A mi, Ada Colau cuando me decepcionó de verdad fue la primera vez que vio al Rey: no me pareció coherente con su ideología que «babeara» mientras le saludaba con una carita de gusto que no sabía donde guardar. Y, justamente ahora, cuando tendría que haber hecho de tripas corazón, sin necesidad de babear, y para estar a la altura, para no arriesgar con el futuro de algo tan trascendental para Barcelona, Cataluña y España, se pone toda digna y se niega a asistir a la recepción del Monarca.
¡Muy bien, Ada, muy bien!: la has cagado, pero ¡bien!. Han tomado nota y tenemos un punto menos para que una fuente de riqueza tan importante como el Mobile Wolrd Congress, se quede en la Ciudad Condal. Tenemos que ser todos muy burros para dejar escapar este regalo que nos ganamos con gran profesionalidad. La decisión final sobre su futuro está próxima y no me atrevo a vaticinar qué puede pasar. Los enterados hablan de un 50 % de posibilidades de que nos abandone.
Se habla de que Dubai ha hecho una oferta económica que podría hacer temblar a cualquier empresario que se dedique a ganar dinero. A Hoffman, el «mandamás» de este certamen, no se le conoce su militancia en ONG alguna. Por no esforzarse, en los más de diez años que lleva en España, ni siquiera le hemos oído pronunciar una palabra en castellano (tampoco en catalán). Desde luego, las autoridades catalanas se lo han puesto fácil para justificar la «huída»y, en especial, la alcaldesa.
A la hora de escribir estas líneas, todo parece indicar que las fuerzas independentistas han preferido no aprovechar este escaparate mundial para proyectar sus reivindicaciones. Y dice mucho a favor de ellos, que parece que se han dado cuenta de que sería un grave error provocar la marcha del certamen: les quedan pocas oportunidades como ésta para internacionalizar el conflicto.
Cerca de 500 millones de euros de impacto económico, la visita de 108.000 congresistas ávidos de hacer transacciones comerciales, 2.300 empresas expositoras, creación de 13.000 empleos y poner a Barcelona como la capital del mundo, con todo lo que esto conlleva, es lo que nos jugamos.
Por lo demás, después de dos días de feria en la maravillosa ciudad de Barcelona, se repite el éxito de organización, de participación masiva de los grandes actores del sector tecnológico, de un inmenso negocio para todos a pesar de las pocas novedades dignas de resaltar. Si, acaso, destacar un sistema que permite medir la fiebre con el móvil, en solo un segundo: Colau, ¡cómpratelo! (la empresa se llama SkinTemp y es un apósito adhesivo que se pone sobre la piel).
