Leadmans, consultora especializada en la Gestión del Liderazgo a los más altos niveles directivos y en todo tipo de organizaciones, destaca el excesivo apego de los directivos españoles a los beneficios sociales y a las ventajas que les aporta su antigüedad en su empresa actual. Dicho apego, patente en las exigencias profesionales de muchos de estos altos cuadros de cara a un posible cambio profesional, dificulta la movilidad laboral y merma la competitividad de los directivos españoles frente a cargos similares en otros países, siendo un freno al desarrollo de la carrera profesional.
“En los procesos de selección en algunos niveles directivos en España, hoy todavía es muy frecuente que el candidato exija que la compañía contratante respete sus años de antigüedad en su empresa actual y los beneficios que ello conllevaría en caso de despido”, explica Roberto High, consultor de Leadmans.
La pretensión de que dicha antigüedad se reconozca contractualmente, como uno de los “caballos de batalla” en la negociación es, sin embargo, algo poco frecuente en otros países de nuestro entorno. “Se observan, quizás, situaciones similares en países como Francia, con una fuerte orientación social”, afirma Haig. El comportamiento de los candidatos directivos en otros países desarrollados como Gran Bretaña o Estados Unidos, sin embargo es radicalmente distinto, ya que allí, según comenta la consultora, entre los elementos decisivos para afrontar un cambio profesional priman factores como: las ventajas en términos económicos y de reto profesional que supone el nuevo destino; la insatisfacción con el cargo y responsabilidades actuales, etc.
“El directivo español necesita abordar un cambio de mentalidad y acostumbrarse a sumir el riesgo del cambio profesional”, explica el consultor de Leadmans. “Intentar aprovechar los beneficios del nuevo destino profesional, sin perder las ventajas acumuladas en la carrera anterior no es malo de por si, siempre y cuando este conservadurismo no prima frente a otras ambiciones más sanas y que resultarán más beneficiosas para el propio desarrollo profesional, como las relacionadas con el nuevo proyecto”.
Exigencias personales y mercado van en direcciones distintas
La preocupación del directivo español con los beneficios sociales y por la antigüedad profesional, asimismo, va claramente en dirección contraria al enfoque y predisposición de las empresas contratantes, cada vez más reacias a acceder a estas demandas del candidato.
“A modo de ejemplo, en la multitud de proyectos de head-hunting que Leadmans ha llevado a cabo en los últimos dos años, en sectores tan dinámicos como la consultoría o el ámbito TI, no ha habido ni una sola empresa contratante que haya accedido a cumplir este requisito del candidato”, explica Haig.
Este hecho muestra claramente la tendencia global y la dirección que seguirá en los próximos años el propio mercado español.
“Los directivos españoles que deseen seguir competitivos desde el punto de vista de un posible cambio profesional, deberán deshacerse de este proteccionismo excesivo y estar dispuestos a asumir el riesgo que conlleva cualquier cambio profesional, con foco en las oportunidades y retos que les brinda el nuevo puesto”, concluye Haig.