Cada vez más personas se suben al carro de los influencers para conseguir de manera gratuita noches de hoteles cinco estrellas o no pagar ni un euro por comer en restaurantes de lujo. Para evitar el intrusismo, algunas agencias, como 3AWW, utilizan herramientas de Social Media Listening que detectan eficazmente quiénes usan la trampa para aprovecharse del trabajo de los demás.
Con la aparición de las redes sociales nació la figura de los influencers, que se dedicaban a recomendar a través de Instagram, Twitter o Facebook diversos negocios, como alojamientos turísticos, prendas de ropa o restaurantes. Todos ganaban, tanto las marcas –por la promoción que se llevaba a cabo– como los propios jóvenes, que se dedicaban profesionalmente a una actividad gratificante, pero que requiere esfuerzo y profesionalidad.
Con la aparición de las redes sociales nació la figura de los influencers, que se dedicaban a recomendar a través de Instagram, Twitter o Facebook diversos negocios
Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, la oferta siempre pretende superar a la demanda y surgen inesperadamente entrometidos, con cada vez menos vergüenza, menos preparación y menos seguidores en los social media, farsantes que quieren sacar beneficio propio sin importarles manchar la reputación de cualquier gremio. Ejemplos recientes han sido el hotel irlandés The White Moose Café, que directamente ha vetado la entrada a cualquier influencer, o el Diverxo de Dabiz Muñoz, quien no dudó en hacer pública una indiscreta proposición para comer sin pagar un euro.
Esto ha obligado a que las agencias de comunicación desarrollen herramientas de Social Media Listening para detectar este fisgoneo, con la intención de realizar un filtro sano que ayude, por un lado, a que los propios influencers no pierdan credibilidad y, por otro lado, a que la firma no se sienta estafada.
Una de las agencias que más se ha comprometido con el tema es 3AWW. Su CEO, Miguel Ángel Rodríguez, considera que “en la sociedad que vivimos actualmente, el papel del influencer es fundamental. Es un tipo de publicidad nativa, mejora la reputación de la marca, se consigue mayor fidelización de los clientes y vincula la imagen de marca con valores relacionados con su audiencia. Los nuevos tiempos han cambiado y la promoción de las empresas se está adaptando a los medios que van surgiendo”.
Detectar al intruso
Sin embargo, según Miguel Ángel, “es una forma de vida que a priori parece atractiva y, por eso, hay algunos que se intentan aprovechar de sus ventajas. Al final pagan justos por pecadores. Para evitar que eso ocurra, nosotros detectamos quiénes realmente reúnen la audiencia, la influencia y la autoridad que se le pide a un influencer para ser considerado como tal, ayudado a las marcas para que no sean engañadas y, al mismo tiempo, ahorrándoles un tiempo que para ellos es vital”, sentencia.
En ese sentido, apostilla que “el número de seguidores no es el único dato en el que tenemos que basarnos, porque se pueden comprar. Lo importante es el ‘engagement’, es decir, la capacidad del prescriptor de interactuar con su público”. De ahí que el CEO de 3AWW asegure que “los pseudoinfluencers quieren vivir en una burbuja que está estallando. Al final, como en todo, realmente sobrevivirán los que cuiden las fotografías, preparen minuciosamente el tema y hagan un trabajo intenso de difusión en redes sociales”.
