Según un estudio de Compuware las grandes empresas europeas tienen una media de pérdidas de 608.000 euros al año debido a problemas de rendimiento con las aplicaciones basadas en “cloud computing”, tales como sitios de e-commerce y aplicaciones de negocio basadas en Internet.
Según el mismo estudio, realizado entre 300 empresas del Viejo Continente de más de 1.000 empleados, españolas incluidas, el 57% de las organizaciones está ralentizando o frenando la adopción de aplicaciones cloud hasta que no se ofrezcan mayores garantías de buen rendimiento.
El estudio también revela que el 72% de las empresas admiten tener serios problemas para garantizar los niveles de servicio de este tipo de aplicaciones por la propia naturaleza de la red abierta donde residen: Internet. Hasta ahora, las empresas tenían mayor control del rendimiento de sus aplicaciones gracias a que sólo utilizaban infraestructuras internas de las que tenían el control. Sin embargo, y teniendo en cuenta la tendencia clara de mover las aplicaciones de negocio desde el interior de la empresa hasta entornos virtuales y externos, es necesario también mover la gestión de su rendimiento en esta misma dirección.
En este sentido, el 84% de las empresas europeas esperan una mayor rigurosidad a la hora de poder controlar los niveles de servicio de sus aplicaciones en la nube, y no se conforman sólo con disponer de las métricas de disponibilidad tradicionales. De hecho este mismo porcentaje expresa dudas en cuanto a incrementar el número de aplicaciones críticas de negocio “en la nube” si no existen sistemas capaces de valorar sus niveles de servicio desde un punto de vista del usuario de las aplicaciones.
Según el estudio, y a modo de ejemplo, para estas empresas la cuestión ya no es saber si las aplicaciones están disponibles, sino si son suficientemente rápidas para los usuarios finales. A este respecto, el 67% de las empresas declara disponer de recursos humanos suficientemente preparados para negociar acuerdos de nivel de servicio más completos y que recojan la calidad del servicio medida desde el punto de vista del usuario.
Según Enrique Placed, director general de Compuware España, “las empresas han hecho grandes inversiones en aplicaciones cloud sin pensar realmente en los riesgos para el negocio que podrían acarrear un mal rendimiento. De hecho, –sigue diciendo Placed–, aunque las organizaciones han entendido la enorme flexibilidad y reducción de costes asociados al modelo cloud, su adopción por nuevas aplicaciones está condicionada a una mayor capacidad de gestión de su rendimiento”. Según Placed, “la única manera de que esto ocurra es controlar el rendimiento de las aplicaciones desde el punto de vista de los usuarios de las mismas”.