El número de personas que permanecen en el puesto de trabajo con más de 65 años ha aumentado de forma espectacular en los últimos años y se espera que aumente aún más. Esta tendencia es más frecuente en los países con niveles educativos más altos y, según la multinacional Hays, multinacional británica especializada en la selección de profesionales cualificados, “plantea el reto de integrar adecuadamente en las plantillas las generaciones Y y Z, evitando la aparición de lagunas generacionales”.
Según Hays, la permanencia en la plantilla de los trabajadores más maduros muchas veces dificulta la incorporación de los más jóvenes. “Y cada generación – explica Noelia de Lucas, directora comercial de Hays- aporta unos valores específicos. Una experiencia y conocimiento del negocio y otros nuevas habilidades, imprescindibles en la economía del siglo XXI”.
Las empresas deben crear un equilibrio adecuado entre los trabajadores de mayor edad y los que acaban de incorporarse, tal y como se apunta desde Hays. La cuestión es saber si esta nueva situación, donde los trabajadores de más edad permanecen más tiempo en puestos de trabajo altamente cualificados, supone un riesgo para el flujo de talento, dificultando el acceso a estas posiciones altamente cualificadas a los jóvenes talentos.
«Los trabajadores maduros son un activo muy preciado para las empresas –señala de Lucas- ya que proporcionan una valiosa experiencia, especialmente habilidades muy específicas. Sin embargo, es importante que las empresas logren un buen equilibrio entre el mantenimiento de los trabajadores de mayor edad y la incorporación de joven talento y que éstos puedan beneficiarse de la experiencia de sus colegas de mayor edad”.
De Lucas señala que para mantener las ventajas competitivas de las empresas, lo ideal es unir ambas generaciones y facilitar un enriquecimiento mutuo y un relevo ordenado que evite lagunas de habilidades. “La clave -continúa Noelia de Lucas- es lograr un equilibrio adecuado entre el mantenimiento de valor de los muy formados y experimentados trabajadores de mayor edad y el reclutamiento y capacitación de la próxima generación de profesionales. Deben poner el foco en la contratación, el desarrollo y la formación del personal en todos los niveles y en todas las edades”.
«La formación continua y el desarrollo de personas competentes, de todas las edades, es esencial para el éxito futuro de las empresas. Las organizaciones deben asegurarse que su fuerza de trabajo evoluciona de acuerdo con las condiciones cambiantes del mercado. Y que, cuando alguien se decide a retirarse, tenga el profesional entrenado y experimentado que le puede reemplazar adecuadamente».