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Marta Piedrafita Osapiens

MUJERES TIC: Marta Piedrafita, country manager de osapiens

Fecha de nacimiento: 16 Nov, 1974

Hijos: 1 hija

Hobbies: Viajar, gastronomía, esquí y remo

Estudios: Bachelor in Communication, Emerson College; Master en E-commerce Business and Technology, UC Berkeley; Programa de postgraduado en Understanding and Predicting Technological Innovation, MIT; Postgrado Business management IESE; Chief Sales Officer Postgraduate, Business Sales School

¿Cómo llegó al mundo TIC?

Siempre he sido una apasionada de la tecnología tanto en el ámbito personal como en el profesional. Me he formado especializándome en tecnología y ventas SaaS; y continúo formándome constantemente porque me apasiona. Empecé mi carrera en Medios en el área de digital y desde ahí di el salto a Microsoft. Trabajar para una compañía como Microsoft, además de ser un lujo es una oportunidad única porque permite aprender muchísimo, pero en especial qué es la innovación y su aplicación a la vida real. Tuve la gran suerte de trabajar allí casi 11 años que suponen el equivalente a 4 masters ni más ni menos, aprendiendo de grandes profesionales en un entorno muy competitivo.

¿Qué es lo que más valora de su trabajo?

El equipo humano de Osapiens con el que trabajo: su talento, su personalidad, su garra y su optimismo pragmático para ayudar a enfrentar desafíos desde la visión de la tecnología. Y, por supuesto, ver que la tecnología es capaz de cambiar vida y hacer que las empresas sean más transparentes en un proceso que hace tiempo se inició en Europa y que todavía nos llevará algunos años en completar.

En su opinión ¿qué es lo que falla para que las mujeres no apuesten más por el estudio de carreras STEM?

Las jóvenes encuentran dificultades al optar por carreras STEM por diversos factores como la falta de referentes femeninos, la percepción social de que ciertas disciplinas son más «masculinas» y otras más “femeninas, pero por suerte esto parece que ya está cambiando. También influye la escasa concienciación sobre la importancia de la diversidad en STEM que puede suponer barreras significativas. Aun así, creo que comenzamos a ver avances y cambios que ser irán reflejando en las nuevas generaciones, pero es lento, mucho más de lo que ninguna de mis compañeras generacionales y yo hubiéramos esperado.

¿Cree que existe el “techo de cristal” en las empresas TIC? ¿Cuál debería ser la solución?

Sigue existiendo y, poco a poco, se van derrumbando algunas barreras, pero nos queda mucho por hacer. Creo sinceramente en los grandes mentores que eliminan cualquier barrera, en los referentes y en el talento, y sobre todo en nosotras. Pero la solución pasa por saber valorar el talento indistintamente de si eres hombre o mujer. Y, por supuesto, entender la diversidad como un valor al alza que ofrece ángulos de visión que enriquecen a la empresa y consiguen mejores resultados siempre. Las empresas bien diversificadas tienen una cultura más rica que consigue alcanzar de una forma más hábil y más ágilmente sus grandes metas.

¿Una política de cuotas puede resolver el problema?

La política de cuotas es un elemento de fuerza mayor y aunque no creo en ello, si puede verse como algo necesario en algunas organizaciones donde ninguna otra vía esté funcionando. Pero está demostrado que se puede llegar a la diversidad sin forzarlo a través de este camino. Me gustaría pensar que un buen mánager entiende la diversidad como la mejor estrategia para lograr los objetivos de su equipo. Pero vemos constantemente paneles en los que todos los asistentes son hombres, mesas redondas donde sucede lo mismo…y me cuesta pensar que no se identifique el talento femenino para ofrecer también en estos entornos una visión diversa y enriquecedora que demuestre a todos lo que ello representa.

Estamos en un momento de impulso y creación de nuevos modelos de liderazgo que atienden a esa diversidad y visión no sesgada. Es importante defender la presencia de la mujer en puestos de alta dirección para lograr esa cultura más diversa donde nuestra aportación si marca la diferencia.

¿Qué dificultades se encontró usted para llegar a la posición que tiene actualmente?

