El último estudio elaborado por la consultora estratégica A.T. Kearney ha puesto de relieve que el sector de telefonía móvil en Europa está empezado a recortar la inversión en nuevas redes y servicios ante el riesgo de ver reducida su rentabilidad por la cada vez más estricta regulación impuesta por la Unión Europea. El establecimiento de tarifas máximas para los servicios móviles entre países de la Unión Europa fue justificado por la Comisión Europea tras asumir como excesivos los beneficios obtenidos por los operadores de telefonía móvil. Sin embargo, se ha comprobado que el retorno de capital (ROCE) en este sector alcanzó un 9% en 2006. Un porcentaje bastante bajo comparado con el 20% que obtienen las empresas de software, la industria farmacéutica u otros sectores.
La GSMA -la asociación internacional de operadores de telefonía móvil- en su repuesta a la consulta publica de la Comision Europea, advierte que las empresas europeas de telefonía móvil apenas están cubriendo gastos y son varias las que ya han empezado a sufrir una pérdida económica. A.T. Kearney estima que en el 2007, el ROCE para los operadores de telefonía móvil será igual o ligeramente inferior al obtenido en el 2006.
A pesar de que el año pasado la Comisión Europea predijo que la regulación de precios en los servicios de roaming entre países europeos conllevaría a un aumento en el uso, lo cual supondría una compensación económica para el sector, A.T. Kearney calcula que mientras el volumen de llamadas de roaming ha aumentado un 11% anual hasta julio de 2008, los ingresos asociados han disminuido un 26%.
Aunque históricamente, el sector de la telefonía móvil era uno de los principales inversores de Europa, el capital invertido se ha ido reduciendo desde el 13% en 2005, al 12% en 2006 y al 11% en 2007. Sin embargo, se requiere una fuerte inversión en redes 3G, para atender a la cada vez mayor demanda de acceso a Internet y a otros servicios multimedia de banda ancha. A pesar de que la tecnología móvil necesita de importantes inversiones para mejorar su funcionamiento y capacidad, la rapidez en el despliegue de nuevas redes se puede ver limitado por el escaso nivel de rentabilidad para el l sector.
“El sector de la telefonía móvil en Europa necesita invertir para desplegar nuevos servicios como banda ancha móvil, descargas de video, televisión móvil o e-mail móvil. Servicios que no sólo se realizan de forma cada vez más habitual, y que también suponen una importante contribución a la mejora de de la competitividad económica del continente”, comenta Tom Phillips, Director de la Oficina de Gobierno y Legislación de la GSMA. “Sin embargo, es evidente que no se destinará la suficiente inversión requerida para proporcionar estos servicios si los reguladores continúan interfiriendo en el desarrollo del mercado con la fijación de precios”.
En contraste con el aumento de precios que están experimentando otros sectores, el coste de los servicios de telefonía móvil se está reduciendo rápidamente. En la Europa de los 25, el precio de los servicios de telefonía móvil doméstica ha disminuido alrededor de un 13% al año en el periodo comprendido entre 2004 y 2007. Por otra parte, el precio medio de los servicios de roaming de datos disminuyó un 25% desde abril de 2007 a abril de 2008 y el coste de los servicios de roaming de SMS un 18%, en el mismo periodo. Además, recientemente, ciertas iniciativas de algunos operadores apuntan a la marcada tendencia de una continua reducción de los precios de estos servicios. Por esa razón la GSMA considera innecesaria la posible intervención en la fijación de precios de la Comisión Europea.
Han sido varios los expertos en economía los que se han manifestado en contra de la postura adoptada por la Comisión Europea. Según, David Newbery, Catedrático de la Universidad de Cambridge, este tipo de medidas minan los principios microeconómicos básicos. A su entender, la forma más eficaz para cualquier negocio de ver cubiertos sus costes, es fijar márgenes de beneficio bajos en productos destinados a clientes con poco nivel adquisitivo, y suplir estos gastos con márgenes de beneficio mayores en servicios destinados a clientes menos sensibles al precio . Esta es la misma lógica que se sigue en otros sectores, como la hostelería o en la aviación (por ejemplo, precios de hoteles o de billetes de avión mas elevados en periodos estivales). La regulación de precios de voz entre países Europeos ha beneficiado en mayor medida a las empresas multinacionales que tienen menor sensibilidad a los precios de estos servicios
“Utilizar diferentes estructuras de precios para diferentes grupos de clientes y servicios para maxificar la demanda total de la telefonía móvil, es una fórmula económicamente eficiente que, a su vez, permite disminuir el coste para los usuarios”, señala Newbery. “Pero la regulación de precios máximos para los servicios de roaming en Europa, pone en riesgo la posibilidad de diferenciar los precios, limitando la capacidad de los operadores para cubrir sus gastos fijos en la provisión de los servicios”.
“La Comisión Europea tomó esta decisión basándose en dos concepciones erróneas”, mantiene Mark Page, socio de A.T. Kearney. “Los recortes en los precios no se han visto compensados por un aumento del volumen de llamadas; y el sector de la telefonía móvil no obtiene una rentabilidad excepcionalmente alta como para compensar la pérdida de ingresos. Tan sólo podemos esperar que la Comisión Europea examine todas las evidencias a la hora de considerar el futuro de la regulación de los servicios de roaming”.