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4 claves que han marcado la evolución del teletrabajo en España

Se cumplen dos años desde que el Gobierno de España decretase el Estado de Alarma, así como el establecimiento del teletrabajo como una de las medidas clave de prevención de la Covid-19.

Hasta entonces, el teletrabajo era una modalidad poco asentada en España, llegando apenas a 3M de trabajadores los que podían teletrabajar. En este contexto, Keepler Data Tech ha presentado cuatro claves que han marcado la evolución del teletrabajo.

“El teletrabajo forma parte del ADN de Keepler, ya que siempre hemos facilitado 2 días de teletrabajo a la semana. La pandemia nos ha hecho ir más allá y a día de hoy nos consideramos una compañía remote first”, explica Adelina Sarmiento, responsable de Marketing en Keepler Data Tech.

Evolución del teletrabajo en España

Aunque, en la actualidad, los datos señalan un descenso en el número de empleados que trabajan en remoto, pasando de un 19,1% tras el estallido de la pandemia a un 13,6% a finales de 2021.  Estos datos evidencian que el impulso del teletrabajo en España parece que ha sido consecuencia de la pandemia, pero no continuará de manera generalizada, siendo el modelo adoptado mayoritariamente el que permite flexibilidad y la posibilidad de teletrabajo, pero sin llegar a un modelo 100%, lo que se conoce como modelo híbrido.

Estas son las 4 claves que han marcado el teletrabajo:

  • Disponer de las herramientas adecuadas. La adopción de herramientas tecnológicas que permiten el trabajo síncrono y asíncrono han sido claves para realizar con éxito la transición desde un trabajo que hasta antes de la pandemia era esencialmente presencialista, en la mayoría de las organizaciones. Pero además de facilitar estas comunicaciones y tareas síncronas y asíncronas, estas herramientas deben sustituir lo más posible aspectos que antes se conseguían en un contexto presencial. Con la llegada de la pandemia, los workspaces facilitados por los proveedores de nube (como Gsuite o Teams) fueron una rápida solución adoptada por un alto volumen de empresas que dispararon las cifras de usuarios. Actualmente, hay tendencias de llevar esto al extremo, creando mundos virtuales que permitan simular reuniones y tableros de trabajo.

4 claves que han marcado la evolución del teletrabajo en España

  • Organizaciones ágiles y adaptables ante el cambio. La pandemia irrumpió de manera drástica en los entornos profesionales. Muchas empresas pasaron de cero a cien en términos de teletrabajo de un día para otro, con la necesidad de mantener procesos, relaciones y resultados. Empezó a sonar el término “empresas resilientes”, entendidas como aquellas flexibles y ágiles a la hora de implementar cambios ante circunstancias adversas sobrevenidas. En este momento se pudo ver el valor de metodologías ágiles y modelos organizativos Management 3.0. Aquellas compañías capaces de operar bajo estos modelos son capaces de adaptarse con mayor facilidad y rapidez, mantener los equipos más cohesionados y coordinados en el desarrollo de proyectos y no ver mermado el rendimiento y la eficiencia en cambios de contexto. La innovación también juega un papel importante en este tipo de organizaciones, ya que hace a las empresas más competitivas, rentables y se adapten mejor a los cambios. Un estudio de la Fundación Cotec apunta que, si España dedicase recursos suficientes para optimizar la innovación de sus empresas, el PIB crecería un 1,8% anual adicional hasta 2025.
  • Cambio de paradigma en el espacio físico de trabajo. Asociado al auge del teletrabajo y la flexibilidad en el presencialismo, los espacios destinados a oficina y puestos de trabajo se han visto alterados. Con la pandemia en nuestras vidas nos quedamos en una situación incómoda: grandes inversiones en puestos de trabajo que podían suponer directamente pérdidas. La lección aquí es que quizás deberíamos empezar a reenfocar cómo consideramos las oficinas de las compañías, qué función le damos. Ya no estamos hablando de un sitio donde trabajar de una forma diaria por rutina, sino que se trataría de espacios de trabajo puntuales, con usos bajo demanda, y encuentros más orientados al trabajo en equipo, el fomento de la creatividad y el intercambio de ideas.
  • Datos para analizar el rendimiento y la eficiencia. Uno de los activos más valiosos de una compañía son los datos de sus clientes, pero también sus datos internos, los generados por el propio funcionamiento y rendimiento de la organización. Los meses de pandemia han obligado a gestionar equipos de otra manera, más centrados en los resultados, estableciendo KPIs y cualquier tipo de índice que permitiera medir rendimiento y resultados. Esta información es también un gran activo para las empresas que no se debería perder de vista ante la tendencia a una recuperación del presencialismo. Aumentar la capacidad de analítica de datos ayudará en la mejora de procesos, facilitará entornos flexibles de trabajo y permitirá tener una organización capaz de operar en escenarios de cambio con mayores garantías de eficiencia y eficacia.

 

 

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