos permite además cumplir con los estándares de conformidad y transparencia que se exigen hoy a las compañías”.
Estándares
En un mercado como el de la integración se hace indispensable que se sigan una serie de estándares que beneficien al cliente. Es importante discernir entre estándares tecnológicos, estándares funcionales, estándares semánticos, de terminología o codificación, estándares de intercambio, de conectividad de comunicación o de interoperatividad, entre tantos y tantos otros específicos de las características de un Sector, que pueden afectar a un proyecto de integración.
Para Enrique Bertrand, “el fundamento de la interoperabilidad son los estándares y, por tanto, estamos comprometidos en el soporte de todos aquellos que en el terreno de la integración, las arquitecturas SOA y la automatización de procesos sean relevantes y estén apoyados por organismos reconocidos”.
No obstante también suele haber confusionismo a la hora de valorar o decidir qué y qué no es un estándar, cuáles pueden ser convenientes y cuáles no para un determinado proyecto. Hemos comentado que la tecnología tiene un ciclo de vida, también lo tienen los estándares, por lo tanto conviene ser prudente a la hora de exigir el cumplimiento de algunos de carácter específico. La utilización de estándares debe simplificar el diseño, la implantación y la explotación de los sistemas integrados, y deben facilitar su relación con el mundo exterior para el intercambio de información. Para el director general de Intersystems, “los proyectos que utilizan nuevas tecnologías se encuentran con situaciones en las que se echan en falta estándares adecuados que pudieran ser de aplicación, como es el caso de los criterios de interoperabilidad para la consecución de la Historia Clínica Electrónica única del ciudadano. Estas situaciones complejas de necesidades de integración, tienen que poder ser resueltas, igualmente, por las herramientas de integración, aun cuando sea utilizando tecnología de carácter propietario”.
Costes elevados
Finalmente, ¿se puede permitir una empresa apoyarse en las herramientas de integración teniendo en cuenta su coste y la situación económica actual? Enrique Bertrand lo tiene claro: “¡Pero es que precisamente estas soluciones suponen una ayuda inestimable a la hora de detectar oportunidades de mejora y aspectos de los sistemas actuales susceptibles de optimización! El precio siempre está en relación con los retornos de inversión esperados y nuestros clientes tienen pruebas sobradas de lo rápido que se cumplen las expectativas con nuestra plataforma de integración. De todas maneras, en Software AG disponemos de modelos de precios que cubren escenarios muy diversos: desde empresas pequeñas que necesitan implantar un proceso sobre dos o tres aplicaciones en el “backoffice”; hasta grandes corporaciones que necesitan una infraestructura de integración a escala empresarial para soportar centenares de tipos de procesos. Los precios están en consonancia con la complejidad y criticidad del escenario”. Para Raquel Serradilla, Directora General de Altitude Software, “el coste depende de la orientación que se imprima a la integración. Desde un enfoque de desarrollo rápido de aplicaciones, rapidez de integración y dar a las primeras fases la importancia que realmente tiene, es muy posible que se evite la clásica magnificación de este tipo de proyectos. Lo cierto es que es la integración es una necesidad fundamental porque supone entrar en una dinámica de ahorro de costes que empiezan por disponer de los datos y de la información crítica para el negocio de forma inmediata. Existen unos costes ocultos, como el que acabo de sugerir que, cuando se evidencian, justifican totalmente la inversión. Pero, insisto, se ha de tratar como una inversión en fases, con un rápido retorno de la inversión y que la primera fase proporcione datos que justifiquen y expliquen claramente la necesidad de abordar la segunda”. Por su parte Víctor Mojarrieta, Director de Fusion Middleware de Oracle afirma tajante que “la integración mediante arquitecturas orientadas a servicios se basa en la reutilización de componentes y por tanto en sacar máximo partido de lo que tenemos. Bajo estas premisas, la inversión inicial no debería ser un obstáculo para arrancar un proyecto que supondrá innovación y ahorro real de costes en el medio plazo”.
Finalmente el portavoz de CSC asegura que “es necesario aclarar tres puntos importantes con respecto a esto. Primero insistir en que la implantación de soluciones de integración deben realizarse siempre con unos objetivos de retorno de la inversión en mente, y estos no siempre tienen que ser reducción de costes. Segundo destacar que nosotros siempre presentamos SOA como una solución que ofrece, entre otros beneficios, racionalización de la infraestructura tecnológica, hecho que puede aprovecharse para reducir fácilmente el gasto. Y finalmente, pensando en herramientas, existen en la actualidad productos y herramientas Open Source que son muy competitivas y que se ajustan perfectamente a los presupuestos de las PYMES.