Prácticamente todo el mundo conoce la existencia de virus que pueden afectar a su ordenador y, en ocasiones, causar una pérdida masiva de datos y hasta dejarlos inservibles. Igualmente, son conocidos y, desgraciadamente, bastante extendidos, los troyanos, un tipo de software malicioso que bajo una apariencia inofensiva se ejecuta de manera oculta en el sistema y permite el acceso remoto al mismo por parte de un usuario no autorizado.
Sin embargo, no somos conscientes de que la tecnología de la que disponen los ciber-criminales hacen que sean capaces de multiplicar las formas de atacar a nuestros sistemas, tanto directa como indirectamente.
La mejor manera de prevenir este tipo de delitos es conocerlos a fondo, y CPP se ha propuesto alertar a la población del significado y el riesgo de algunos de éstos nuevos tipos de delitos y malware informático.
El ya conocido Phishing ha dado lugar a otras estafas igualmente dañinas. Esta práctica fraudulenta pretende, mediante el envío de un correo electrónico como “cebo”, la obtención de datos sensibles como contraseñas, nombres de usuario o detalles de la tarjeta de crédito. El SMiShing es su equivalente en teléfonos móviles. El usuario es engañado a través de mensajes de texto (SMS) presuntamente enviados por un conocido o una entidad comercial que les redirige a sitios web maliciosos incitándoles a descargar programas que suelen contener virus informáticos. El Vishing – vocablo proveniente de la combinación de las palabras voice (voz) y phishing – por su parte, lleva a cabo ese mismo engaño a partir de llamadas de voz.
Una nueva modalidad de delito informático que busca hacerse con datos sensibles es el Phishing Car. A través de este engaño, los criminales informáticos captan potenciales compradores de coches a bajo coste y les exigen el pago una señal por adelantado con una transferencia a una cuenta de un banco extranjero. Quienes se dedican a este tipo de delitos suelen captar a sus víctimas a través de periódicos o webs de venta de artículos de segunda mano.
El Grooming, más conocido como “ciber-acoso”, consiste en una forma de captación de nuevas víctimas de las redes de pedófilos y pederastas. Éstos entran en contacto con menores de edad mediante correos electrónicos o plataformas de chat haciéndose pasar por otra persona (normalmente una mujer u otro menor).
El Cyber-bullying, es un delito informático de carácter similar en su fin último: acosar a una persona o grupo de personas. Los criminales utilizan la información electrónica procedente de medios de comunicación interpersonales como el correo electrónico, la mensajería instantánea, los mensajes de texto, blogs, o incluso webs difamatorias para acosar a sus víctimas.
Según Ana Isabel Hernández, Directora de Marketing y Comunicación de CPP España y Sur de Europa, “los delitos informáticos se multiplican a una velocidad de vértigo, y cada día los ciber-criminales encuentran nuevas vías de entrada en nuestros sistemas, que son mucho más vulnerables a estos ataques de lo que pensamos. Ya no sólo se trata de nuestros ordenadores personales, sino de todos los dispositivos electrónicos en los que almacenamos o manejamos datos personales. Debemos ser muy cautelosos a la hora de ofrecer información o datos sensibles a extraños, ya que las consecuencias pueden ser muy desagradables”.
Según CPP, el conocimiento de la existencia y funcionamiento de todos estos delitos que afectan a la economía, privacidad y, en definitiva, a la seguridad de las personas, es el primer paso para concienciar a la población y evitar daños mayores a sociedad cada vez más informatizada y dependiente de la tecnología.