La eliminación de datos siempre es un problema. Según datos de Toshiba, el volumen de documentos digitales alcanzará 3.500 millones de Terabytes en 2020 y una buena parte de ellos estarán ocupados por momentos de ocio recopilados en vacaciones y verano en forma de vídeos o fotos.
La eliminación de datos en un 32% de los casos es debida a errores humanos, un 29% se pierde por accidentes simples y, cada mes, uno de cada diez ordenadores resulta infectado por un virus. Derramamientos de líquidos fortuitos, borrado accidental, sobretensión eléctrica, robos o pérdidas o sobrecalentamiento de dispositivos, incendios, accidentes, desastres naturales, la lista de casos e incidentes que no se pueden controlar y pueden dar al traste con nuestros datos es amplia.
La eliminación de datos en un 32% de los casos es debida a errores humanos, un 29% se pierde por accidentes simples
En la eliminación de datos para mantener a salvo y a buen recaudo esas fotos y vídeos irremplazables, para tener acceso a esa información vital, allá donde te lleven tus viajes estivales, resulta vital tener un plan, una “estrategia de almacenamiento y copia de seguridad”. Así, volverás a casa con todos los buenos momentos perfectamente recopilados y a salvo. Los últimos avances y las más modernas tecnologías de almacenamiento ofrecen al viajero y al turista una gama muy amplia de opciones para hacer copias de seguridad cuando estás fuera de casa.
Discos Inalámbricos
El 30% de los usuarios reconoce no haber hecho nunca una copia de seguridad, pero, aun así, el uso de discos duros externos está bastante extendido. Pero no pasa lo mismo con las aportaciones de la tecnología inalámbrica al campo del almacenamiento, de las que existen una amplia variedad de productos, tanto en HDD como en discos de estado sólido SSD y que, a día de hoy, simplifican y mejoran enormemente las funciones de un disco estándar.
Estos nuevos equipos funcionan como un hotspot WiFi, al que se conectan varios dispositivos simultáneamente sin cables. Así, resulta muy sencillo enviar fotos y vídeos, ya sea desde una tableta, un smartphone o un portátil. También permiten compartir contenidos rápidamente entre ellos y reproducir en uno lo guardado en otro, en streaming y sin retardo, a gran velocidad. Además, ofrecen capacidad de almacenamiento suficiente para guardar toda una vida de recuerdos. Si, además, el disco, como ocurre en modelos de Toshiba, tiene ranura SD, las fotos de la cámara que no es WiFi estarán disponibles para el resto de dispositivos en cuestión de segundos de manera simultánea. Olvídate de enchufar y desenchufar equipos, de sistemas operativos, todo es WiFi y casi plug&play.
Tarjetas MicroSD
Al viajar, lo último que mucha gente quiere es tener que llevar a todas partes un dispositivo de almacenamiento adicional. Aunque sea muy ligero y ocupe poco. En estos casos, las MicroSD son una excepción, en unos pocos gramos puedes tener 128 GB de almacenamiento, o lo que es lo mismo, 73.200 fotos y 16.000 minutos de video. Además, se pueden acoplar al teléfono o la tableta con facilidad y son resistentes a líquidos, golpes, inclemencias medioambientales, etc.
Por el contrario, su pequeño tamaño hace que se puedan perder fácilmente. Si va en un teléfono y lo roban o se pierde, la colección de fotos también habrá desaparecido. Además, hay que recordar que los equipos con iOS no son compatibles con este formato de almacenamiento.
Discos duros portátiles
El “viejo” disco duro externo portátil de 2,5” tiene todavía muchas ventajas. Sigue ofreciendo el menor coste por gigabyte, por lo que no existe nada más barato a la hora de almacenar grandes volúmenes de datos. Su capacidad de almacenamiento llega hasta los 4 TB y la velocidad de lectura y escritura alcanza los 150 MB/segundo. Todos estos avances lo colocan como un estupendo compañero de viaje. Aun así, el riesgo de daño, rotura o pérdida es similar al de las opciones Wireless que comentábamos antes, aunque estos no pueden ofrecer la posibilidad de compartir su contenido simultáneamente con otros dispositivos.