Muchas porque el camino de la carrera laboral nunca es fácil, pero el reto mayor a enfrentar es el de tener un mal jefe o un mal mentor. Hay que buscar y saber rodearse de personas que creen en ti tanto como tú en ellos; personas que potencian tus cualidades y saben apreciar el esfuerzo que pones en cada paso del camino que recorres y compartes. Y esto es indistinto de ser hombre o mujer. Las dificultades sin más se superan, piedra a piedra.

Nunca me he parado a pensar con cuantos hombres me medía, por lo tanto, no era una dificultad. Me medía contra mí misma y trataba de demostrar mi propia capacidad y excelencia, que quería poner en valor en cada oportunidad. Seguro que ha habido muchas ocasiones en las que por ser mujer no me han seleccionado, pero he preferido seguir caminando y apostar por otros que no lo diferenciaban y que veían en la excelencia (mas allá del sexo) como valor para triunfar.

¿Cree que la conciliación de la vida laboral-familiar es el principal reto para las mujeres? ¿Qué habría que hacer para mejorar este apartado?

Sí, sigue siéndolo. Es muy difícil progresar y estar a niveles de alta competitividad y hacerlo compatible con tu vida y tus hijos. Es importante contar con apoyos o buscarlos si está en tu mano, y tener una pareja que entiende que es una labor de dos. Eso es una suerte que tengo y que valoro mucho.

Hay miles de empresas que no entienden el peso que tiene una mujer en la familia y lo que supone tener hijos. Ese proceso nos cambia profundamente. Cuando tienes un hijo ya no eres la misma persona ni para ti ni para el mundo. Y aunque no afecta a tu talento y forma de trabajar, durante unos años te desdoblas varias veces sin darte cuenta para hacer lo que hacías y poder desempeñar tu labor de madre y de profesional, y esa etapa a pesar de ser enormemente enriquecedora, es compleja de gestionar. Te haces más dura, mas resistente, más firme en todo.

Yo he tenido que tomar muchas decisiones por mi hija, pero no me arrepiento de ninguna de ellas, y puedo decir que con gran suerte casi siempre he contado con los apoyos que he necesitado, y eso no tiene precio.

¿Qué es lo que más valora de su empresa con respecto a la integración de la mujer?

Es muy simple: la capacidad de entender que la paridad no es una métrica, si no una aportación de valor, donde quien más gana no somos nosotras, sino la propia “osapiens” con ello. La organización entiende a las “personas” y no diferencia por “sexos”, entiende talento y entiende diversidad como un elemento que forma parte de la dinámica que nos hace crecer.

Un 35% de alumnos no logra ni acabar el bachillerato ni la FP equivalente, ¿está en la educación el problema de la falta de perfiles especializados?

Más bien creo que está relacionado con la educación actual de las nuevas generaciones. A mí me enseñaron a no rendirme con nada, a luchar. Hoy parece que todo es fácil, que se consigue con poco esfuerzo, que con 4 fotos y un Instagram ya has triunfado; y realmente nada ha cambiado. Todo requiere el mismo esfuerzo o más. La capacidad de lucha es algo que se enseña y se educa en casa. La garra, las ganas no vienen de serie, se enseñan, se aprenden.

Quiero pensar que hay muchos jóvenes talentosos que trabajan duro y quieren aprender. Yo los tengo en mi equipo y los veo y reconozco diariamente en muchos roles de empresas diferentes. Pero el gobierno y las nuevas leyes de educación también tienen un peso y papel fundamental en crear una cultura positiva enfocada en los retos y los logros. Aquí el rol de los colegios es también esencial para impulsar el cambio y la superación en las personas.

¿Le han servido los estudios que hizo para realizar su labor actual?

Por supuesto, me han servido en gran parte y otra parte, indudablemente, se aprende en el día a día trabajando. Sin embargo, si me gustaría puntualizar la importancia de la actualización y la formación continua, especialmente en un sector como el tecnológico, en el que el panorama cambia a un ritmo vertiginoso.

En general para todo el skillset es necesario profundizar e ir formándote donde piensas construye en el momento de carrera que estás o planes de futuro que tienes.

