Nuestros mundo físico y virtual están a punto de integrarse por completo y el coche va a ser uno de los primeros espacios en los que viviremos este futuro digital, gracias a la confluencia de tres factores clave: el desarrollo mobile, el cloud y el Internet of Things. Según el Informe Global sobre Automoción 2017, elaborado por KPMG, en el año 2025, el coche conectado generará más ingresos a través de la venta de datos que diez no conectados. Los propios directivos de la industria creen que ganarán más con el big data que con la venta del propio coche, lo que podría transformar el modelo de negocio y convertir a los fabricantes en proveedores de servicios de movilidad. Y es que la digitalización es a la vez oportunidad y amenaza, sobre todo para las aseguradoras.
El ciclo de los datos líquidos
“El coche conectado primero y autónomo después, protagoniza ya el primer capítulo del nuevo ciclo del ecosistema digital, que se basa en los datos líquidos”, explica Davide De Sanctis, country manager de Octo Telematics, empresa de telemática y soluciones de análisis de datos para la industria de seguros de auto.
“Las innumerables aplicaciones digitales que manejamos diariamente a través de nuestros teléfonos, electrodomésticos y el coche conectado generan datos líquidos constantemente”, analiza De Sanctis.
El coche conectado primero y autónomo después, protagoniza ya el primer capítulo del nuevo ciclo del ecosistema digital, que se basa en los datos líquidos
“Las conexiones entre dispositivos, y entre estos y su entorno, multiplican la generación de datos líquidos que se suben a la nube. Filtrando estos datos podemos extraer patrones, que nos proporcionan información valiosa. Gracias a esta información procesable estamos en disposición de poder idear nuevos servicios, que a su vez generan más datos líquidos que se almacenan en el cloud, perpetuando así el ciclo de generación y recopilación de datos en el ecosistema digital, que funciona como el ciclo del agua, donde los datos se evaporan, condensan y filtran para generar nuevos modelos de negocio”.
El ecosistema digital del vehículo cambia, lo que supone la llegada de nuevas fuentes de ingresos. Según el Grupo de Consultoría Ptolemus, en 2020, cerca de 100 millones de coches conectados estarán asegurados con pólizas telemáticas o “seguros conectados”, llegando a casi el 50% de los vehículos en todo el mundo en 2030. A medida que la revolución de los datos aumenta su ritmo, los enfoques tradicionales de seguros se quedan cortos.
Octo, líder mundial en seguros conectados y soluciones de análisis de datos para la industria de seguros de auto, recoge datos del contexto del vehículo, del comportamiento del conductor -sea humano o software- y de los accidentes. Aplica a estos datos algoritmos propios y los transforma en información procesable por las compañías. De esta forma, las aseguradoras pueden perfilar el riesgo basándose en datos reales de uso, lo que permite precisar el precio de las primas (UBI, seguros basados en el uso), gestionar de una forma más eficiente las reclamaciones, reducir los fraudes, ser más efectivos en los trámites de siniestros y establecer una relación más profunda con sus clientes. Los asegurados, por su parte, se benefician de primas personalizadas, que pueden ser hasta un 30% más bajas que las estándar, y del acceso a servicios que permiten mejorar la conducción a través del efecto tutoring.
Las soluciones de Octo, que cuenta con la base de datos sobre kilómetros conducidos más grande del mundo, abarcan toda la cadena de valor. Desde los dispositivos embarcados en los coches, las cámaras, los sensores, las apps como Octo U, el programa Link y los wearables, que se conectan con la plataforma global de telemática donde específicos algoritmos propios permiten las soluciones de seguros, gestión de flotas y car sharing de las que se benefician ya más de 4.8 millones de usuarios conectados en todo el mundo.
