Ya han pasado más de 35 años desde que el experto en información Frederick Wilfrid concibiera una «oficina sin papel», en 1978. Hoy, la realidad es que las impresoras siguen utilizándose a diario y, según demuestra una encuesta independiente encargada por Epson a más de 3.600 empleados europeos, el 77% de los encuestados respondieron que las impresoras resultaban vitales para ellos, pues les permiten ser más productivos en el trabajo. Asimismo, una inmensa mayoría (el 83%) afirmó que «no puede existir una oficina sin papel». De hecho, del 4% de los participantes de la encuesta que dijeron que no disponían de impresora en su oficina, la mitad tenía en mente adquirir una.
«Nuestro estudio revela claramente que, a pesar de los avances en el sector digital, a todo el mundo le sigue gustando trabajar con papel, e incluso para ciertas tareas lo prefiere antes que trabajar delante de una pantalla», explica Rob Clark, vicepresidente sénior de Epson Europe.
El estudio también concluye que el 88% de los encuestados dijo imprimir una media de 21 elementos por día, siendo los informes los documentos más impresos, seguidos de cerca por los correos electrónicos y los archivos adjuntos.
«Las organizaciones necesitan la impresión no sólo para incrementar la eficiencia de sus empleados, sino también para aumentar la productividad y disminuir los costes medioambientales», señala Clark. «Con la impresión de inyección de tinta, por ejemplo, las organizaciones pueden imprimir un volumen hasta dos veces superior, a la vez que generan un 95% menos de residuos y gastan mucha menos energía que otras impresoras y copiadoras láser de tamaño similar»1.
Jack Uldrich, futurólogo de fama internacional, añade: «El concepto de oficina sin papel no se ha llegado a materializar por la misma razón por la que los microondas no han logrado sustituir a los hornos por completo: cada tecnología tiene unos beneficios tangibles y exclusivos, y el papel no es ninguna excepción. Es más, me atrevo a decir que el papel es el mejor invento jamás creado para expresar, compartir y difundir información. De hecho, varios estudios recientes han demostrado que la gente entiende y retiene mucho mejor la información si se presenta en papel que si se presenta en pantalla». Esta afirmación puede explicar por qué el 61% de los participantes de la encuesta opinan que «hay más posibilidades de cometer un error al editar un documento electrónico que al editar una copia impresa».
«Las nuevas tecnologías están cambiando la manera de trabajar de la gente. Esto está claro. En Epson, por ejemplo, este cambio lo vemos con nuestras tecnologías portátiles y basadas en proyectores. Sin embargo, a la hora de leer, editar y compartir documentos como pueden ser informes, correos electrónicos o archivos adjuntos, los empleados de oficina, pertenezcan a la generación de la posguerra o a la del milenio, siguen prefiriendo la versión impresa y tangible», concluye Clark.