Solucione el problema de la educación en España…

Es muy difícil responder a esta pregunta, pero las bases están en no seguir modelos que ya se han testado en otros países y no han funcionado, y alinearnos con los de los países que lideran y muestran resultados diferenciales a nivel escolarización y formación superior. Es fácil decirlo, ya lo sé.

No nos olvidemos que la educación en España no debe de verse como una responsabilidad exclusivamente del gobierno, sino también de las propias familias. Vuelvo a insistir en la educación basada en retos, logros, y aspiraciones. Es importante reforzar a un hijo, pero lo es más darle alas e impulsarlo a través de un proceso que solo le hará crecer y madurar positivamente.

Si tuviera que aconsejar a un joven qué estudiar de cara a obtener un futuro laboral estable, ¿por dónde le orientaría?

Le aconsejaría que imaginase dónde se ve en 10 años, qué planes y sueños tiene. Y, por supuesto, que luche por ellos, ya que por mucho que un trabajo sea estable, si no le gusta se convierte en algo con lo que no puedes vivir y ser feliz.

Otra cosa son las herramientas que utilizará en su día a día, por lo que, seguro que le recomendaría que apueste por los idiomas, no por el idioma en sí, sino por la riqueza cultural. Al menos así lo he vivido yo. Y, por supuesto, formarse en tecnología dentro del ámbito de su trabajo o de sus aspiraciones, SIN PARAR. Recuerdo cuando poníamos en los currículums que manejábamos Excel, Word… Ahora son sustituidos por toda índole de herramientas tecnológicas casi todas vinculadas a AI, o a desarrollo.

Y, por último, le animaría a que fomente la curiosidad, el pensamiento crítico, a ser creativo y que lea todo lo que pueda. Las soft skills son claves en los procesos de selección y en los próximos años aún lo serán más, así que le recomendaría que trabajase ello y se preparase muy bien este mundo altamente digitalizado donde las soft skills son fundamentales incorporadas en el día a día.

¿Hacia dónde cree que va el sector TIC? En su opinión, ¿cuáles van a ser las tendencias que realmente van a transformar la sociedad?

La gran protagonista es y será la Inteligencia Artificial Generativa, pero con propósito. Veremos un aumento importante de la Inteligencia Artificial y de sus casos de uso, pero debemos destacar aquellos que nos permitan solucionar problemas sociales y ambientales. Por ejemplo, algoritmos que optimicen el consumo energético, sensores que alerten de desastres naturales o plataformas tecnológicas como la osapiens, que utiliza la IA en la auditoría abstracta y concreta contra la deforestación, entre otros muchos otros procesos.

También veremos un auge de las green tech, ya que el cambio climático, la descarbonización de la economía y la reducción de emisiones están en la hoja de ruta de gobiernos nacionales e internacionales. Las green tech permiten a las compañías no renunciar a la eficiencia y al crecimiento empresarial mientras cumplen con su compromiso con las nuevas generaciones y el planeta. En definitiva, vemos una clara intersección entre tecnología y ESG, que permitirá a las compañías ser parte activa de la construcción de un mundo más sostenible.

IA, automatización, robótica, ¿de verdad cree que el futuro pasa por las personas?

Sin duda, el futuro y la innovación pasa siempre por las personas. La innovación tecnológica está realmente cambiando el mundo, revolucionándolo, pero hay que ponerlo en contexto y darnos cuenta de que son las herramientas que nos ayudarán a seguir construyendo el futuro. De hecho, estas tecnologías tienen un potencial enorme para liberarnos de tareas mecánicas, repetitivas y nos permiten centrarnos en lo que nos diferencia como humanos (creatividad, innovación, empatía, pensamiento crítico y estratégico) y realmente aporta valor. Esto es el pensamiento crítico, siendo lo más importante y fundamental.

Y aunque vivamos una época tecnológica dorada, por sí sola la tecnología no es suficiente. Se necesitan personas que no solo diseñen, implementen o supervisen, sino que lo hagan con unos criterios éticos y responsables. Y esto es esencial para el éxito del progreso. En resumen, el futuro no debe ser una elección entre personas o tecnología, sino una combinación imbricada de ambas que nos permita crear un mundo más sostenible que podamos seguir disfrutando todos.

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