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Recyclia incrementa su presencia en el mercado español y gestiona ya más del 30% de los residuos eléctricos y electrónicos

Recyclia, plataforma que aglutina la labor de las cuatro fundaciones medioambientales Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Tragamóvil, ha crecido un 4,62% en empresas adheridas -fabricantes e importadores de equipos- durante el primer semestre de 2012, con respecto a igual período del año anterior. Así lo ha expuesto en una reunión informativa con periodistas su consejero delegado, José Pérez.

Concretamente, Recyclia aglutina actualmente a 566 productores de aparatos eléctricos y electrónicos en nuestro país. Igualmente, y en el caso de fabricantes importadores y distribuidores de pilas, baterías y acumuladores, la fundación Ecopilas ha experimentado un crecimiento de un 10,46% en número de empresas adheridas, pasando de 545 productores a 602 en este mismo período, con lo que representa más del 75% del sector en España.

Por lo que se refiere a las toneladas gestionadas de residuos eléctricos y electrónicos, Recyclia ha crecido un 10,2% en este mismo período, pasando de las 6.644 toneladas gestionadas en el primer semestre de 2011 a las 7.325 del primer semestre de este año. Con este número de toneladas Recyclia gestiona actualmente más del 30% de los residuos eléctricos y electrónicos puestos en el mercado por las empresas inscritas en el Registro Nacional de Productores de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (23.855 toneladas), y tanto en el entorno doméstico como profesional.

Respecto a las pilas, Recyclia, a través de la fundación Ecopilas, recogió 1.531 toneladas durante el primer semestre de 2012, lo que significa un crecimiento del 2,2% respecto a las 1.499 toneladas retiradas en igual período de 2011. Con esta cifra, Recyclia recoge y gestiona actualmente más del 34% de las pilas puestas en el mercado al año, un porcentaje muy por encima del 25% que exige la normativa europea y española. Igualmente, esta fundación creció un 41% en puntos de recogida en nuestro país, sumando actualmente 19.285, frente a los 13.665 del primer semestre de 2011.

Desde un punto de vista general y aglutinando las cuatro fundaciones, Recyclia dispone de una red nacional de cerca de 26.000 puntos de recogida entre recopiladores de pilas y baterías, contenedores Tragamóvil y puntos de recogida en distribuidores de ofimática, distribución comercial, etc. A estos se suma la red de más de 2.700 puntos de recogida municipal.

Por categoría de residuos, la representatividad de las cuatro fundaciones en España alcanza el 75% de las pilas y baterías puestas en el mercado, a través de ECOPILAS; el 47% de los RAEE de equipos y dispositivos TIC, a través de ECOASIMELEC, ECOFIMÁTICA y TRAGA­MOVIL; y el 52% de los instrumentos de vigilancia y control (categoría 9) y el 41% de los aparatos médicos, a través de ECOASIMELEC, entre otras categorías.

La oportunidad y el reto de la Directiva RAEE II

Los responsables de Recyclia valoran la ocasión que presenta la transposición de la nueva Directiva RAEE al ordenamiento jurídico español, que modificará el Real Decreto 208/2005 que regula actualmente la gestión de RAEE en España, y que debe estar lista antes del 14 de febrero de 2014. “Es la ocasión de aprovechar las mejoras que introduce el nuevo texto europeo y poner fin, o al menos paliar, algunos de los problemas que vive la actividad del reciclaje en España y en el resto de la UE a la par que se fomenta la adecuada gestión del máximo volumen posible de RAEE con el mayor beneficio ambiental”, señala José Pérez,

A grandes rasgos, la nueva Directiva, que pretende maximizar el reciclaje y la valorización de los recursos contenidos en los RAEE, así como reducir la eliminación de los RAEE como residuos urbanos no seleccionados, incorpora unos objetivos de recogida y reciclaje muy ambiciosos: Frente a los actuales cuatro kilos por habitante y año, para 2016 deberán recogerse 45 de cada 100 tonela­das de aparatos eléctricos y electrónicos puestos en el mercado de cada país miembro. Porcentaje que deberá aumentar en 2019 hasta el 65% de los RAEE puestos a la venta cada año o el 85% de los RAEE que se generen en cada país. La consecución de estos objetivos por parte de los productores necesita del apoyo de todos los implicados en la cadena del reciclaje. “Por ley, la responsabilidad recae en el productor, que para poder cumplir con ella requiere del soporte de las administraciones públicas y de la colaboración de los ciudadanos”, añade Pérez.

Para satisfacer esas obligaciones y alcanzar esos objetivos, los productores pueden adhe­rirse, al igual que hasta ahora, a un sistema colectivo de gestión. La nueva Directiva puede ser un nuevo espaldarazo a los SIG para consolidarse como un modelo eficaz no sólo para gestionar la recogida selectiva y universal de los RAEE, sino para garantizar a lo largo de todo el proceso el tratamiento más adecuado y la aplicación de la mejor técnica de reciclaje.

Mayores sanciones

La nueva Directiva también aumenta el control y las sanciones por malas prácticas. En concreto establece controles más estrictos para los traslados de residuos a fin de restringir la exportación ilegal de RAEE, y exige a los Estados miembros que supervisen y controlen los envíos aplicando un protocolo de testeo y trazabilidad documental.

Con está política sancionadora, la Directiva aspira a que afloren los productores que no declaran sus ventas ni pagan por el reciclaje de los productos que venden; a minimizar los habituales y crecientes robos de RAEE, frenar la proliferación de negocios paralelos, y contener las exportaciones ilegales de RAEE a terceros países y el descontrol de los flujos de residuos.

Desde Recyclia confían en que la nueva Directiva, una vez transpuesta al ordenamiento jurídico español, permita alcanzar los objetivos de recuperación, reciclado y valorización de residuos. Como apunta José Pérez, “Los productores que asumen su responsabilidad, piden capacidad y margen para ejercerla en un entorno de igualdad”.

Según el responsable de la plataforma, disminuir los costes y optimizar las estructuras de gestión, innovar en sistemas de recogida y contenedores para ampliar las opciones y facilitar a usuarios y distribuidores la entrega de residuos, y conseguir un modelo de responsabilidad compartida de todos los agentes que intervienen en el ciclo de vida de estos residuos, son retos que hay que asumir para elevar el nivel de responsabilidad ecológica, tanto de la industria como de las administraciones y los usuarios finales.

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