EAE Business School ha publicado el estudio La evolución del dato: Del big data a la inteligencia artificial, del que se extrae que el no cumplimiento de la normativa GDRP puede suponer multas de hasta 20M€ o el 4% de la facturación global de la compañía.
El Reglamento General de Protección de Datos asegura los derechos de los usuarios en la recogida de datos, la introducción de derechos como el derecho al olvido, la limitación de su tratamiento y de los datos, obligación de hacer un análisis de los riesgos o el consentimiento de los usuarios, entre otros.
“El hecho de que las empresas tengan una información sobre los usuarios que, antes no tenían, y herramientas como el big data para explotarla abre la puerta a considerar dónde queda el usuario ubicado en esta situación”, advierte Pau Sabaté, co autor del estudio de EAE Business School.
Retos del Big Data
La irrupción del ecosistema digital ha generado de forma exponencial una cantidad de datos que parece no tener límite ni frenar su creación. En los últimos 5 años, se ha multiplicado por 4 la cantidad de datos digitales creados o replicados en todo el mundo, y se estima que para el 2025 se al menos doblará esta cifra, tal y como recoge el informe de EAE Business School.
El coste energético del big data es otro tema a abordar. El consumo eléctrico de todos los data centers juntos ya representa un 1% de la demanda global de electricidad.
Las multas por no cumplir la protección de datos ascienden a más 1000 millones de euros en 2021
Otro de los campos donde el big data está más inmaduro es en entender y gestionar el impacto que tiene a nivel social. Por ejemplo, tal y como señala el estudio, los sistemas de recomendación pueden crear burbujas informativas donde la gente sólo recibe información de la parte de la sociedad cercana a su ideología, a modo de sesgo de auto confirmación. Los sistemas de recomendación también son susceptibles de ser utilizados para difundir noticias falsas.
Otro riesgo puede ser la concesión de una hipoteca. Al lanzar el modelo predictivo, puede dar menos posibilidades de financiación a un perfil social determinado, y por tanto de desarrollo, creando una posible desigualdad social.