Capgemini, junto con LinkedIn, la mayor red profesional del mundo, ha realizado un informe que analiza la demanda y la oferta de talento con competencias digitales específicas, a través de los datos recogidos entre 1.200 empleados y directivos de diversos sectores empresariales y países, incluyendo España. The Digital Talent Gap – Are companies doing enough? revela cuáles son las cuestiones que preocupan a los empleados cuando valoran sus propias competencias en materia digital así como la escasez de recursos formativos disponibles en su lugar de trabajo. Entre las conclusiones destaca el hecho de que cerca del 50% de los empleados (casi el 60% en el caso de los empleados clasificados como «talentos digitales» invierte por su cuenta, con su propio dinero y en su tiempo libre, en el desarrollo de sus capacidades digitales.
Crece la brecha en talento digital
Cada dos empresas consultadas reconoce que la brecha digital —diferencia entre oferta y demanda de profesionales con competencias digitales— está creciendo. Más aún, más de la mitad (54%) coincide en que este gap frena sus programas de transformación digital (en España lo considera así un 48% de las empresas). De igual forma, el 54% de las empresas opina que su organización ha perdido ventaja competitiva por la brecha, porcentaje que en España sube hasta el 59% y sitúa a nuestro en el segundo país de los nueve estudiados en el que esta visión es más compartida, precedido de Estados Unidos.
No obstante, pese al aumento de la brecha digital, los presupuestos para formación en capacidades digitales se mantienen o se reducen en más de la mitad (52%) de las organizaciones (el 48% en España); y un 50% reconoce que no dejan de hablar de la carencia de las competencias digitales, pero que no hacen mucho para reducirla.
La preocupación por la obsolescencia puede conducir a que los empleados salgan de la empresa
A muchos de los empleados les preocupa que sus competencias ya estén desactualizadas o que pronto lo vayan a estar. El 29% de los empleados a nivel mundial cree que el conjunto de sus competencias ya está obsoleto o que lo estará en uno o dos años; muy similar a la proporción en España que así lo considera (33%). Sin embargo, cuando el horizonte se amplía a cuatro y cinco años, las percepciones de los empleados son más pesimistas: el 38% considera que estará desactualizado en este plazo de tiempo, proporción que se dispara en el caso de España hasta el 47% de los empleados (nueve puntos más que la media mundial). Llama especialmente la atención la respuesta a esta última cuestión por parte de los empleados de las generaciones Y y Z que dista de las medias de forma significativa: el 47% de los empleados a nivel mundial y el 59% en España de estas generaciones cree que su preparación profesional estará obsoleta en cuatro o cinco años.
Desde una perspectiva sectorial el 48% de los empleados del sector automovilístico temen que estarán desactualizados en ese tiempo. Detrás se sitúan el sector bancario (44%), el de utilities (42%) y los de telecomunicaciones y seguros (en ambos, el 39% de los empleados).