Según el Índice de Innovación Altran 2014, España, a pesar del ligero retroceso de un 1,4% respecto a 2013, logra mantenerse por segundo año consecutivo en el puesto 12º de entre los 25 países europeos estudiados por el Índice, teniendo un potencial de innovación medio de un 0,52%, cifra por encima de la media de la Unión Europea (0,51). A nivel general, la UE aumenta su potencial de innovación en 2014 un 5,2% cerrando prácticamente las distancias que le separaban de España. Es por ello que nuestro país debe recuperar en los próximos años la senda de crecimiento para seguir situados entre los países con un nivel de innovación medio, de acuerdo a nuestro entorno europeo.
No obstante, y por segundo año consecutivo, España disminuye su Inversión en I+D como % del PIB, hasta el 1,30%, lejos del objetivo del 3% fijado por la Unión Europea para el año 2020, y ocupa nuevamente este año el puesto 16 en Inversión en I+D como porcentaje del PIB. De entre los países de capacidad de innovación media, España, junto con Hungría, es el país con menor Inversión en I+D como porcentaje del PIB. Hace dos años esta inversión se situaba en el 1,4%, lo que demuestra el estancamiento en esta variable.
La escasa realización de I+D por parte de la empresa privada continúa siendo el principal lastre del sistema español de ciencia y tecnología. Las empresas no logran ser el necesario catalizador de la capacidad de innovación en España, al contrario de lo que sucede en otros países de mayor potencial innovador.
Ésta son algunas de las principales conclusiones del Índice de Innovación Altran 2014, presentado hoy en Madrid, y cuyo objetivo es evaluar la capacidad innovadora de los países europeos y determinar las recomendaciones más óptimas para cada país, y en especial para España, con el fin de que mejoren sus potenciales de ciencia, tecnología e Innovación.
Finlandia sustituye a Suecia en 2014 como líder en el índice de innovación, que queda en segundo lugar con un potencial de innovación de 0.95. A estos países les siguen Islandia y Dinamarca, con potenciales de innovación elevados, por encima o en el entorno de 0.75. Estos cuatro países, que también lideran la inversión en I+D como % del PIB, estando cerca de alcanzar ya los objetivos europeos del 3% para 2020, conforman el grupo de alta capacidad de innovación y son el referente para el resto de países europeos. Algunos países del este y del sur de Europa, como Rumanía, Bulgaria o Grecia, están a la cola de Europa en capacidad de innovación.
Componentes del Índice de Innovación Altran
España obtiene valores iguales o superiores al grupo de capacidad media en tres de los cuatro componentes del Índice Altran: el alto porcentaje de población activa con educación superior (32%), la elevada penetración de la banda ancha en las empresas (95%) y el adecuado porcentaje de empleados en servicios de alta tecnología (2,90%), lo que muestra la alta resistencia de este tipo de empleo ante la crisis. En el lado contrario, el componente del Índice que España tendría que potenciar más para mejorar su capacidad de innovación es el de Investigadores en sector empresa.
En el componente de población activa con educación superior, España ha pasado en los últimos años de un 28,5% registrado en 2008 hasta el 32,3% de 2014 (un 2,2% más respecto a 2013), mejorando así la capacitación de nuestra mano de obra durante estos años de crisis económica. Con estas cifras, España se sitúa en la posición 12º, por encima de la media de la UE (27,6%). Este ranking lo encabeza Finlandia (39,7%) y los países que más mejoran son Portugal (17,30%), República Checa (18,20%), Letonia (27,70%) e Italia (14,90%), todos ellos con crecimientos superiores al 5%.
La posición de España en cuanto al empleo en servicios de alta tecnología es idónea, aunque no se consigue incrementar en 2014. A pesar de la situación de nuestro mercado laboral en otros sectores, España mantiene su posición 11º en este indicador de alta tecnología (2,90%) clave para la mejora de nuestra competitividad e innovación empresarial y se sitúa a nivel de países como Alemania (2,90%) o Francia (3,10%) y por delante de la media de la UE (2,70%). Los líderes en este ranking son los países nórdicos con porcentajes cercanos o superiores al 3%. Los países que más incrementos registran son Hungría, Rumanía, Portugal y Lituania, con crecimientos de más del 10%.
