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Infraestructuras de TI: ¿Menos “verdes” por culpa de la protección de datos?

En el mundo de las TI actuales, hay dos objetivos que, a primera vista, parecen contradictorios: por un lado, el establecimiento de mecanismos de protección de datos; y, por el otro, el respeto al medioambiente. Las nuevas arquitecturas Green IT están haciendo mucho para contener la huella de las infraestructuras de TI, y van apareciendo nuevas soluciones de almacenamiento y de servidor económicas y energéticamente eficientes. Incluso, hay quien traslada todo el centro de datos a zonas climáticamente más adecuadas. Pero, ante un panorama de ciberamenazas cada vez más amplio y unos requisitos de privacidad cada vez más exigentes, los esfuerzos para garantizar unas infraestructuras de TI más “verde» se pueden frustrar.

La protección de datos es una necesidad

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) que rige actualmente en la Unión Europea, requiere la toma de numerosas medidas para hacer que las infraestructuras de TI sean más seguras, en general y en concreto respecto a los datos personales. El cambio: que ahora los datos deben estar cifrados en todo momento. El cifrado, a su vez, supone tiempo de proceso. Se puede realizar mediante los sistemas de procesamiento principales, o bien mediante coprocesadores pero el caso es que la potencia de proceso adicional necesaria para el cifrado no solo requiere más energía para la operación de los procesos, sino que también genera más calor residual que requerirá de una mayor refrigeración. Por tanto, los gestores de centros de datos también deberán considerar un aumento en el consumo eléctrico.

Crecientes necesidades de energía

Pero el requisito de energía adicional para el cálculo y la refrigeración no lo es todo. Los operadores de centros de datos se enfrentan a otros desafíos en el entorno de almacenamiento. Durante mucho tiempo, algunos se han basado exclusivamente (o en gran medida) en el almacenamiento SSD. Aunque estos medios son más rápidos que las unidades de disco, requieren mucho más espacio para almacenar contenido cifrado, ya que funcionan con una compresión de cifrado inherente para poder asignar la mayor cantidad de datos posible en su almacenamiento y ofrecer un precio por gigabyte más bajo. Las unidades SSD utilizan su propio cifrado, y utilizan patrones recurrentes en los datos, que pueden combinarse (de ahí el ahorro de espacio), pero si los datos están cifrados -como exige la ley- estos patrones ya no se generan, y es casi imposible comprimir aún más el contenido cifrado. Por lo tanto, es necesario utilizar muchas más unidades para un volumen de datos cifrados, y, como resultado, implicará un mayor coste de energía y refrigeración que en el caso de las unidades de disco.

Ante un panorama de ciberamenazas cada vez más amplio y unos requisitos de privacidad cada vez más exigentes, los esfuerzos para garantizar unas infraestructuras de TI más “verde» se pueden frustrar

¿Cuál podría ser la solución? Quizá la clave podría ser un modelo híbrido Flash/disco funcionando bajo una gestión común, donde la parte Flash realizaría el almacenamiento en caché para aprovechar su velocidad, mientras que para los datos personales -que deben ser cifrados- se pueden realizar backups en disco, y los datos de trabajo o de aplicación se almacenarían en los SSD.

Nuevas normas en la estructura de las empresas

En algunos sectores, las nuevas reglas normas sobre la protección de datos personales pueden suponer un gran cambio. Por ejemplo, en el sector sanitario existe una gran cantidad de datos personales. Dado que muchos hospitales tienen limitaciones a la hora de ampliar su infraestructura de TI, deben centrarse no solo en los costes de adquisición y en la adaptación de sus sistemas de TI, sino también en los costes de energía. Además, deben garantizar estos sistemas TI pueda implementarse tanto estructuralmente como desde el punto de vista de la potencia requerida.

Es necesaria una nueva mentalidad

Todo lo comentado ilustra bien lo que son los nuevos desafíos planteados por la necesidad de una mayor protección de los datos. Pero ésta no es la única razón por la que la eficiencia energética debe desempeñar un papel más importante en las organizaciones. Para superar este dilema (protección de datos vs. respeto al medio ambiente) es necesario replantearlo todo de nuevo. Por ejemplo, deberíamos alejarnos de la visión tradicional de las TI como algo aislado hacia una visión más global de la tecnología, incluyendo el consumo de energía. En las empresas, estos son a menudo partidas presupuestarias separadas, dependientes de diferentes departamentos. Si se adopta esa visión global, puede ser un primer paso hacia un diseño de TI más ecológico, incluso a pesar de los cada vez mayores requisitos de protección de datos.

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