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IBM define las cinco áreas de innovación que transformarán las ciudades en los próximos cinco años

IBM ha definido cuáles serán las cinco áreas de innovación tecnológica que tendrán un mayor potencial de desarrollo a lo largo de los próximos cinco años. La apuesta de la Compañía pasa por una serie de avances tecnológicos que transformarán las ciudades y con ello, mejorarán la forma de trabajar y de interactuar de los ciudadanos de todo el planeta.
Cada año, alrededor de 60 millones de personas se trasladan a residir a ciudades y zonas urbanas, lo que representa en torno a 1 millón cada semana. A ello hay que sumarle que el año pasado, nuestro planeta alcanzó un hito muy importante: por primera vez en la Historia de la humanidad, la mayor parte de la población mundial reside en ciudades.
Ante este ritmo exponencialmente creciente de los niveles de urbanización, IBM ha querido orientar su informe anual sobre las cinco innovaciones tecnológicas previstas para los próximos cinco años en las ciudades. Los resultados de dicho informe revelan que la utilización de las tecnologías permitirá que:
• Las ciudades sean más “saludables”: los organismos públicos sabrán exactamente cuándo, dónde y cómo evolucionan las enfermedades que afectan a la población.
• Los edificios funcionen como el organismo de un ser vivo y tengan capacidad para reaccionar, gracias a la implantación de sensores que permitan hacer, de forma automática, ajustes en las instalaciones (agua, electricidad, climatización), así como realizar reparaciones antes de que se produzcan las incidencias.
• Los coches y autobuses circulen con el depósito de carburante vacío, ya que utilizarán baterías eléctricas con una autonomía de días e incluso meses.
• Las ciudades cuenten con sistemas inteligentes de distribución de agua y energía que, por ejemplo, reducirán las fugas en un 50%.
• Las ciudades hagan frente a situaciones críticas, incluso antes de que se reciba la primera llamada al servicio de emergencias.
Las ciudades actuales deben dedicar sus recursos a gestionar el aumento de la tasa de población y aminorar el progresivo deterioro de las infraestructuras que lleva asociado. Para ello, IBM propone una serie de avances tecnológicos que contribuyen a hacer las ciudades más sostenibles, más eficientes y, en definitiva, más inteligentes. De hecho, actualmente, la Compañía ya está trabajando en este tipo de proyectos en Nueva York, Dublín, Berlín o Malta, entre otras ciudades. Dotar de inteligencia a los centros urbanos será posible asumiendo los siguientes cambios en los próximos cinco años:
Las ciudades tendrán mecanismos de defensa ante las enfermedades
Las ciudades pueden convertirse en un foco de enfermedades contagiosas, fruto de la alta densidad de población. En el futuro, los organismos públicos sabrán exactamente cuándo, dónde y cómo se propagan las enfermedades, e incluso qué zonas serán las siguientes en verse afectadas. Los científicos nos proporcionarán las herramientas necesarias para detectar y prevenir las infecciones, como el virus H1N1 o la gripe estacional. Asimismo, veremos cómo surgen plataformas tecnológicas que harán posible compartir la información médica entre médicos e investigadores, con el fin de contener los niveles de contagio de una enfermedad. IBM está ya trabajando con varias organizaciones en todo el mundo, para estandarizar métodos de intercambio de información y analizar cómo surgen y se propagan las enfermedades infecciosas.
Los edificios funcionarán como el organismo de un ser vivo
Hoy en día, muchos de los sistemas que forman un edificio –calefacción, agua, depuradoras, sistema eléctrico, etc.- son gestionados de forma independiente. En el futuro, la tecnología funcionará como un organismo vivo, capaz de responder, de forma preventiva, para proteger a los ciudadanos, ahorrar recursos y reducir las emisiones de carbono. Miles de sensores situados dentro de los edificios controlarán desde el movimiento y la temperatura, hasta la humedad, la ocupación o la luz. El edificio no sólo coexistirá con la naturaleza, sino que también la aprovechará. Este sistema permitirá, por ejemplo, reparar un sistema antes de que falle, que las unidades de emergencia respondan rápidamente con los recursos necesarios y que los ciudadanos controlen su propio consumo de energía y la emisión de dióxido de gases contaminantes, e incluso pudiendo actuar para reducirlos. IBM ya trabaja con algunos edificios, como el Hotel Dragón en la ciudad china de Hangzhou, para crear un sistema de gestión controlado e interconectado que lo convierte en un hotel de lujo inteligente.
Coches y autobuses urbanos circularán sin combustible
Los coches no tendrán que depender más de los combustibles fósiles, sino que podrán funcionar con una batería eléctrica, que ofrecerá una autonomía de días e incluso meses. Científicos de IBM y otros organismos de investigación están trabajando para diseñar nuevas baterías que hagan posible que los coches eléctricos viajen entre 300 y 500 kilómetros, tras una sola recarga. También las redes eléctricas inteligentes pueden permitir que los coches puedan ser recargados en lugares públicos y que utilicen energía renovable, como la eólica. Así, se reducirán las emisiones y se minimizará la contaminación acústica. IBM y el consorcio de investigación EDISON, en Dinamarca, están desarrollando una infraestructura inteligente para permitir que los vehículos eléctricos se mantengan con energía sostenible.
Sistemas inteligentes acabarán con la sequía y ahorrarán energía
Hoy en día, una de cada cinco personas en el mundo no tiene acceso a agua potable. Pese a eso, se prevé que la demanda de agua crezca 6 veces en los próximos 50 años. Para afrontar este desafío, las ciudades instalarán sistemas inteligentes de agua que permitirán prevenir fugas, reduciendo la contaminación en ríos y lagos, y purificar el agua para hacerla potable. Este tipo de tecnologías avanzadas ayudarán a las ciudades a reciclar y reutilizar localmente sus recursos hídricos, reduciendo, de esa manera, el gasto por transporte de agua hasta un 20%. Contadores interactivos y sensores serán instalados en los sistemas de agua y energía, para proporcionar, en tiempo real, una información ajustada sobre el consumo de agua, con el fin de hacer un uso eficiente de este preciado recurso.

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