Uno de los comportamientos positivos destacable de España es el incremento en un 2.7% de los investigadores en el sector empresa, pasando de un 34.49% a un 35.43% en el último año. Aún así, nuestro país sigue mostrando una gran debilidad en la incorporación de investigadores en el sector empresa: España ocupa la posición 16º y la distancia que separa a nuestro país de la media de la UE (46.36%) es todavía elevada.
Este ranking lo encabezan países como Austria, Suecia, Francia o Dinamarca, con porcentajes superiores al 58%. Un elevado porcentaje de investigadores trabajando en empresas permite a los países lograr un mayor nivel de innovación y competitividad en sus sistemas empresariales, además de optimizar la asignación de recursos y favorecer la cooperación público-privada en ciencia y tecnología. La UE recomienda que 2/3 de los investigadores trabajen en el sector privado.
Los incrementos más notables en cifras absolutas que nuestro país debería registrar relativos al número de investigadores en sector empresa serían 18.863 a medio plazo y 72.816 a largo. El empleo en servicios de alta tecnología tendría que incrementarse en 230.000 personas para llegar a los niveles de países con capacidad alta.
Nuestro país es uno de los pocos que en 2014 retrocede ligeramente (1%) en el componente de empresas con acceso a Internet de banda ancha, pasando del 96% al 95%. Además, el análisis de la tendencia desde 2008 muestra que las distancias entre los grupos de países y nuestro país se han ido reduciendo en los últimos años, por lo que este componente está dejando de suponer una ventaja diferencial en innovación para las empresas de nuestro país. La media de la UE alcanza el nivel del 90% con un incremento del 3.4%. España ha llegado a un nivel de penetración de la banda ancha empresarial en el que es difícil que se produzcan incrementos significativos, por lo que ahora el reto sería lograr añadir valor al uso de estas infraestructuras empresariales TIC con soluciones innovadoras que mejoren la productividad.
El acto de presentación, que ha tenido lugar en la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la sociedad de la Información (SETSI), ha sido presidido por José Ramón Magarzo, Presidente Ejecutivo de Altran Iberia, y ha contado con la intervención de Víctor Calvo-Sotelo, Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información ; María Luisa Poncela, Secretaria General de Ciencia, Tecnología e Innovación y Presidenta del CDTI; Borja Baturone, Director de Innovación de Altran España y Luis Abad, vicepresidente responsable del sector de Telecomunicaciones y Medios de Comunicación del grupo Altran.
Víctor Calvo-Sotelo, secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, durante la inauguración del acto afirmó que las tecnologías digitales son clave para incrementar la capacidad de innovación y que España cuenta con un sector tecnológico sólido, innovador y competitivo, con profesionales altamente formados y con mecanismos adecuados de apoyo a la innovación y al emprendimiento en nuevas tecnologías que están siendo impulsados por la Agenda Digital para España.
Durante su intervención, María Luisa Poncela, Secretaria General de Ciencia, Tecnología e Innovación y Presidenta del CDTI, señaló que el Ministerio de Economía y Competitividad es consciente de la necesidad de incentivar la inversión privada en I+D+I, para que esté acorde con los países de nuestro entorno. Señaló las medidas concretas que se han establecido para favorecer dicha inversión, tales como los incentivos fiscales, los programas dirigidos a facilitar la transversalidad de la carrera investigadora entre organismos públicos y empresas y los nuevos instrumentos CDTI. Entre estos últimos destacó los programas destinados a la modernización tecnológica de las empresas y el fomento de la colaboración público-privada, así como el acceso al crédito para actividades de I+D+I. Subrayó las oportunidades derivadas de la utilización de los fondos estructurales y del nuevo programa marco de I+D+I europeo, Horizonte 2020.
Por su parte, Luis Abad, vicepresidente responsable del sector de Telecomunicaciones y Medios de Comunicación del grupo Altran, puso de relieve que este Índice pretende señalar en donde se debe poner el foco para aumentar la capacidad innovadora de los países. Y a la luz de los resultados de este año, está claro que las políticas tienen que dirigirse actualmente a intentar aumentar el número de investigadores en la empresa privada para que estas puedan ser el catalizador de la innovación que necesitamos para, a partir de ahí, aumentar el gasto en I+D, el empleo en servicios de alta tecnología. Y de esta manera poder ser más competitivos a nivel mundial con productos y servicios de gran valor añadido.