Al margen de la cantidad de dinero similar que podamos tener en la cuenta corriente, veo pocas coincidencias entre la Presidenta del Banco Santander y yo mismo. O tal vez tenga alguna más… En otra ocasión, he reflexionado en esta tribuna sobre la necesidad o la conveniencia de que las grandes multinacionales, e, incluso, empresas más pequeñas, no basen toda su estrategia empresarial en el beneficio por el beneficio.
Tengo la necesidad de pensar que todos estamos en este planeta y que la ley de la selva no es la que más interesa a los humanos. Si logramos estar de acuerdo con esto, precisamos de una solidaridad en la que, lógicamente, tendrán que aportar más los que más tienen.
En este escenario me llamó la atención Ana Botín cuando afirmó hace unos meses en una entrevista con el diario “El País” que “en el pasado algunos bancos y banqueros se enfocaron solo en dar resultados, pero mi estrategia es que resulta tan importante ganar dinero, como la manera de hacerlo”. Pero en el mismo texto se recogía que el banco iba a realizar una reducción de plantilla que afectaría a 1.700 trabajadores.
Esta merma de puestos de trabajo, tanto en el Banco que os ocupa como en otros compañías, no nos engañemos, viene “impuesta” por los avances tecnológicos que lo propician y permiten: hay que reconocer que las nuevas tecnologías son beneficiosas, nos facilitan, en general, la vida, no debemos rechazarlas, crea riqueza por sí mismas, pero no siempre son creadoras netas de empleo.
Es necesario que las empresas grandes, que tienen unos beneficios descomunales, inviertan una parte de esas plusvalías en la sociedad que se lo ha propiciado para preservar puestos de trabajo
Por ello, es imprescindible que esas empresas grandes, que tienen unos beneficios descomunales, inviertan una parte de esas plusvalías en la sociedad que se lo ha propiciado. No estaría mal que esa inversión se dedicara a la creación de empleo y, sobre todo, a no destruirlo. Y tendría que ser de una manera no impuesta, voluntaria, con sentido de la responsabilidad.
Tenemos ejemplos que nos pueden servir. Me da igual si personas como Bill Gates o Mark Zuckerberg lo hacen por un sentimiento sincero (que creo que sí) o por ahorrarse impuestos. El caso es que destinan una buena cantidad de su dinero a fundaciones o asociaciones con fines sociales que repercuten muy sanamente en sus destinatarios.
Con solo un poco que pongamos cada uno de nuestra parte, haremos que la vida sea un poco más agradable para los que no tienen la suerte de disfrutarla como es debido.
Ahora empezamos a discutir cómo va a afectar el Brexit a nuestro sector tecnológico. IDC ya se ha mojado: “la salida del Reino Unido de la Unión Europea tendrá un impacto “ligeramente” negativo en el sector tecnológico del Reino Unido, pero apenas se notará en el resto de la Unión Europea”. Pues yo me lo creo. Y añade: “Muchas organizaciones disponen de acuerdos de licencia de software y contratos de outsourcing plurianuales. La probabilidad de que estos fueran cancelados o reestructurados con motivo del Brexit es muy baja·.
Querido Juan Manuel,
Siento estar en total desacuerdo contigo. No se deben preservar puestos de trabajo, se deben crear puestos de trabajo absolutamente diferentes que se adapten a las nuevas circunstancias empresariales, tecnológicas, de mercado, etc. Intentar preservar lo existente que ya no sirve es el mayor error que podemos cometer. El problema de mi planteamiento es que la mayoría de las personas no queremos salir de nuestra zona de confort y queremos seguir haciendo lo que nos resulta conocido y por lo tanto fácil.
Estimado Manuel:
Comparto tu punto de vista, sin duda. Pero tengo la sensación de que solo con lo nuevos puestos de trabajo de los que tu hablas, no sería suficiente…
Gracias por tu comentario.
JM