Es lo que tiene fiarse de personas impredecibles. Donald Trump creyó encontrar en Boris Johnson a su mejor aliado. Sin embargo, el premier británico le ha dado a probar de su propia medicina al presidente norteamericano. Y es que, todo parecía indicar que Reino Unido, a falta de tres días para que se oficialice su salida definitiva de la UE, iba a seguir cualquier estretegia impulsada por Trump para tener de forma rápida un acuerdo comercial entre ambos países. Y dentro de esa estrategia, la política que se sigue por la Administración norteamericana contra Huawei ocupa un lugar preferente.
Y es aquí, donde Boris Johnson ha sorprendido a propios y a extraños al permitir que la multinacional china pueda continuar con el despliegue de 5G en las Islas. Es cierto, que las autoridades británicas han impuesto a Huawei una serie de condiciones como no superar una cuota de mercado del 35% ni tampoco desplegar 5G en instalaciones que el Gobierno británico considere de alto riesgo. Además no tendrá acceso al núcleo de las comunicaciones, es decir, le aleja de los datos. Pero no es menos cierto, que el despliegue correrá a cargo de la multinacional china, a pesar de los «consejos» provenientes de la Administración Trump para que no contara en absoluto con la tecnología de Huawei.
Boris Johnson ha sorprendido a propios y a extraños al permitir que Huawei pueda continuar con el despliegue de 5G en las Islas
Es decir, en el fondo, supone un éxito para Huawei: si el principal aliado de Trump hace caso omiso de esos «consejos», otros países del ámbito europeo y más temerosos de llevar la contraria al excéntrico magnate, podrían imitar a Boris Johnson.
Desde Huawei se han mostrado muy satisfechos con la decisión del premier británico declarando que «es tranquilizadora la confirmación del gobierno de Reino Unido de permitirnos continuar trabajando con nuestros clientes para seguir con el despliegue 5G en el país. Esta decisión, basada en evidencias, tendrá como resultado una infraestructura de telecomunicaciones más avanzada, más segura y con mayor eficiencia de costes para el futuro, dando al Reino Unido acceso a tecnología líder y garantizando un mercado competitivo».