Llega un momento en que ya no podemos pensar que nunca más se nos va a caer la Red de forma imprevista y que vamos a poder evitar el desastre.
Deberíamos estar más en la fase de cómo, de qué manera, y en cuánto escaso tiempo deberíamos solucionar el problema, cuando ocurra, para que los efectos fatales no nos impidan recuperar esa importante y decisiva actividad.
Nadie puede escapar a una catástrofe natural, pero las consecuencias dependen mucho de dónde ocurra. Un terremoto de escala 7 en Tokio producirá muertos y destrozos, pero en poco tiempo la ciudad recuperará la normalidad. En Botswana el mismo temblor produciría miles de muertos y tardarían años en arreglar los daños.
En Internet nos pasaría algo parecido. Todos vamos a entender que se nos caigan los sistemas, pero no comprenderemos que tarden dos días en arreglarlo. Nos jugamos demasiado como para no tener controlados esos tiempos.
A nosotros nos ha pasado recientemente, de estar casi tres días sin poder tener acceso a nuestra página Web. No tuvieron forma de solucionar el problema en menos tiempo. OK, aquí seguimos. ¿Qué pasaría si se bloquea la red de la Sanidad nacional esos mismos tres días? ¿Y si ocurre en Barajas? ¡De terror!
Creo que todavía no somos conscientes de la gran dependencia que tememos de Internet y de los graves inconvenientes que pueden ocurrir con su caída. Por eso es muy importante estar en un país occidental y tener empresas solventes en este campo. ¿O no? Que una empresa como Ibercaja (por poner un ejemplo concreto que ha pasado), tarde una semana en resolver un problema con la APP que trabajamos, simplemente, es inaceptable.
Por tanto, repito, ya no se trata tanto de evitar que dejen de funcionar las redes (que también) sino de ser capaces de reaccionar con éxito cuando se caigan. Las empresas que puedan garantizar esto tienen el éxito asegurado.
Juan Manuel Sáez
Eso de vender la piel del oso antes de cazarlo… es lo que me ha pasado por anunciar que tendríamos en este mes de diciembre una entrevista con David Cierco, director general de Red.es, sin haberlo confirmado antes. Le mandamos las preguntas que le queríamos formular, pero a través de su dirección de comunicación, se nos ha dicho que no es posible. Está en su derecho.