ATI (Asociación de Técnicos de Informática) presenta los resultados del primer estudio sobre la implantación y la eficacia de las Pruebas de Software en el sector español de las TI. El estudio, realizado por el Grupo de Calidad de Software de la ATI entre empresas proveedoras y clientes de software estándar y consultoras cuyos servicios incluyen el desarrollo de software a medida, consta de dos partes dedicadas, la primera, a analizar cómo las empresas de TI plantean y gestionan las pruebas de software y, la segunda, a estudiar el desempeño y las capacidades particulares de los profesionales dedicados a esta tarea.
“Hemos llegado a la conclusión de que, a pesar de las mejoras conseguidas en los últimos años, las mejores prácticas de pruebas de software todavía están lejos de considerarse suficientemente implantadas y adecuadamente optimizadas por las empresas de TI en España”, explica Luis Fernandez, representante del Grupo de Calidad de Software de la ATI y coordinador del estudio. “Los datos han hecho patente que las empresas de TI plantean estas pruebas con poco entusiasmo y las consideran un mal necesario, cuando las mismas son un elemento clave, si bien no el único, para garantizar la ausencia de fallos en los aplicativos y la satisfacción del cliente”.
Falta de automatización en la depuración y prueba de aplicativos
En su primera parte, el estudio basado en el cuestionario del Quality Assurance Institute (QAI) considera 20 prácticas fundamentales para la eficiente depuración y realización de pruebas de software, estableciendo 5 niveles en función de la automatización y eficacia de las mismas. Según el estudio, con datos correspondientes al año 2007, en el sector TI español se aplican, en promedio, únicamente 8 de estas prácticas. El mayor número de empresas de TI (un preocupante 42,76%) todavía confía sus pruebas y depuración de software a las habilidades particulares de sus profesionales, ocupando el segundo nivel en la escala de madurez. Mientras, un 32,24% de las compañías cuenta con un proceso de pruebas definido en sus aspectos básicos, situadas en el tercer escalón en cuanto a su madurez.
Sólo un escaso 15,79% de las empresas tecnológicas en España alcanza en sus pruebas de software el quinto y más alto nivel de “calidad de primera clase”, mientras un porcentaje de empresas similar todavía se encuentra en el escalón más bajo, aplicando pruebas arbitrarias, poco o nada automatizadas y claramente ineficaces.
“Desde el año 2005 hasta la actualidad hemos observado una clara evolución en este aspecto, donde cada vez un mayor número de empresas pasa de los niveles más bajos hacia los niveles intermedios en cuanto a su madurez en la realización de pruebas, pero todavía queda un amplio margen para la mejora”, explica Luis Fernández.
Asimismo, y entre las 20 prácticas claves en las pruebas de software del cuestionario QAI, las más implantadas en las empresas TI del mercado español han resultado ser las ligadas a la satisfacción del cliente (la validación del nivel de cumplimiento de sus expectativas, considerada por cerca de un 62% de las empresas, o la validación de la corrección de las especificaciones), mientras que las más descuidadas han resultado ser las relacionadas con la gestión de las pruebas en sí, (como el uso de métricas para planificar y evaluar el proceso de pruebas, que toma en consideración menos de un 10% de las empresas; la identificación de los riesgos de negocio por parte del personal de pruebas o el uso de herramientas automatizadas para las mismas).
La Formación, clave para en el proceso de pruebas
La segunda parte del estudio, llevada a cabo a través de resolución de casos por profesionales específicos, los resultados no han sido más alentadores. De todos los participantes, sólo uno llegó a controlar el 75% de los parámetros considerados clave para garantizar la calidad de un aplicativo software, mientras un desalentador 56% de los profesionales de TI no llegó a cubrir en la simulación ni el 50% de estos parámetros, creando un serio riesgo de que todos los factores “no controlados” lleguen al cliente en forma de fallos o funcionalidades que no se ajustan a sus requisitos iniciales.
El estudio ha mostrado, asimismo, que la formación de los profesionales de TI en metodologías para la realización de pruebas resulta muy importante para la adecuada realización de las mismas (las respuestas de los profesionales formados en la resolución de casos son mucho más acertadas que las ofrecidas por informáticos sin formación).
Aún así, en el año 2007 menos del 27% de los profesionales en el sector español de las TI habían recibido formación específica en pruebas, “lo que denota una clara carencia en el área de formación y deja en evidencia la necesidad de un cambio de mentalidad radical en este aspecto”, explica el coordinador del estudio.
La ineficacia en pruebas afecta también a los proveedores de TI
Las continuas ineficiencias en la gestión y realización de pruebas por parte de las empresas (la duplicidad de procesos para la verificación de un mismo parámetro, el seguimiento de parámetros no primordiales y la falta de seguimiento de los considerados más importantes para el cliente, etc.), detectadas por el estudio, pueden afectar de manera importante también al propio proveedor de TI. Y es que, “las pruebas de software representan un coste importante de cada proyecto”, explica Luis Fernández.
Según The Orginal Software Group, el gasto medio en depuración y pruebas representa un 33% de los costes globales de un proyecto de software. A las empresas estadounidenses de TI las pruebas de software ineficientes les cuestan, de este modo, más de 21.200 M$ anuales, con un posible ahorro de más de 10.700M$, si las mismas se llevasen a cabo de manera adecuada.
A modo de conclusión y recabados todos estos datos acerca de la implantación y gestión de pruebas de software en el mercado español, “falta explicar las razones para las ineficiencias detectadas y las posibles vías para su solución”, explica Luis Fernández, que el Grupo de Calidad de Software de la ATI aborda a través de un estudio específico realizado entre compañías del sector TI en España.