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ING implementa el agilismo, la metodología de trabajo de las grandes tecnológicas

ING implementa el agilismo, la metodología de trabajo de las grandes tecnológicas

Las metodologías Ágiles se revelan como una respuesta efectiva y flexible para que toda la organización reme en una misma dirección. Aunque en su origen los equipos de tecnología eran los únicos que trabajaban bajo este método, hoy en día algunas empresas están optando por integrarlo de manera transversal.

Pionero en posicionarse a la cabeza de la innovación, ING ha sido la primera entidad bancaria en España que incorpora el Agilismo en todas sus unidades de negocio. Según Arantxa Sarasola, directora de innovación de la entidad, “ING siempre ha tenido foco en el cliente. Ahora la velocidad del cambio es enorme y, si queremos continuar siendo el banco más recomendado por nuestros clientes, tenemos que adaptarnos. Para poder dar una respuesta a sus necesidades decidimos cambiar nuestra forma de trabajar porque tenemos que ser capaces de entregar valor de una forma constante empoderando a nuestros equipos”.

Una organización horizontal

ING ha implementado el Agilismo en tiempo récord. En tan solo 40 días el banco ha organizado a sus empleados en “tribus” dedicadas a un temática y compuestas por profesionales con perfiles de negocio y tecnología. Dentro de las “tribus” se establecen “squads”, pequeños equipos multidisciplinares con un propósito muy concreto que ayudan a conseguir la misión de la tribu. De este modo, los departamentos han dado paso a una distribución flexible donde los distintos especialistas – tecnología, marketing, interacción con cliente, etc. – se organizan en grupos unificados enfocados en metas comunes.

ING ha sido la primera entidad bancaria en España que incorpora el Agilismo en todas sus unidades de negocio

A través de esta distribución, se trabaja no solo en función de una tarea, sino con un foco claro en un producto o servicio. Para ello, los equipos son mucho más autónomos y están capacitados para tomar decisiones y adaptarse de manera rápida a los cambios. De esta manera se evitan sobrecostes en proyectos o retrasos innecesarios y, además, se entrega con más frecuencia y calidad completando la oferta de valor.

La implementación del Agilismo implica no solo una transformación cultural sino también cambios en los espacios de trabajo donde las “tribus” plasman en diferentes paneles la evolución de sus proyectos. De esta forma, todo el mundo está al tanto de los avances en su área de una manera visual.

La figura facilitadora del agile coach

El Agilismo supone un cambio radical en la mentalidad de los empleados, que han de entender que dejan de depender de un jefe directo que les indique cómo hacer las cosas para pasar a ser más autónomos y tomar sus propias decisiones. Para ello, la transparencia es fundamental y ante este cambio se erige la figura del agile coach. Estos profesionales se integran en las “Tribus” para facilitar que cada una de ellas encuentre su ritmo en la nueva forma de trabajar, sin perder de vista los valores del banco y convirtiendo las posibles tensiones en oportunidades constructivas.

Para corroborar si su función se cumple, el agile coach debe comprobar que la implantación progresa y, para ello, más allá de las métricas, es importante evaluar las sugerencias y comentarios de los equipos, que en muchos casos pasan de no creer en esta metodología a cambiar por completo su forma de pensar y entender la filosofía, asegurando que su foco sobre su trabajo es mayor que en anteriores ocasiones.

Estos profesionales están siendo claves en ING, especialmente por la rapidez con la que se ha implementado la nueva metodología. Y es que la entidad ha optado por cambiar primero y después ir realizando los ajustes necesarios, en modo big-bang.

Tal y como muestra el caso de ING, el Agilismo es cada vez más común fuera del ámbito tecnológico, ya que está demostrando su utilidad para que las organizaciones hagan frente a las cambiantes necesidades del cliente y sean capaces incluso de preverlas anticipándose a ellas. La aparición de nuevos perfiles profesionales que sean capaces de entender esta necesidad son claves en la transición de la manera tradicional de trabajar hacia este nuevo concepto.

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