Los líderes europeos del sector público que han participado en un estudio encargado por RICOH han establecido las capacidades esenciales que los directores de informática (CIO) deben reunir para asegurar el éxito del sector público del futuro. La experiencia en marketing y la competencia en tecnología comparten el primer lugar, seguido por los conocimientos en procesos de negocio críticos.
Por otra parte, los ejecutivos del sector público valoran de forma abrumadoramente positiva a sus CIO; un 90% de estos ejecutivos considera que sus directores de informática están preparados para hacerse cargo de la transformación digital en la prestación de servicios públicos. Estas cualidades se corresponden con el impulso renovado que vive el sector, encaminado a impulsar la eficiencia y, al mismo tiempo, mejorar los servicios digitales que se prestan a los ciudadanos.
“El CIO del sector público debe comprender las necesidades y los nuevos métodos de comunicación que los ciudadanos usarán en el futuro. Los objetivos ya están fijados; la Agenda Digital de la UE tiene como prioridad simplificar la interacción de los ciudadanos y las compañías con la administración pública en cualquier lugar de la UE y conseguir que los distintos servicios públicos en Europa “se resuelvan por defecto por la vía electrónica”[2]. En este sentido, se ha establecido el reto de que el 50% de los ciudadanos utilicen los servicios de la administración electrónica para el año 2015[3]”, afirma Carsten Bruhn , Vicepresidente Ejecutivo de RICOH Europe.
No obstante, y a pesar del reconocimiento y respaldo que los CIO tienen en la actualidad, el estudio demuestra que el 68% de los organismos del sector público europeo se encuentran lejos de poder afrontar la transformación digital. El estudio ofrece las claves de esta lentitud del cambio; si bien los directivos del sector público consideran que sus CIO están capacitados para impulsar el cambio en las áreas críticas de la gestión financiera, implicación del cliente e inteligencia de datos, tan solo un 9% de los encuestados afirma estar en disposición de poder afrontar los procesos de negocio más críticos. Asimismo, y aun siendo fundamental implantar nuevos métodos de trabajo para conducir al sector público a la nueva era digital, solo el 29 % de los encuestados considera la gestión del cambio una cualidad esencial que debe reunir el CIO.
“Viendo cómo los CIO tratan de conciliar las diferentes tareas exigidas para afrontar la transformación digital de los servicios públicos, no es de extrañar que algunas áreas no se estén abordando adecuadamente”, añade Bruhn. “Centran sus esfuerzos en la correcta selección de tecnologías, que se adapten a las necesidades de los ciudadanos, obviando los procesos de negocio que conectan la tecnología con las personas. Son estos procesos los que sustentan el trabajo diario de los funcionarios y sobre los que se realizan todas las interacciones con los ciudadanos. Su plena optimización e implementación a través de un programa eficaz de gestión del cambio permitirá a los CIO beneficiarse de un mayor intercambio de conocimientos, adquirir mayor agilidad y acelerar los servicios para la ciudadanía dentro de la nueva era digital”.
“Los CIO no están solos en este viaje. Cuentan con el respaldo de sus homólogos para llevar al sector público hacia el futuro y tienen como primera prioridad conseguir la satisfacción de los ciudadanos. Otro de los retos pasa por encontrar al socio adecuado que analice y optimice los procesos que posibilitan la interacción entre personas y tecnologías. La Comisión Europea calcula que la contratación electrónica podría generar por sí sola un ahorro anual de 100 000 millones de euros, mientras que las prestación electrónica de servicios de la administración puede reducir los costes entre un 15 y un 20%. La optimización eficaz de los procesos documentales permitirá al sector público acceder a la información con seguridad, gestionar la documentación con mayor eficiencia y garantizar unos servicios al ciudadano de primer nivel”.