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El 40% de las directivas españolas considera que los prejuicios de género siguen siendo un obstáculo para la promoción profesional de la mujer

Un 40% de las mujeres que han alcanzado puestos directivos en la empresa española señala que los prejuicios de género siguen siendo una de las principales barreras para la promoción profesional femenina. Según el estudio Women in Business, elaborado por Grant Thornton, sólo un 26% de los puestos de dirección en las empresas españolas medianas y grandes están ocupados por mujeres.

“El porcentaje de mujeres en la dirección en España no refleja ni su presencia en las empresas, somos el 46% de los ocupados, ni su nivel de formación, puesto que suponemos el 52% de la población activa con estudios universitarios. Incluso aspectos más específicos para la dirección, como la presencia de mujeres en las escuelas de negocio están claramente en disonancia con el 26% de cargos directivos ocupados por mujeres. Todo esto nos lleva a la pregunta de si tenemos las mujeres las mismas oportunidades profesionales que los hombres o es que sigue habiendo barreras culturales, sociales y económicas que no deberían existir en pleno siglo XXI”, explica Aurora Sanz, socia de derecho laboral en Grant Thornton.

El estudio, realizado mediante entrevistas a más de 5.400 altos directivos de 36 países, muestra una cierta evolución para España entre 2004 y 2009, periodo en que el porcentaje de mujeres en la dirección pasó del 14 al 21%. Desde entonces el dato ha fluctuado con una tendencia ligeramente positiva hasta alcanzar el 26% de este año.

Con todo, el porcentaje de mujeres directivas en España iguala la media de la UE, también en el 26%, y supera la media global del 22%.


Respecto a las grandes economías de la Eurozona, España comparte con Italia el segundo puesto, por detrás de Francia (33%) y muy por delante de Alemania, en donde las mujeres ocupan tan sólo un 14% de los puestos directivos.

En el resto de Europa dominan, como en años anteriores, los países del este, encabezados por Rusia que lidera el ranking mundial con un 40% de sus cargos directivos ocupados por mujeres. Le siguen Georgia (38%), Polonia (37%) y las tres repúblicas bálticas: Letonia (36%), Estonia (35%) y Lituania (33%).

“El mínimo común denominador de estos países es su pasado en el bloque soviético. El énfasis en la igualdad facilitó el desarrollo laboral de muchas mujeres y la presencia femenina en carreras de corte técnico o científico. Estos aspectos han pervivido en la cultura empresarial lo que, junto a otros factores como los demográficos (en Rusia la proporción es de 120 mujeres por cada 100 hombres), explican el liderazgo del este de Europa en este aspecto”, expone Aurora Sanz.

Ni una sola mujer en la dirección

Casi un tercio (el 31%) de las empresas españolas no cuenta con ninguna mujer en su dirección. Un dato que mejora la media de la UE (36%) y los porcentajes de Italia (40%) y particularmente de Alemania, con un 59% de empresas sin presencia directiva femenina. Francia lidera las grandes economías del euro con sólo dos de cada diez empresas sin directivas.

Cuidado de los hijos y prejuicios de género, los principales obstáculos

Preguntadas sobre cuáles son los principales obstáculos para el ascenso de la mujer a la dirección, un 42% de las directivas españolas señaló el cuidado de los hijos y un 40% los prejuicios de género. Entre sus colegas masculinos, sin embargo, sólo un 12% considera dichos prejuicios como un obstáculo para la carrera profesional de las mujeres y aunque también consideran la maternidad como una importante barrera el porcentaje baja diez puntos hasta el 32%.

“Resulta preocupante que un alto porcentaje de mujeres que han alcanzado la dirección sigan señalando la barrera de los prejuicios. No se trata solamente de que no se promueva a mujeres por prejuicios de género, sino de que éstos siguen manifestándose en las relaciones laborales y terminan minando la moral de muchas mujeres en el desarrollo de su carrera”, opina Aurora Sanz. “La maternidad, por otro lado, es un aspecto clave puesto que suele producirse en un momento crucial para el desarrollo profesional, la treintena, y exige un importante esfuerzo físico y emocional para evitar que las circunstancias personales incidan en la trayectoria profesional, a la vez que requiere adoptar una decisión determinante: quién de los dos progenitores ralentiza, y hasta qué punto, su carrera profesional para poder atender a los hijos. Ese sacrificio suele realizarlo la mujer”.

Otros obstáculos señalados por las directivas son el resto de obligaciones familiares (24%) y la falta de estructuras de apoyo para la mujer (facilidades para el cuidado de los hijos, flexibilidad horaria, etc.) indicada también por el 24%. Entre los hombres directivos, en cambio, la segunda barrera más mencionada es la ausencia de candidatas que opten a la promoción, señalada por un 24%. Curiosamente un porcentaje similar en ambos sexos (alrededor del 20%) considera la ausencia de candidatas cualificadas como una de las dificultades para el acceso de la mujer a la dirección.

Sorprende también la relativamente escasa diferencia entre los hombres que no consideran que haya ningún obstáculo, el 44%, y las mujeres, el 36%.

Menos movilidad laboral y un networking más limitado

Mientras que un 39% de los hombres encuestados entró en su empresa actual ya como directivo, el porcentaje se reduce al 27% en el caso de las mujeres, lo que indica una menor movilidad. De hecho, un 36% de las mujeres directivas entró a su empresa actual como recién licenciada frente a sólo el 26% de sus colegas masculinos.

“Los datos parecen indican menor movilidad laboral entre las mujeres. Y esto, por razones como el conocimiento de la competencia o la experiencia obtenida en otros sectores, es un plus para los hombres ejecutivos. La menor movilidad laboral puede suponer un hándicap adicional para las mujeres”, señala Sanz.

Las mujeres quedan también atrás en las distintas actividades de creación de redes profesionales –networking– realizadas para obtener o afianzar su cargo. El diferencial entre directivos y directivas que realiza estas actividades asciende a 17 puntos en el caso de la asistencia a eventos y conferencias profesionales (49% de los hombres frente a 32% de las mujeres), a 12 en el de los actos culturales y deportivos (27% frente a 15%) o a 10 en la celebración de desayunos y comidas de trabajo (44% frente a 34%).

“La necesidad de compatibilizar la vida laboral y familiar dificulta la participación de las mujeres en algunas actividades informales y de networking esenciales para proyección, visibilidad y creación de marca personal. Aprovechando que una de las habilidades características de las mujeres es la de ser multitasking, muchas preferimos concentrar ese esfuerzo en reuniones y encuentros dentro del horario laboral. A pesar de que cada vez hay más sensibilidad al respecto, la cultura predominante en el ámbito empresarial sigue siendo la masculina y, por ende, es tan frecuente la realización de este tipo de actividades fuera de la jornada.  Mientras esto no cambie, seguiremos teniendo que hacer un esfuerzo extra”, explica Sanz.

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