“Les habla su capitán. Hoy trabajo desde casa”. Este ‘meme’ de un piloto sobre el trabajo remoto aún no es una realidad para la aviación comercial, pero sí para los trabajadores de oficina. Según los datos de Cisco, seis de cada diez organizaciones han tenido a más de la mitad de la plantilla tele-trabajando durante el confinamiento, y el 37% esperan mantener esta tendencia.
Pero, ¿qué ocurre con los trabajos que no son de oficina? En torno al 60% de las profesiones requieren acudir a lugares de trabajo distintos a la oficina convencional, como fábricas, hoteles, restaurantes, establecimientos comerciales, escuelas o gimnasios. En España, esa cifra podría suponer 12 millones de los cerca de 20 millones de trabajadores en activo.
El trabajo remoto no tiene por qué ser sólo un trabajo de oficina
Hoy en día, la digitalización crea actividades y empleos completamente nuevos. Y, cada vez más, las tecnologías digitales convierten el trabajo en una actividad y no en un lugar. Algunos ejemplos son:
Educación. En marzo, cerca de 10 millones de estudiantes españoles -1.500 millones a escala global- salieron de las aulas y pasaron al e-learning. La iniciativa Webex para la Educación de Cisco facilitó la tele-enseñanza en Comunidades como Madrid, Valencia, Andalucía, Galicia y Canarias. En el futuro, los profesores impartirán clases a varias escuelas y aulas al mismo tiempo mediante tecnologías de vídeo, mejorando el acceso y la inclusión para los niños de zonas rurales.
Atención sanitaria. Los sistemas de videoconferencia se implantaron en hospitales y residencias, comunicando a pacientes, médicos y familiares. Cisco y sus partners desplegaron Webex en hospitales como el de LLeida e IFEMA y en múltiples residencias. La tele-medicina seguirá asentándose, con un importante incremento de vídeo-consultas y, más adelante, con operaciones quirúrgicas tele-dirigidas mediante redes 5G, inteligencia artificial y realidad virtual/aumentada.
Agricultura. Ya se trate de sensores que envían información a sistemas de riego automatizados, vehículos autónomos que preparan el suelo o recogen cosechas y drones que estudian el terreno, el trabajo de los agricultores cambiará con la digitalización. En Albatàrrec (Lleida), con el proyecto piloto 5G Rural los podadores reciben ayuda de un ingeniero agrónomo en remoto y tiempo real.
Fabricación. Cámaras WiFi de seguridad, sensores de temperatura, humedad, iluminación y calidad del aire informan de las condiciones óptimas e identifican espacios infrautilizados o superpoblados en las fábricas. Las aplicaciones de IA/ML para el mantenimiento preventivo y predictivo se están generalizando en la industria 4.0, facilitando las tareas en remoto.
Servicios financieros y seguros. Seis de cada diez españoles utilizaron la banca digital en 2019 según el último informe DESI. Transferencias y pagos fueron las principales operaciones, pero cada vez se utilizan más los servicios de asesoría virtual. Las aseguradoras también ofrecen a los clientes la gestión de partes mediante pruebas digitales -fotos o vídeo- y las vídeo-consultas.
Comercio minorista. Los comercios han tenido que reinventarse para vender online y ofrecer opciones de pago y de recogida sin contacto. También aprovechan la capacidades analíticas de la red Wi-Fi para mantener aforos y generar ofertas personalizadas, y la realidad aumentada para crear una nueva experiencia de compra.
“Algunas de las tendencias tecnológicas que facilitan la digitalización en la nueva normalidad también influirán en el futuro del trabajo para las actividades que se desempeñan en oficinas no convencionales”, apunta Andreu Vilamitjana, Director General de Cisco España. “Aunque este escenario puede llevar un tiempo, ha llegado el momento de adoptar la digitalización y comprender su verdadero impacto mucho más allá de la oficina en casa”.